3

8 0 0
                                    

Estoy a su merced señor, hoy lo vi usted me miro y mi corazón dio un buelco en mi pecho, fueron solo unos segundos pero me perdí en sus bellos ojos como si hubiera sido una eternidad, me jure no mirarle pero fue imposible, usted me saca de mis casillas señor.

El Hombre ProividoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora