The beauty and the gangster.

¡Holas mis preciosos lectores! No sé porque siempre me las arreglo para que mis one shots acaben siendo una abominación cósmica, pero heme acá otra vez. Hacer esto junto al fictober fue super pesado, pero se logró, de alguna extraña manera se pudo.

Bueno, este fic nació porque _Meyagatha tuvo la idea y yo jaló a todo lo que esa mujer dice.

¡Mil gracias a quien entró a leer este WongLung!

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«¿Delicado el amor? No, es duro, es áspero y agresivo, es punzante como el espino»

Él amaba la atención. Él se deleitaba con la envidia y la saña en un cóctel mientras recorría pasarelas de cristal quebrado y vendía su silueta en cuero y terciopelo. Él se embriagaba con las ovaciones de la multitud mientras un despiadado reflector lo apuntaba solo a él. Él adoraba acaparar las revistas y generar controversia en el mundo del espectáculo. Eso él era, toda una estrella. La belleza de Yut-Lung Lee no tenía comparación y él lo sabía, era tan exquisito saborear esa clase de superioridad. El deseo, el poder, la lujuria, los celos, cada una de esas emociones era ponerse una inyección de electricidad directo a las venas. Él quería subir más alto. Mucho más alto. No necesitaba de sus hermanos para seguir haciéndose renombre, al contrario, él aprovecharía que ellos se encontraban en un viaje hacia extranjero para saciar su sed por problemas.

Wang se lo había advertido, el apellido Lee tenía varios enemigos a causa de su estatus, él le había pedido a Yut-Lung que mantuviese un perfil bajo mientras él y Hua negociaban en Japón, sin embargo, lo primero que hizo el joven modelo fue desobedecerlo y organizar una sesión de fotografías. No estaba dentro de sus planes seguir sometido a su familia y pronto él sería el protagonista de un escandaloso titular. Apasionado pero frío, él era una belleza con carácter de víbora y eso le encantaban.

Si querían veneno él se los daría.

—Con estas son más que suficientes. —El fotógrafo era un chico asiático de rasgos suaves y talento chispeante—. Ya puede descansar. —Aunque Eiji Okumura era un nombre aún desconocido Blanca fue quien se lo recomendó, había cierto encanto en las imágenes que captaba el muchacho. Lo hosco de la miseria podía ser frágil bajo la magia de un flash.

—¿Seguro no necesitas otra toma? —A pesar del deleite visual que era Yut-Lung Lee él tenía una mala reputación en el mundo del espectáculo—. También podemos probar con otro conjunto de vestuario. —Nadie quería trabajar con tan voluble personalidad. Petulante, arrogante, histriónico y narcisista, le habían dicho de todo.

—Estoy bien con estas. —Por alguna razón el moreno le agradaba. Era tan difícil encontrar a un trabajador competente estos días—. Pero me gustaría que la siguiente sesión fuese al aire libre. —El montaje que el modelo había arreglado le resultaba intimidante, tantos adornos y maquillaje estaban distorsionando la esencia de las fotografías. El más joven se bajó del escenario para poder vislumbrar el monitor junto al japonés.

—¿Al aire libre? —La risa de Blanca lo fastidió.

—Si. —Yut-Lung tomó el control de la situación, ahora eran sus dedos los que presionaban los botones del teclado y cambiaban las imágenes—. Creo que se vería mucho más gentil en esa clase de ambiente. —El más bajo no pudo evitar reír. ¿Él?, ¿gentil?, ¿era enserio?

—¿Si sabes quién soy? —El desdén en su voz no intimidó a Eiji. El carácter de su novio era mucho peor, él ya estaba acostumbrado a domar bestias, era casi un pasatiempo.