Capitulo 0

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Caminas y te alejas de mi lado, vi como tu sombra desaparecía, te grite que volvieras que no me dejaras solo. Tenía miedo. No sabía a qué me iba a enfrentar me tire en el suelo y comencé a llorar, me aferre a mi pecho, sentía como  algo se rompía en mi interior, era mi corazón partiéndose a la mitad. 

Tome fuerzas de mi interior y me levante del suelo observe como mi corazón se quebraba, como sangre salía de él. Toque mi pecho y sentí un agujero, mis manos manchadas de sangre y mi ropa pintada de rojo. Introduje dos de mis dedos en el espacio vacío que era ahora mi pecho. No sentía ningún dolor, al contrario sentía como mi cuerpo se había hecho mas ligero, ya no sentía ese dolor latente que me atormentaba cada día, mi alma era libre de volar. 

Sonreí, por primera vez en mucho tiempo una verdadera sonrisa se dibujó en mis labios no era una de las muchas que había fingido enfrente de mis hermanos, las cuales solo hacía para que ellos no sufrieran. Siempre cargaba con el dolor ajeno, con tal de que ellos no lloraran era capaz de hacer muchas cosas, incluso reír en mi lecho de muerte. Recordé el día en el que por primera vez me sentí libre de sufrimiento, libre de los tratamientos que solo me tenían atado a una cama, recuerdo las noches que desee que alguien entrara a la habitación y me acuchillara, a esa persona le estaría agradecido.

Una voz susurro en mi cabeza las palabras que no quería escuchar –Estas seguro que moriste- era una voz delicada y suave, me recordaba a la de mi hermana pequeña. Me trajo a la memoria muchos momentos dolorosos en los que la esperanza me inundaba, en los que había creído que por fin mi vida se acabaría pero que siempre terminaban siendo solo eso, ilusiones de un futuro libre de dolor. 

Me senté en el piso y abrace mis rodillas, comencé a llorar, no quería que esto fuera una fantasía, un simple sueño, quería liberarme del dolor del sufrimiento. Esa voz volvió a resonar en mi cabeza –Que harás cuando despiertes, cuando abras los ojos y veas que todo esto es una ilusión- era una voz dulce pero cada palabra poseía un dejo de crueldad, que me atravesaban como una daga.

–¡No quiero despertar!- grite. No quería despertar, no quería abrir los ojos, nada de lo que había en el mundo era bueno, nada me esperaba.

–Lo siento, pero no es una opción para ti, aun sigues con vida, debes de abrir los ojos y enfrentar tu miserable existencia. Abrir los ojos y ver el mundo en el que vives- sentía la voz cada vez mas cerca de mi oído.

-Pero yo no quiero estar vivo- mi voz se quebró y solloce -No tienes opción, me quedare contigo hasta que abras los ojos- sentí como me rodeaban unos brazos y un escalofrió me recorrió, eran cálidos y extrañamente conocidos -No me dejes- esas palabras salieron en un susurro.  

黒   Kuro

Abrace mis rodillas con fuerza y cerré los ojos, deje que mi cuerpo se sumiera en la inconsciencia, escuche como esa voz me cantaba una nana –Buenas noches. Duerme no dejes que tu dolor llegue a tus sueños. Sonríe en ellos, vive como no lo has hecho, tu estarás seguro entre mis brazos, porque no me alejare nunca de ti. Ya que te amo, buenas noches, duerme, nunca te diré adiós- poco a poco, esa voz logro que mis ojos se cerraran y me sumí en un pacifico sueño.

Abrí los ojos y por primera vez fui consciente del lugar en el que estaba. Era una habitación totalmente negra con un foco que oscilaba encima mío, no había nada más que esa tenue luz.

-Haz despertado eso me alegra- la misma voz resonó en mi cabeza, el tono en ella era diferente, era una voz amable -Te queda poco tiempo en este estado, pronto despertaras- sentí como tomaban mi mano, la observe y no había cambio alguno pero esa sensación no desaparecía -Quiero verte- le dije con voz ronca, debido a las lagrimas que había derramado. 

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