Café para llevar

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Entre flores y tinta

Los personajes de esta historia no me pertenecen.

Advertencias: Este fanfic está basado en un AU, por lo mismo la personalidad de los personajes se ve afectada de acuerdo al entorno en que crecieron. Puede contener violencia como también material sexual explícito y muchas otras referencias. ¡Recuerda leer las notas finales!

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Xiao Xingchen suspira antes de dar un paso dentro de la cafetería que se encuentra cruzando la calle de la plaza comercial. Esa mañana antes de abrir, había recibido un mensaje de Xichen avisando su retraso debido a una junta de consejo familiar, dejando en sus manos las bebidas matutinas.

¿Tenía que ir? ¡Claro! era casi imposible comenzar un buen día sin su café, pero solo pensar que debía poner un pie dentro de ese establecimiento le hacía querer retroceder en un instante. Xiao Xingchen generalmente no tenía problemas con ninguna persona a los alrededores de la plaza comercial, mucho menos con los trabajadores de los mismos o con gente que transitaba por frecuencia por la cuadra, de hecho aún le daba vergüenza admitir que tenía una entrañable relación con sus vecinas, las cuales lo procuraban más de lo que se merecía. Y bueno, puede que varias veces el micro hubiese provocado un corto circuito y puede, solo PUEDE que de vez en cuando haya perdido las llaves de su departamento, o que haya olvidado pagar el recibo del gas o luz y en varias ocasiones (muchas) regresar arañado o con mordidas por ayudar a perros y gatos de la calle.

Aunque cada que eso ocurría su corazón sentía una pena enorme al no poder llevarlos con él a su pequeño departamento, así que muchas veces, en su lucha por llevarlos a un centro de cuidados o con un veterinario Xiao Xingchen terminaba siendo atacado por ellos.

¿Pero cómo podría culpar a los animales de sentir miedo? en un mundo tan despiadado donde las personas fingían que otras no existían y se sentían cómodas cavando en su propio egoísmo, los animales echados a la calle, maltratados o atropellados, eran tan fáciles de ignorar como un estornudo antes de una gripe. Pero el corazón de Xiao Xingchen no podía ignorar a los animales y menos a la gente en desgracia.

Y si bien sus adorables vecinas lo cuidaban (muchas de ellas mayores de edad) él insistía en que no tenían que preocuparse por él y que mucho menos era necesario presentarle a sus sobrinas, hijas o nietas porque "estaba" demasiado solo.

A final del día tampoco tenía el corazón para decirles que no estaba interesado precisamente en "mujeres"

Suspira de nuevo, y cuando finalmente encuentra la valentía para asomar la cabeza por la puerta el "A-Chen" le explota en la cara y sonríe forzadamente.

—Xue Yang, buenos días—saluda sin mucho preámbulo. Xue Yang alza sus ojos ocre y su sonrisa se curva de tal forma que logra que Xiao Xingchen quiera regresar sobre sus talones en ese mismo momento.

¿Pero sería justo que uno de los pocos días en que Lan Xichen le pide el favor de que él vaya por el café finja demencia? ¿Cómo quedaría como jefe? Probablemente A-Yao tuerza sutilmente los labios y no diga nada, pero en el fondo Xiao Xingchen sabría que estaría disgustado.

—Últimamente solo mandas a tus empleados—Su tono suena simple, pero debajo de eso, Xingchen puede oler el verdadero significado de sus palabras "no has venido a verme ¿estás huyendo de mi?"

—He tenido mucho trabajo, a Xichen le queda de paso, sabes que yo tengo que abrir el local— Sin embargo Xue Yang no está feliz con esa respuesta, Xiao Xingchen lo sabe por cómo sus pupilas se dilatan y se dirige a la caja registradora para tomar la orden sin más alboroto.

Entre flores y tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora