Capítulo 3

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"Si supieras lo hermoso que te ves cuando duermes... tu expresión relajada es totalmente opuesta a esa prepotencia seductora que despliegas cuando estás consciente, y cuando te observé dormir por primera vez aquella pregunta golpeó de nuevo mi cabeza... "¿Quien eras en realidad?"... lo único que sabía de ti era lo que me habías dicho, un joven solitario cuyos padres vivían en otro país, que trabajaba como asesor comercial de diversos comerciantes. Con tu cultura, lenguaje y conocimiento no lo dudé, pero había algo más, algo que no querías mostrarme... podía percibirlo, por eso, verte dormir era los más cercano que sentía que me mostrabas de tu yo real, aunque lo hicieras de forma inconsciente."

- Así que ya sospechabas de mi... - murmuró Hazar al leerlo.

" Verte así me provocaba querer besarte, pero si lo hacía te despertaría, y despierto eras insaciable... pero admito que eso me encantaba..."

Esa mañana, al despertar en sus brazos, Anna admiró por un momento a Hazar dormir, daba esa combinación perfecta entre ternura y masculinidad. Estaba tan conmovida con su gesto de acompañamiento que no evitó robar de sus labios un tierno beso, al hacerlo el joven despertó y se encontró con aquella dulce mirada que lo hipnotizaba.

- ¿Anna?... - murmuró somnoliento.

- Buenos días Hazar... - lo saludó mientras acariciaba su mejilla.

- ¿Ya es de día?... - se sorprendió al notar que inesperadamente otra vez se había quedado a dormir con ella.

- Sí pero muy temprano...

- Ya veo...

- Gracias por quedarte conmigo... fuiste muy dulce...

- No fue nada preciosa, pero ahora debes devolverme el favor...

- ¿Qué?... - preguntó ella y Hazar tomó con ambas manos su trasero para acercarla para luego hundir su rostro entre sus senos - Ha-Hazar! - se sorprendió.

- Shhh... quédate quieta, si no quieres que me termine de "despertar"... - murmuró perezoso.

- ¿Qué quieres decir?

- Ahora es tu turno de quedarte conmigo... lo exijo...

Ella sonrió nuevamente por su actitud casi infantil y acarició gentilmente su cabeza - Está bien... hoy no tengo clases, mi mañana está libre, así que podemos quedarnos un tiempo más así...

El joven sintió su corazón calentarse con ese gesto, una vez más le transmitía puro amor con ello, y dejando un beso en su escote respondió - Bien... eso es lo que quería escuchar...- para luego subir una mano por debajo de su falda mientras sembrada besos por su cuello hasta llegar a la boca de la ella.

Tomándola por sorpresa, jugó con su lengua suavemente y cuando se separaron para tomar aire la notó sonrojada

- Hazar... - suspiró.

Él se elevó y rápidamente se desprendió la camisa - Te dije que volvería por lo que me debes... - sonrió.

- ¿A-Ahora? P-Pero pensé que sólo querías descansar... - comentó ingenua.

- ¿Descansar? ¿Quieres que deje pasar la oportunidad de hacerte el amor para dormir?... eres traviesa... ¿Me dejas marcas en el cuerpo y luego pretendes que no tenga deseos al verte?...

- ¡¿Ma-Marcas?!

Él termino de quitarse la camisa y le mostró su espalda, Hazar tenía la habilidad de sanarse a sí mismo, pero en aquella ocasión las dejó como recuerdo de esa noche especial con ella - Sí, las marcas de tu "amor"... - dijo burlón.

Hazar: El diario de Anna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora