Alexia Álvarez
Nos encontramos cenando lomo saltado y ¡uhm! Es delicioso, lo es aún más cuando mi abuela lo prepara y vemos Yo Soy, al menos con eso podemos distraernos un poco.
—Alexia, pásame el ají, por favor —me pidió mi madre, así que, alcancé el plato que contiene lo mencionado y se lo entregué—. Gracias. —me agradeció con una sonrisa cálida.
Continué comiendo, mientras mi abuela y mi tía opinaban sobre los imitadores que llegaban al programa, yo simplemente sonreía mientras terminaba mi cena, agradecí a mi abuela por eso y por lo rico que estaba.
Decidí quedarme en la sala hasta sentir un poco más liviano mi cuerpo, ya que luego iría a cepillar mi dientes para ir a dormir.
Estoy cansada... Pero, también emocionada porque mañana mi mamá me inscribirá en el taller de fútbol, en el mismo al que asiste mi mejor amigo, Angel.
¡Estoy muy emocionada! He esperado tanto para poder practicarlo, de verdad que me encanta el fútbol.
Una gran sonrisa aparece al recordar eso y suelto un pequeño chillido por la emoción que siento, pero luego inhalo y exhalo para fingir no haber reaccionado así en este momento porque prefiero guardar todo eso para mañana.
Sí, sé que soy dramática. Ja, ja.
—¡Alexia! ¿Quieres jugar a la bolita roja? —me preguntó Jorge, mi primo de 5 años.
Y en realidad, se refiere a Red Ball, pero, aún no sabe pronunciarlo tan bien que digamos, es toda una ternura él, mientras que David, mi hermanito de 4 años, trataba de convencerlo de ir a jugar fútbol.
—Mejor, vayamos a jugar fútbol a la habitación, pero con cuidado, eh... No debemos romper nada o nos castigarán —indiqué con una sonrisa cómplice y ambos asintieron.
Me gusta mucho cuidar de niños y pasar tiempo con ellos, ¡los niños son toda una ternura!
Fuimos a la habitación y empezamos a jugar fútbol con una pelota de plástico muy colorida, que le pertenecía a David, hasta que mi mamá y mi tía los llamaron para que vayan a lavarse los dientes y sus pequeños cuerpos antes de dormir, mientras que, en mi caso, ya me había bañado en la tarde, por lo que, simplemente fui al baño a cepillarme.
Luego, me despedí de mi abuela, mi mamá, mi tía, mi hermano y mi primo con un beso en la mejilla y un fuerte abrazo. Fui a mi habitación, la cual está un poco lejos de la habitación general de mi abuela y mi tía, además de la de mi mamá. Moví la manija de la puerta, junto a eso, entré a la habitación, seguido a ello, simplemente cerré la puerta con seguro y agarré la pijama usaré.
Se trataba de un polo rosado con una frase motivacional de color gris para los recién llegados a la adolescencia como yo y de un pantalón gris igualmente, pero con puntos negros de adorno.
Quise observarme al espejo y noté que mi cuerpo empezaba a desarrollarse lentamente, pues, entre los rasgos de mi familia no está el tener muchos atributos; sin embargo, trato de cambiar eso con algunas sentadillas.
Bueno, no algunas, sino muchas.
¿Qué tan mal debe estar la sociedad para que con catorce años ya quiera tener un trasero un poco más formado?
...
Sí, bueno. Estúpidos estereotipos.
Aunque también debo de reconocer que mi cuerpo no es feo, es lindo. Sencillo, pero tiene su toque. Me vi al espejo y noté que mi busto sigue siendo pequeño... Bueno, un poco más pequeño de lo normal, pero supongo que eso cambiará en unos años, pues, aún tengo 14 años.
ESTÁS LEYENDO
Aceptando Sus Reglas.© [#1] (Nueva versión)
Teen Fiction❝Dicen que un hijo es una bendición...❞ Bueno, en algunos casos puede que no, o al menos para Alexia Álvarez, una simpática adolescente que no volvió a ser la misma, no después de pasar por algo tan horrible. Sin embargo, Aiden Sackler entra a su vi...