DISPUTA DE BROOKLYN

Capítulo 1

—Jarvis, ¿dónde se encuentra Bucky?

La IA no tardó en responder. —En el laboratorio con el señor Stark, Capitán.

Steve asintió y se encaminó rápidamente hacia la sala este del complejo. Al llegar, escuchó risas y los famosos coqueteos que usaba su mejor amigo para conquistar. Pese a los años, Rogers los recordaba a la perfección. Tanto que estaba completamente seguro que Barnes se encontraba sonriendo de lado, tomando la mano de Stark y besándola para luego soltar otro comentario, mientras lo intimidaba con la mirada. Esa era la táctica que James siempre usaba antes de caer del tren, antes de que lo convirtiera en el soldado de Hydra y antes de que regresara a su vida. Por lo que, debía sentirse contento de que su mejor amigo volviera a recuperar su esencia y confianza, pero no podía.

En lo absoluto.

Llevaba semanas sintiéndose temeroso y enojado de no poder competir contra él y de querer hacerlo antes que perder. Se suponía que la llegada de Barnes al complejo iba a ser lo mejor para los dos, que tendría a su pasado y presente viviendo con él y que finalmente pagaría la deuda por haberle fallado aquel día. Sin embargo y en su lugar, se sentía amenazado y muy celoso. Sobre todo, por la extraña cercanía que James comenzaba a tener con Stark. Al principio, le resultó agradable ver que su mejor amigo y la persona que le atraía muchísimo se llevaran bien. Mas, contemplar que la química entre ellos creía, que Tony se esmeraba por darle a Barnes grandes mejoras a su brazo robótico y que salían constantemente, le fastidiaba y mucho.

Demasiado.

Aún más cuando él se juraba no ser una persona celosa. No quería serlo. Pero, conocía perfectamente a James y sabía que no habría nadie que resista a sus encantos y ocurrencias. En cambio, él no era capaz de hablar con Stark temas distintos a Los Vengadores. Estaba en desventaja y siendo un completo tonto. Mas, se hallaba desesperado. No quería que su mejor amigo le quitara a la única persona que podía sentir como su hogar. Tampoco, herirlo. Así que, antes de iniciar una disputa que los lastimara a los tres, Rogers le pondría en sobre aviso.

Le parecía lo más justo en toda este caos.

Por lo que, sin pensarlo más, Steve abrió la puerta y entró al laboratorio. —Tony, te llama Natasha.

— ¿Así? Jarvis no me ha comunicado.

—Porque estoy aquí. —Tony ladeó la cabeza y sonrió.

—Buen punto, Cap. —Soltó el castaño para seguido dejar el desarmador y girarse hacia James. —Es todo por hoy, soldado zombie. Puedes irte a comer tus ciruelas o moras. Lo que gustes.

— ¿Lo que guste? —Repitió Bucky con cierto tono seductor. — ¿También a...

—Es urgente, Tony. —Intervino Rogers, ocultando su molestia.

Stark suspiró, se giró y caminó hasta Steve. —Tranquilo que ya me voy, Cap. —Le apretó los hombros y se fue.

James sonrió enormemente.
Mientras, Rogers trataba de controlarse.

— ¿Podemos hablar, Bucky?

—Claro.

— ¡Bien! —Rogers se hizo a un lado. — ¿Vamos?

Barnes asintió y salió del laboratorio junto con Steve. Ambos llegaron al ascensor que lo llevaría hasta el piso de las habitaciones. Solo en este lugar Jarvis no tenía acceso ni cámaras. Así que, Steve debía aprovechar y lo haría.

— ¿Te gusta Tony? —Preguntó sin rodeos. Era muy malo para ellos y hoy no se esforzaría para cambiar aquello.

James lo miró confundido. — ¿Qué? ¡No, Steve! ¡No me gusta! Tony solo es amable conmigo y yo lo soy con él. —Trató de excusarse mediante mentiras.

— ¿Seguro? —Preguntó Steve, mientras arqueaba una ceja desconfiado.

—No me gusta, Steve. —Barnes suspiró. —Y si lo hiciera. ¿Habría algún problema?

Steve se colocó frente a él. —Lo habría. Porque Stark me interesa. Y si debo pelear contra ti por él, lo haré, Barnes.

—Entonces que así sea, Rogers.

Ambos se miraron directamente.
Una guerra por el corazón de Stark acaba de empezar.