Capitulo 23.

9.5K 331 2
                                    

- Joseph, te quiero más que a nada en este mundo. 
- ¿Puedo? – señala un lugar en la cama a un lado de mi, del lado de la mano fracturada.
- Si – me hago a un lado y se acuesta a un lado de mi, pasando su brazo por mis hombros. 
- No sé cómo explicar cómo me siento, no es que me sienta presionado a decirte algo, simplemente es indescriptible lo que siento por ti – acaricia mi hombro sobre la bata. 
- Gracias – recargo la cabeza en su pecho cuidando de mi mano – por todo, si no hubieras llegado a tiempo o si simplemente no hubieras ido, no estaría aquí. 
Extiendo la mano y acaricio su abdomen, que se contrae en cuanto lo toco. 
Lo extraño tanto, es como si todavía hubiera una barrera entre nosotros. 
- ¿Por qué lo hiciste? – entierra su rostro en mi cabello. 
- Había perdido a mi niño, había perdido a Jared y te había perdido a ti – inhala fuerte y se endereza. 
- No tienes una idea de cómo me afecto, siempre había dicho que no quería hijos por el momento, pero cuando me lo dijiste cambiaste mi mundo, claro, tarde tiempo en que todo eso hiciera efecto, pero, quiero formar una familia contigo – acaricia detrás de mi oído – se que nada reemplazara a él, pero podemos tener más hijos, nunca me perdiste, Jared me conto lo que paso, te pasaste de la raya, creo que deberías pedirle disculpas, lo heriste de verdad. 
Jared, me siento triste al pensar en el, estuvo todo el tiempo conmigo, por dos semanas, dejo todo por estar conmigo y yo le di la espalda a la primera oportunidad que tuve. 
- Lo hare, sé que no es una excusa, pero estaba inestable, me arrepiento de todo lo que le dije. 
- Esa es mi chica – besa mi cabeza. 
- Necesito que me hagas un favor. 
- Claro, dime. 
- Necesito mi trabajo de vuelta. 
- Preferiría que no lo hicieras. 
- ¿No me quieres en el trabajo? ¿ya tienes a alguien más? 
- No quiero que trabajes, estas en peligro, no quiero que te pase nada, tienes que cambiarte de casa. 
- No ¿Estas loco? 
- He estado al tanto de Charlie, no podemos correr riesgos, si te tengo en un lugar con seguridad, por ejemplo, en un conjunto de departamentos, tendrás seguridad, estará monitoreada la entrada. 
- Necesito pensarlo, no quiero que Charlie me toque, no quiero verlo. 
- No pasara, te lo prometo. 
- Bien, viviré donde tú me digas. 
- Esa es la actitud. 
- ¿Cómo quedara tu situación con Channel? 
- Necesito consultar a mi abogado, pero bueno, tu eres abogada tu sabes. 
- Todo se complicara si lo que sea que tenemos se hace público. 
- No sé que hacer – eleva los hombros. 
- Debemos estar alejados, hasta que se dicte el divorcio, después veremos. 
- ¿Estas loca? – Pasa las uñas por mi cabello – No puedo estar sin ti, no puedo estar lejos, con el peligro a tu alrededor, por el miedo que me da a que te hagas algo. 
El estomago se me revuelve, estoy en peligro lo entiendo, me duele saber que yo misma me hago correr peligro ¿Ahora me ve como una estúpida suicida? ¿Por eso esta conmigo? ¿Siente lastima? ¿Culpabilidad? 
- Sientes lastima.
- ¿Qué? ¿De nuevo con lo mismo?
- Si, estas conmigo porque te doy lastima, no me voy a matar, puedes irte si esa es tu preocupación – intento no mirarle la cara mientras comienzo a llorar. 
- No sé cuantas veces deba repetírtelo para que me creas, mi amor por ti es genuino y dados los acontecimientos necesito estar cerca de ti, protegerte, porque me siento incompleto sin ti, siempre vas a ser mi preocupación, eso hace un hombre enamorado ¿Por qué no me crees? 
- Porque es imposible, fui tu amante, soy una persona con machismo mas problemas de lo normal, soy una bomba de tiempo, te están chantajeando por mi culpa ¿Qué más quieres? 
- Quiero – respira hondo – quiero que te olvides de eso, lo voy a solucionar todo, te protegeré y ya habrá problemas en tu vida – Toma mi barbilla que aun punza – No volverás a estar en peligro, no me interesa el chantaje, ni el divorcio, vamos a vivir juntos desde el día que te den de alta del jodido hospital. 
- No, no puedo dejar que Jared se quede desprotegido, podemos quedarnos en mi casa.
Abre los ojos espantado. 
¿Qué?
- No volveremos a entrar a esa casa ninguno de los dos, quisiera demolerla para olvidar lo que vi en ese baño, la vamos a vender, Jared puede venir a mi departamento hay un cuarto de invitados de buen tamaño, no hay inconvenientes.
- No quiero que irrumpamos tu departamento, te estas divorciando, lo que menos necesitas a una mujer que tal vez necesite cuidados médicos con un amigo homosexual más molesto de lo normal. 
- Amo a esa mujer, y su amigo cocina delicioso tal vez lo explote. 
- ¿Estas seguro? 
- Claro – resopla – daré todo por ti. 
- ¿Puedes ir por Jared?
- ¿Ya te enfade? – me mira decepcionado. 
- No, nunca – suspiro – necesito pedirle disculpas. 
- Claro, ahorita te lo mando. 
Se levanta alisando su traje, lo analizo de nuevo, su cuerpo de adonis me distrae, extraño tanto su cuerpo, sus besos, sus caricias, su forma de hacerme el amor ¿Todavía me quedar? 
Ahora tengo cicatrices, fracturas y moretones, estoy horrible. 
- ¿Por qué lloras? 
Se acerca a mí, acariciando mi rostro, pasa su dedo por mi labio inferior, sus ojos arden. 
Su rostro se acerca más al mío hasta chocar nuestras narices. 
No.
No puedo besarlo, estoy sucia y fea, hago la cabeza a un lado. 
- ¿Me rechazas?
- ¿Me deseas? 
Alza una ceja mirándome sin comprender. 
- Siempre te he deseado. 
- Pero ahora estoy horrible, ya no soy la misma mujer con la que te acostabas, ahora estoy desecha, con todo tipo de cicatrices en mi cuerpo y alma.
- Buscare tus pedazos y volveré a unirlos, no importa cuánto tarde, volverás a quererte, a aceptar lo que ha pasado y con suerte a amarme tanto como yo te amo. 
¡Me ama!
- Te amo. 
Se inclina y planta sus labios sobre los míos, para levantarse de inmediato. 
- Voy por Jared. 
Se escabulle por la puerta como un adolecente después de dar un casto beso. 
Minutos después entra Jared, más sereno, también con ojeras, con un suéter rojo gigante y sus habituales van. 
- ¿Vas a perdonarme verdad? 
- Por Dios _____, tu perdóname a mí, no te hubiera dejado sola, te encontrabas mal y yo simplemente no puse atención. 
- Te dije cosas terribles. 
- No estabas bien, lo he entendido, tu novio casi me mata cuando le cuento, escucha no quiero hablar de eso, es pasado y no se vuelve a tocar. 
- Solo dime que me perdonas. 
- Claro que lo hago. 
- Bien.
Se acerca a mí y me abraza cuidándome el brazo, bueno todo el cuerpo. 

Infidelidad <Terminada>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora