Una Linea Cruzada

El sepulturero de mi corazón

“No le voy a decir; tu dile a ella."

“La última vez que hubo malas noticias, tuve que contárselo a Manoplas. Ahora es tu turno."

“Eso es completamente diferente a esto. Antes que nada-"

Amity enterró la cabeza debajo de una almohada, con la esperanza de bloquear las molestas disputas de sus gemelos fuera de su habitación. Continuaban como si ella no los hubiera escuchado ya. Esto fue a pesar de que las paredes de la casa eran delgadas, y sin mencionar que su puerta estaba abierta de par en par. Pudo ver un destello del cabello verde de Emira a través de la puerta.

Había pasado los últimos días en la cama después de lesionarse la pierna en un juego de mala muerte. Descansar y recuperarse significaba perder la escuela y, muy desafortunadamente, la excursión al castillo del emperador Belos. Lo había estado esperando desde que se anunció por primera vez. Podría haber sido una oportunidad para volver a encontrarse con Lilith, cosa que se había estado preparando para hacer desde el incidente de la Convención. Además, podría tener una buena oportunidad para ver las reliquias que guardaba el Aquelarre del Emperador.

En el lado positivo, lastimarse significó que Luz pudo llevarla a la oficina de la enfermera en sus ya no débiles brazos de nerd. Su cara se puso roja como una remolacha con solo pensarlo, y presionó más fuerte con la almohada para amortiguar su chillido de placer.

Pensar en Luz evocaba muchos sentimientos complicados dentro de Amity. Le gustó su compromiso con las artes mágicas y la creatividad al lanzar hechizos. Apreciaba su dedicación a sus amigos, incluso a los que como ella le habían dejado una primera impresión terrible. Admiró a Luz por arriesgar su vida por Amity en varias ocasiones, la más reciente fue el enfrentamiento de Grom Queen. Oh, y ella era linda. Amity no podía olvidar esa parte.

Amity no podía decir cuándo había sucedido, pero Luz se había convertido en algo más que una amiga para ella. Casi se lo había confesado durante la Noche de Grom, pero se había enfriado antes de confesarse. Con un poco de suerte, este tiempo para ella sola ayudaría a Amity a reunir el valor para compartir sus verdaderos sentimientos con Luz.

"-Está bien, estamos resolviendo esto a la antigua, con un duelo".

“¿Qué vamos a usar? Magia, espadas, bastones ... ¿banjos?"

“No, no el último. Sabes que mamá y papá se asustarían si vieran a otro ...

Muy bien, Amity se había quedado sin paciencia. Sus hermanos gemelos pasaban todo el día holgazaneando fuera de su habitación hasta que le decían todo lo que tenían que decirle. Dejando la almohada a un lado, Amity se sentó en su cama y se aclaró la garganta en voz alta.

"Saben que puedo escucharlos, ¿verdad?" dijo irritada. "Solo entren. No me importa quién diga qué, siempre que alguien me pille al día".

Lentamente, casi a regañadientes, Edric y Emira entraron arrastrando los pies a la habitación de Amity. Llevaban sus típicas sonrisas divertidas, pero parecían más forzadas y tensas que de costumbre. Una tensión palpable flotaba en el aire entre ellos.

Los ojos de Edric se posaron en el póster de Lilith de Amity, e inconfundiblemente se estremeció al verlo. Fue breve, pero Amity había captado el momento antes de que su hermano pudiera recuperarse. Bastante extraño, tenía que admitirlo.