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Este fic pertenece a la #KIRIASUWEEK2020

Fecha: Jueves 01 de Octubre

Tema: 'La dama orgullosa y el hombre obstinado'

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|El Acuerdo|

—Hola, disculpa ¿sabes dónde puedo ubicar a Asuna Yuuki? —Kazuto Kirigaya se apresuró en agarrar el brazo de la escurridiza jovencita de cabello rubio, la cual vestía de bufón, y que pasaba corriendo junto a él.

La niña, que no debía tener más de doce años, lo miró con una mueca fascinante —¿La maestra Asuna? —preguntó con duda. Él asintió tratando de mantener la sonrisa —Esta mañana era la princesa de la Bella Durmiente, pero ahora... —sacudió la cabeza —Lo siento. ¿Tal vez en el juego de ajedrez humano?

Kazuto asintió y la soltó. Empezaba a tener dolor de cabeza.

Por supuesto que sabía donde debía estar Asuna Yuuki. ¡En su despacho! Donde tenía acordada una cita a las diez de la mañana. Pero nunca se presentó. Lo dejó plantado sin dar explicaciones de su ausencia y sin molestarse en inventar una excusa. Al parecer, era mucho más importante ser la Bella Durmiente en aquel festival medieval de la escuela, que entrevistarse con él.

Maldijo internamente. Su secretaria Liena, le había dicho que era mala idea ir a buscar a esa mujer, pero él porfió, recordando que le había hecho aquel juramento a Kouchirou. Ahora mientras seguía recorriendo los largos pasillos de la escuela, cruzándose con caballeros, princesas y corceles, debía reconocer que su eficiente secretaria tenía razón. Debió mandarle un e-mail y no hacer esa tontería.

—Disculpa —se dirigió ahora a una preciosa chica de largo cabello negro que apostaba contra un muro, degustaba un helado —¿Puedes indicarme dónde puedo encontrar a Asuna Yuuki?

La joven volteó sus ojos rápidamente hacia él. Los tenía de color grises, muy grandes e intensos —¿Para qué buscas a mi hermana?

Eso sorprendió al escucha que la contempló con más atención. De la cabeza a los pies vestía un atuendo de bruja muy moderno. A su lado descansaba una escoba falsa —¿Eres Yui Yuuki? — preguntó a su vez, sintiéndose algo aliviado de que hubiera encontrado un hilo certero del cual tirar.

—¿Quien es usted? —la jovencita se puso en guardia. El sombrero en punta sobre su cabeza la hacía ver más adorable que amenazante, pero Kazuto se abstuvo de decir algo al respecto. Lo que lo había llevado hasta allí no era nada agradable. Sin duda, esa niña no estaba al tanto de las últimas noticias de la familia y no le correspondía a él decirlas.

—Soy Kazuto Kirigaya —añadió tendiéndole una mano, aunque no sabía si las jovencitas saludaban de esa forma. Para su alivio, ella le imitó.—Necesito hablar con tu hermana, es todo —le dijo amablemente sonriendo y cerrando los ojos en ese gesto en el que le explicaba a sus clientes que todo estaría bien, pese a que se avecinaran problemas.

Yui lo miró de arriba abajo sin cuidarse de ser disimulada. Ciertamente el que vistiera un traje elegante y llevara zapatos bien lustrados, lo ponía como alguien importante para la mentalidad de una adolescente. Lo cierto era que en un par de horas tenía una audiencia y no le daba el tiempo de volver a su oficina y mudarse de ropa. Había decidido ir así a buscar a la escurridiza señorita Yuuki.

—Muy bien, venga conmigo —arrojó el resto del helado a un cesto —A esta hora debe estar en el campo de deporte, ya sabe, en el ajedrez humano.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2020 ⏰

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