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11 de Octubre 2016

Una noticia aparece en los titulares de todos los periódicos "El torneo del Rayo está a la vuelta de la esquina" y varios equipos han colgado ya el anuncio dónde indican que necesitan nuevos integrantes. Entre ellos, el Vientos Azules, del cual salió el mejor corredor de tormentas que se ha visto en Oluja, Mitchell Ray.

Lara piensa en él al leer la noticia. Han pasado más de dos años desde que desapareció y su nombre sigue apareciendo en los periódicos.
¿Cuándo encontrarán el cuerpo sin vida de Mitchell Ray?" Se pregunta la gente, pero Lara no, Lara aún tiene esperanza de que su padre siga con vida.

Se termina su tostada, son las 9:30, y sale dispuesta a entrenar. El viento la despeina al instante e intenta colocarse de nuevo esos mechones rubios, que no son ni lisos ni rizados, que se le han escapado de la coleta. Ve a su abuela en la huerta recolectando zanahorias y la saluda con la mano.

-Hoy has madrugado- Dice la abuela a modo de saludo

-Si- Contesta Lara- Tengo cosas que hacer, pero luego te ayudo. Prometido

No le dice que va al gimnasio a por sus cosas, ni que piensa ir a la pista a entrenar. A la abuela nunca le ha gustado el deporte nacional, siempre estuvo en contra de que Mitchell lo practicara. Dice que los que practican ese deporte o están locos o quieren morir, por eso nunca se habla de los Storm Runners y guarda sus cosas de corredora en la taquilla del gimnasio. Lara camina con prisa, si los equipos están dispuestos a aceptar nuevos miembros ella tiene que entrenar duro. Era un trabajo doble, por una parte tenía que impresionar al capitán del equipo con su técnica y movimientos, y por la otra tenía que parecer un chico, sino no entraría en el equipo nunca. Cuando llega al gimnasio lo encuentra completamente vacío, supone que los fuertes vientos y lluvias que se avecinan tienen la culpa. Entra en el vestuario, abre su taquilla y saca su bolsa azul donde guarda sus viejos patines y protecciones. Se dispone a salir del gimnasio pero ve al señor Rogers junto a las pesas y decide hablar con el. Ese hombre es más viejo que la abuela pero siempre esta ahí, da igual el tiempo. Dice que morirá levantando pesas, pero todo el mundo dice que no tiene a donde ir y que las pesas es lo único que recuerda de su juventud. Tiene alzheimer progresivo, recuerda lo que hizo cuando tenía 20 años pero no lo que ha desayunado esa misma mañana.

-Lara- Dice con una sonrisa

-Hola señor Rogers- Contesta ella

-Muchacha, te he dicho mil veces que me haces sentir mas viejo de lo que soy si no me llamas Kevin

-Perdona, Kevin - Dice Lara sonriendo

-Entonces, ¿lo has decidido?- Pregunta Kevin

-Si- Contesta Lara

El señor Rogers es el único que sabe lo que Lara pretende hacer, disfrazarse de chico y hacer las pruebas rogando en silencio que nadie se de cuenta. No tenía miedo de que se lo contara a alguien, la gente rara vez habla con Kevin y si lo hicieran nadie le creería.

-No dará resultado-Dijo

-Lo sé, pero no tengo otra opción, señor Rogers- Contesta Lara

-El simple hecho de ser Lara Ray debería bastar para entrar en el equipo que quisieras y mucho más si es el Vientos Azules- Añade con énfasis - Tu padre saco al equipo de la miseria

Lara asiente, ya le ha contado esa historia otras veces, fue el año en el que su padre ingresó en el equipo y lo convirtió en uno de los mejores equipos de corredores de tormentas de Oluja y del mundo. Antes nadie conocía a los Vientos Azules y ahora todo joven quiere entrar en el equipo y todo el mundo estaría deseoso de que sus hijos entrasen en el equipo. Otra razón más para añadir a la lista de "Las razones por las que Lara Ray no se convertirá en corredora de la tormenta"

Lara se despide del señor Rogers y se marcha hacia la pista de sakate. Ese es su lugar favorito donde ir a entrenar, se coloca los patines que ya le van quedando pequeños y con la ayuda de los fuertes vientos se desliza de un montículo a otro esquivando obstáculos y manteniendo el equilibrio.A veces se pone retos como por ejemplo hacer el recorrido en un tiempo límite, con una sola pierna o con los ojos cerrados y eso la ha costado más de una lesión y demasiadas explicaciones a la abuela. Ella sabe que lo que hace no servirá de mucho si quiere enfrentarse a una tormenta real, pero tampoco la dejan entrar en una de las pistas que tienen los corredores de tormenta para entrenar fuera de temporada. No tiene el material apropiado, ni el entrenamiento, ni el permiso de practicar ese deporte y tendrá demasiada competencia pero aun así esta dispuesta a arriesgarlo todo para entrar en el equipo. Es una idea absurda

El rejol emite un ligero pip, es la señal de que el entrenamiento ha terminado. Lara recoge sus cosas y vuelve al gimnasio para guardarlo todo de nuevo en su taquilla. Es casi la hora de comer y decide completar su entrenamiento con una carrera de vuelta a casa, eso aumentará su resistencia, piensa. Llega a casa y se encuentra que la abuela ya ha colocado la comida estrella de la temporada encima de la mesa. Hoy toca lentejas con zanahoria "La mayor fuente de hierro" según la abuela. "Bien" piensa Lara, "Dame hierro abuela lo voy a necesitar"

Storm Runners (Corredores de Tormentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora