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Capítulo 3: Roots

Resumen:
En el que Jin desearía no haber nacido nunca, o al menos nunca haberle dicho a Taehyung su cumpleaños.

Yoongi llega unas horas tarde el Viernes, cortesía de una cita con el dentista.

Y definitivamente todavía está chiflado por la verdadera abundancia de drogas que le ha costado dejar que un dentista acercara a su boca, pero en el momento en que cruza el umbral hacia la oficina anormalmente tranquila, sabe que algo está sucediendo. Puede sentirlo incluso a través de su confusión. Se ha vuelto bueno captando estos pequeños cambios atmosféricos. Ha tenido que hacerlo.

Es el tipo de quietud aterradora que flota en el aire cuando alguien se esconde. La sala principal es un campo de batalla, lleno de confeti y serpentina, con una pequeña área limpia en el piso con la vaga forma de un cuerpo humano. El café abandonado de alguien yace esparcido por el suelo, completamente olvidado en la locura. Yoongi se inclina y olfatea el aire con cautela. Avellana.

Se dirige a su escritorio con precaución, sacudiéndose un hilo suelto de una serpentina que se ha adherido a la suela de su zapato, inmensamente inquieto porque no sabe dónde está alguien o qué podrían estar haciendo. Por lo general, trata de vigilarlos a todos, cuando puede. Es un instinto de supervivencia. Nunca le des la espalda al peligro.

Escanea el área sobre la parte superior de las medias paredes antes de sentarse en su asiento. Una risa inquietante resuena en la distancia, y suena como Jimin.

Justo cuando trata de ponerse cómodo, retorciéndose en su silla inmensamente incómoda, su pie entra en contacto con algo suave. Algo suave que se mueve y agarra suavemente su tobillo.

Antes de que pueda gritar, una mano grande emerge de debajo de su escritorio y se sujeta a su boca. Entra en pánico, pateando a ciegas. Oye un suave '¡ouch!' y luego el rostro de Jin lo mira desde la oscuridad debajo de su escritorio.

"¡Shhhhh!" Jin insta en un desesperado, silencioso susurro. Se ve horrible. Su cabello es un desastre, levantado en todas direcciones, reforzado por la tonta serpentina que parece estar enmarañada. Sus ojos están salvajes y aterrorizados, y su camisa ha sido rasgada con tanta violencia que todo lo que queda del lado izquierdo es una solapa que cuelga flácida que deja al descubierto todo su hombro y una buena parte de su pecho. Yoongi está a la vez sorprendido, preocupado, y excitado.

"¿Qué carajos, amigo?" Yoongi sisea en respuesta, confundido y desorientado, deseando que su corazón se desacelere mientras se recupera de su conmoción. "¿Que pasó?"

"Ellos jodidamente pululaban. Fue legítimamente aterrador", relata Jin, mirando nerviosamente. "En el segundo en que entré por la puerta, estaban sobre mí. Estaban por todas partes. Yo... yo me escapé, pero no sé adónde fueron."

"¿Por qué? ¿Qué esta pasando?" Exige Yoongi, tratando de ignorar el hecho de que un Jin de aspecto totalmente libertino está arrodillado en el suelo frente a él.

"Es mi cumpleaños", dice con una sobriedad casi cómica, apoyando las manos en las rodillas de Yoongi (mierda) y estirando la cabeza para intentar mirar por la esquina de la pared del cubículo. Yoongi traga saliva, incapaz de apartar los ojos de los labios entreabiertos de Jin. Las manos de Jin se deslizan más hacia arriba mientras se posiciona para una mejor vista, y sus dedos inconscientemente se aprietan alrededor de los muslos de Yoongi.

"Se siente como mi cumpleaños", se maravilla Yoongi adormilado, y un segundo después, siente que la sangre se le escapa rápidamente de la cara. "Ohhhhh joder, ¿no estaba eso sólo en mi mente?" susurra, su pánico sólo se intensifica. Se da una fuerte bofetada en la cara, aliviado cuando el calor de las manos de Jin ha desaparecido repentinamente de sus rodillas. "Oh Dios mío ¿todavía estoy hablando en voz alta?, ¿por qué no puedo parar-"