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— ¡Tomemos un descanso! Vayan a comer, hidratarse, dormir, lo que quieran, en una hora nos encontramos aquí otra vez.— Al terminar aquella frase San cayó sentado al suelo, tratando de regular su respiración mientras todos festejaban un poco.
Mingi, con las piernas temblando decidió ir al baño para lavarse la cara. El esfuerzo sumado al calor que generaban sus cuerpos en aquella sala era ideal para preparar alimentos al vapor, tan así que a pesar de hacer 28°c, al salir al pasillo sintió que la brisa que entraba por la ventana era incluso fresca.
Al llegar al baño abrió el agua y sin dudar un segundo metió la cara debajo de la canilla, dejando que el agua lo empape.
— ¡No hagas eso! Estás mojando el suelo.— El menor sacó la cara de allí al escuchar la voz de Yeosang, secándose el rostro con la camiseta y peinando los cabellos que se habían mojado hacía atrás.
— No vaya a ser que el príncipe de Corea se resbalé.— El más alto tomó un trapo que se encontraba allí y lo pasó por donde había mojado.
— Si muero al darme la cabeza contra el suelo será culpa tuya.— Al decir eso, el mayor instantáneamente sintió como era elevado del suelo, siendo cargando como una princesa por el menor.
— Entonces tendré que protegerte de la muerte a toda costa.— Y un beso impacto contra la mejilla del de cabellos rubios, haciéndolo sonreír.— Estás salado, deberías lavarte la cara.
— Para que crees que vine, tú tonto.— El más alto rió y volvió a dejar a su novio frente a los lavamanos.
— Lo lamento su majestad, disculpé mi confusión al pensar que podía aprovechar éste tiempo a solas con mi pareja.— Yeosang lo miró con sorna a través del espejo, estirando sus dos manos hacía atrás, en señal para que el castaño las tomase, cosa que hizo, así que el más bajo lo atrajó, rodeando su cintura con los brazos del más joven.
— No es tiempo a solas si cualquiera de los chicos puede entrar y vernos en situaciones comprometedoras en cualquier momento mi noble pretendiente.— Mingi sonrió y apoyó el rostro en el hombro del rubio.
— No quiero esperar a llegar al departamento, te extraño mucho...— El rubio comenzó a lavarse la cara sin despegarse ni un centímetro de su novio.
— Yo también te extraño, pero cuando terminemos hoy te prometo que veremos la película que tú quieras y te dejaré peinarme el cabello.— El menor se vió complacido y dejó otro beso en el rostro húmedo del mayor.
— Sabes... Tenemos una hora y los chicos planeaban ir a almorzar, así que ésto si podría considerarse un pequeño tiempo a solas.— Yeosang se vió confundido hasta que su pareja lo arrastró dentro de un cubículo.
— Amor si nos ven...
— No lo haran.— Ambas bocas impactaron ansiosas, en verdad odiaban tener que fingir frente a los miembros y aún más en ese punto de su relación.
Ambos recién comenzaban a salir, luego de mucho tiempo de gustarse mutuamente sin que el otro lo notará, así que se encontraban en la etapa que todo lo que les interesaba era el otro. Sus besos, sus abrazos, sus momentos a solas viendo películas acurrucados en la cama del menor o los pequeños berrinches de Yeosang cuando Mingi se mantenía en el estudio hasta tarde componiendo. Eran ellos y solo ellos.
Yeosang se encontraba disfrutando de los besos de su novio, tomándose la libertad de darles pequeñas mordidas a los regordetes labios del más alto, derritiendose entre sus sus brazos y ansioso de que aquella práctica terminase para poder ir al departamento y ser el único foco de atención del castaño.
Se besaban con impaciencia, intentando recuperar el tiempo perdido y cubrir el que faltaría hasta poder volver a besarse luego retomar la práctica. Y todo fue de maravilla hasta que escucharon a alguien abrir la puerta.
Sin dudar mucho Mingi colocó sus manos en los muslos del mayor, indicándole que enrriede las piernas en su cintura, cosa que hizo sin dudar, ya que si no se veía los dos pares de pies por debajo de la puerta, ambos se mantuvieron callados, intentando actuar lo más normal que podían.
— ¿Min?
— Estoy aquí San. — Yeo se tensó un poco pero el menor se encargo se acariciarle las piernas, indicándole que todo estaba bien.
— ¿Haz visto a Yeosang y Wooyoung? Dijeron que ellos no irían a comer.— Se escuchó el agua del lavamanos fluir y Mingi rió viendo a su novio, antes de contestar, se tomó la libertad de dejar un silencioso beso en los labios del chico que sostenía.
— Ya sabes como son esos dos, deben estar por ahí molestando a Seonghwa.— El rubio lo miró ofendido, ganando otro beso.
— Tienes razón, iré a buscarlos.— El agua dejo de fluir, y después de un "gracias" del pelinegro, la puerta se cerro, haciendo respirar a ambos.
Los jovenes se miraron, y estallaron en carcajadas, volviendo a besarse con dos sonrisas presentes.
Es verdad, era una tortura tener que fingir frente a sus amigos, no solo por estar alejados, si no también por el hecho de mentirles a sus seres queridos, pero debían admitir que en situaciones así, cuando se sentían al borde de ser descubiertos, agradecían mucho aún no decir nada, porque no podían negar que aquello era divertido.
Y tal vez no comieron, y en realidad volvieron a la práctica un poco más sudados de lo que salieron, pero que se le podía hacer. Los besos a escondidas eran de lo más divertido.
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Un pequeño oneshotescrito sin motivo, espero que lo hayan disfrutado.♡
