La vida es tan corta que no nos da tiempo de hacer absolutamente nada.
Siempre me pongo a pensar las diferentes posibilidades de vida que pude tener, es difícil imaginárselo, más cuando sientes que has llegado al mundo y a está vida con un propósito.
Cuando estaba pequeña tenía una amiga de la escuela, era muy hermosa tenía un cabello negro largo, unos ojos muy bonitos y una sonrisa contagiosa; era muy alegre y siempre me metía en problemas.
Un día en clase de educación física, la noté un poco extraña y decaída así que fuimos a nuestro salón a platicar, ella llorando me dijo que se sentía muy mal pero que no le contara a nadie, me asuste demasiado y después de eso ella actuaba con mucha normalidad entonces no le tome tanta importancia.
Había días que me decía lo mismo sobre qué se sentía mal y le dolía su cuerpo, pero igual me decía que no le contara a nadie.
Pasaron semanas y ella dejó de sentirse mal, o bueno eso es lo que me decía; pero un día observé que tenía moretones en sus piernas y brazos, asustada le pregunté que si se encontraba bien, y ella solo evitaba mis preguntas.
Un día muy molesta le dije que por qué no me contaba nada si era su amiga, típica pelea de niñas pequeñas, pero ella con un rostro muy triste solo contesto.
-Mi papá dice que no debo contarle a nadie nuestro secreto.
Su respuesta me enojo mucho y me fuí, estuve días sin hablar con ella pues estaba muy molesta. Así que ella tomó la iniciativa y decidió pedirme disculpas y me contó lo que le estaba pasando.
Realmente había sido una mala amiga, y atónita a su respuesta la abracé, me había dejado con muchas dudas, pero decidí no preguntarle nada, ella sabía que contarme y qué no.
Un día ella no llegó a clases, y así pasaba el tiempo y no venía. Realmente me preocupe, y lo que temía a diario era que entraran y dijeran aquellas palabras que cambiarían mi vida; y un día pasó...... una maestra entró y dijo que había fallecido y que su familia no había dado muchas explicaciones.
Fue en ese momento que mi mundo se paró y la tristeza me consumió por primera vez, ella se había ido y no había hecho nada al respecto, me sentía tan culpable.
Me la pasaba mucho tiempo llorando y culpándome por no tener el valor de decirle a un adulto lo que sabía, pero ¿Cómo iba a decirlo? Si realmente no tenía pruebas ni mucha información.
Fue la primera vez en mi vida que me odie con todas mis fuerzas, por ser tan tonta y por tener miedo de hablar.
Todos los días pienso que hubiera pasado sí ella siguiera viva.
A los 7 años no entendía mucho sobre la vida pero hoy sí lo hago; a esa edad pude salvar a mi amiga del maltrato sexual y físico que sufría por parte de su padre, pero el miedo me consumía y no creo entender el infierno que ella vivía. Pude ayudarla pero no lo hice, y ahora lucho por que no quiero que nadie más sufra lo que ella vivió, quiero que podamos alzar la voz y que nos crean,que nos ayuden, que dejemos el miedo atrás.
Aún duele lo qué pasó, pero espero que se encuentre en un lugar mejor y que sonría como siempre lo hacia, pero que sonría de verdad y sea muy feliz, verdaderamente feliz.
Y si existe otra vida; en la otra vida no existirá el miedo.