Pude sentir como se me quedaba viendo, esos profundos ojos rubí me daban una sensación de intranquilidad, cómo si estuviera apunto de matarme con su mirada.
-Fijate ¿Quieres?- fue lo que escuche antes de que me apartara con un leve empujón.
Lo observé mientras se iba, al perderlo de vista un pequeño destello de luz proveniente del suelo captó mi atención.
Me agache al piso y recogí lo que parecía ser un anillo. En un principio pensé en quedarmelo, pero inmediatamente imagine a mi papá diciendome que ando muy afeminado, según el. De por sí lo decía solo por el echo de estar en una banda conformada en su mayoría por mujeres.
Así que opté por devolverlo a su dueño, quien a mi parecer se trataba de aquel peli-violaceo.
Busqué por las escaleras, lugar donde nos habíamos topado con anterioridad, y nada. Pasé por la cafetería y ningún rastro de él. Seguí buscando y buscando hasta llegar a la parte trasera del instituto, el único sitio donde no había revisado.
Para mí suerte lo encontré ahí, y no estaba solo. Veía a unos tipos alejándose del lugar mientras dejaban al pobre muchacho tirado en el lodo.
Cuando ya se habían marchado esos bravucones, me acerque lentamente, y antes de llegar a él su suave voz me detiene.
-Largate- oí acompañado de unos casi inaudibles sollozos -Quiero estar solo-
-Sabes que no quieres estarlo- sin importarme lo que dijo decidí estar a su lado -¿Estás bien?-
-No necesito tu lástima- por un momento desvío su mirada evitando contacto visual conmigo.
-No es por lástima- todavía seguía ahí tumbado en el charco de lodo, por lo que me puse de cunclillas en frente suyo hice que me viera a los ojos.
En ese instante ví como brotaba de su labio inferior un diminuto hilito de sangre, al igual como múltiples heridas en su rostro.
Sin darnos cuenta nos perdimos observando los ojos del contrario, surmegidos en un ambiente extrañamente cómodo.
-Ten- rompí el silencio sacando de un bolsillo de mi chamarra el dichoso anillo -Creo que esto es tuyo-
Miró el anillo y lo tomó, juro que en ese momento sentí su fría mano rozar con la mía.
-Gracias-se colocó la sortija en el dedo anular de su mano izquierda -Este anillo es... Muy especial para mí- note melancolía mezclada en sus palabras.
Un deseo de abrazarlo surgió de mi ser, seguí lo que mi corazón decía aunque eso significaba arriesgarme.
-¿Que haces?- preguntó confundido, de seguro no se esperaba eso de mi.
Nos mantuvimos disfrutando de la compañía mutua por un rato. A pesar del descenso de temperatura, el abrazo estaba lleno de calidez.
-Oye- un "hum" por parte de él fue suficiente para hacerme entender que me escuchaba. Quebré el abrazo sujetándolo de los hombros, cierta duda ya me andaba invadiendo -¿Que te hicieron esos sujetos? ¿Estás bien? ¿No te duele?- parece que se sorprendió por estas preguntas, mas solo sonrió negando con la cabeza.
-Estoy bien, no te preocupes- en cuanto ví su pequeña sonrisa algo en mi quedó cautivado.
El silencio volvió a presentarse, está vez más duradero.
Pensar que este chico es víctima de bullying hace que se genere en mi un sentimiento protector hacia él. Por alguna razón, deseaba que nada malo le pasara, brindarle mi apoyo y demostrarle que no está solo y nunca más lo estará.
Aunque para debía debía pedir que me dejara entrar en su vida ¿No?
-Ehh- con algo de valentía empezé hablar -¿Quisieras ser mi amigo?- y finalmente lo solté.
Trancurrieron unos minutos para que me contestara, yo esperando su respuesta con algo de ansias y él pensando en lo que diría.
-Si, me encantaría ser tu amigo- al escuchar esa frase volví a unir nuestros cuerpos en un abrazo muchos más cálido que el anterior.
En su momento no lo supe, sin embargo, este era el comienzo de una gran amistad que con el tiempo se transformaría en algo más
------------------------------------------------
5 votos y público la parte siguiente
Total de palabras: 673
YOU ARE READING
~•[One-Shots BxB]~•
FanfictionIdeas de diversas situaciones en distintos escenarios