Dia 16 - Vivo por ella.

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Me sentía sola, sin fuerzas para continuar, sin ganas de seguir viviendo, mi vida era una simple e insípida monotonía, despertaba en las mañanas y en mi alma había un vacío inmenso, ya no quería vivir, de hecho pensé en el suicidio, mis noches eran un infierno, cuando no me atormentaban mis voces o me atacaba el insomnio era la tristeza quien me agarraba y acababa conmigo, pensaba en tantas cosas, como ¿Por qué estaba viva? Porque nadie me quiere? Ya no me interesaba nadie, mis padres insistían en que buscara un novio, pero yo sólo respondía que no estaba preparada para tener a alguien a mi lado, la verdad es que me sentía pésima, creía que no merecía amor, creí que era de esas personas que estaban destinadas a estar solas, me había hecho la idea de que mis últimos días estaría acompañada de algunos perros y una enfermera cuidando de mi sin ningún tipo de afecto ni amor, que sólo lo haría por que le pagaba.
Busque mil maneras para salir de mi depresión, escribía, cantaba, escuchaba música, leía, pero nada de esto hacía que mi alma sintiera un poco de la emoción de estar viva, en ocasiones trataba de llenar mi vacío con objetos, compraba todo lo que pasará por mi cabeza, mis padres, quienes siempre me complacían y buscaban la manera de verme feliz, no dudaban en darme todo lo que quería. Fui a psicólogos, hacías terapias de como aumentar mi autoestima, ejercicios para buscar el sentido de la vida, iba a retiros, charlas y un sin fin de cosas, hacia todo lo que los especialistas decían pero nada cambiaba. Después de tantas cosas y sin ver ningún resultado, me dedique a caminar por las tardes, salía y llegaba a altas horas de la noche, caminaba lo más lento posible para poder mirar la ciudad en las noches, para ver la gente, para sentirme un poco viva y a la misma vez para saberme parte de este mundo, dure 6 meses, luego de este tiempo sin cambiar nada busque otra alternativa pero nada cambio hasta que la conocí. Ahí estaba ella, era alta y hermosa, tenía la arena en sus ojos y la nieve en su piel, no era muy femenina pero a pesar de ser como era pude notar que era hermosa, entonces algo en mi cambió, tenía ganas de despertarme en las mañanas sólo para verla, pasaba todo el día pensándola, no había lugar o cosa que no me recordara a ella, la veía y todo en mi se estremecía, cuando escucha su nombre todo dentro de mi colapsaba, era como si hubiese vuelto a nacer, nada pudo cambiar mi vida, ni los más grandes psicólogos, ni un montón de especialistas , ni miles de libros o terapia de 5 o 6 horas, nada, sólo ella, tan sólo hizo falta encontrarla para volver a nacer, para sentir mi alma viva, para que mi corazón volviera a latir.

90 días pensando en ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora