Único.

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Las maletas desparramadas en el living del apartamento me recordaban que realmente estaba sucediendo, que en solo unas horas ese vuelo acabaría con todo. Si es que todo no estaba acabado ya.

***

Minseok me observaba sentado sobre uno de los brazos del sofá de la sala, su atuendo combinaba con el tapiz de este provocándome una sonrisa. Minseok me observó sonriendo, señalando su chaqueta, el sofá y los almohadones que se encontraban sobre este.

—Esto lo has logrado tú, pero no diré nada —suspiró, observando las maletas y centrando su atención en la última a medio armar a mi lado.

—No me des el crédito, tú lo estas usando todo junto y sobre el sofá —comenté bromeando, como si no supiera que ahora era un pijama especial.

Recordaba cuando habíamos comprado cada prenda y cada "esta combinación de colores me recuerdan a algo" y las risas al llegar al apartamento y observar el sofá. Meses después de tener su pijama completo, había comprado el mío, exactamente las mismas prendas y mismos colores, después de todo, era una buena combinación para un pijama y no lo dejaría divertirse solo.

Minseok había sido mi mejor amigo desde el primer día en la primera clase de la carrera de medicina que compartíamos. Supe que debía hablarle cuando lo vi llegar tarde, sentarse en la butaca delante de la mía y un enorme logo de Imagine Dragons en la parte trasera de su chaqueta, había sido la excusa perfecta para entablar una conversación.

—¿Sabes? Sé que no quieres que sea cursi, pero realmente fuiste una de las personas que siempre estuvo y siempre me ayudó en absolutamente todo, Min. No tengo forma de agradecerte la clase de mejor amigo que has sido, realmente no encuentro algo que sea suficiente —confesé, observando la sudadera de Imagine Dragons que ambos poseíamos —. Desde el primer día en la universidad has sido la única familia aquí y sé que cuando vuelva, seguirás siendo parte de mi familia. Sin importar dónde esté.

—Baekhyun, sabes que también eres importante para mí, pero vuelves a largar un discurso así sin previo aviso y juro partirte aquel florero —amenazó, señalando el objeto sobre el desayunador con las flores que JongDae le había enviado hace dos días —, en tu preciado rostro. —mencionó con un intento fallido por esconder sus lágrimas.

—Sabes que...

—Sh... ah, ah, ah. No, no, no —mencionó, alzando su dedo y señalándome con él luego —. Sabes que las distancias entre mi mano, el florero y tu cara pueden cambiar en cuestión de segundos. Yo que tu no me arriesgaría.

Reí al notar lo que estaba haciendo y continúe armando la maleta, sonriendo.

Como extrañaría esas ocurrencias.

(...)

Adormilado observé el reloj sobre la mesa de noche marcando las tres de la madrugada. Me había despertado una hora antes de la alarma y sabía que sería inútil tratar de dormir nuevamente, terminaría de malhumor e insultando a la azafata en el avión.

Tomé una larga ducha, preparé el café y observé la ropa que usaría para el vuelo, sobre la cama. No era hora de quitarse el pijama aún. Con una enorme taza de café negro, las pantuflas de conejo de Min y el control remoto, tomé asiento frente a la televisión y me observé en el reflejo de esta, ¿cuánto podía cambiar alguien sin notarlo? Había llegado como niño introvertido que se escondía detrás de la falda de la madre y ahora no reconozco a ese niño adulto que una vez fui. Si bien aún sigo comportándome como uno, es selectivo y ocasional. Llegué pensando en la aventura y me iré pensando en la experiencia.

Observé cada centímetro del apartamento recordando cada momento vivido en los últimos cuatro años y no me arrepentía de ninguno de ellos. Las lágrimas, las risas, los miedos y los momentos en los que sólo me creí fuerte y terminé siendo una roca. Cada segundo vivido quedaría grabado en mi mente como un tatuaje, como una cicatriz, pero de esas que te hicieron felices por ser uno de los mejores momentos de tu vida.

Polaroid. [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora