Playa, Mar y Lujuria

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*Relato Ficticio basado en la persona que me ayudo a escribirlo*

Quien dice que la playa no es lugar para dar paso a los deseos prohibidos, una escapada de fin de año la cuarentena se ha acabado y el mar es un lugar tranquilo para pasarla bien lejos de la gente y el aburrimiento monótono de "la nueva normalidad ".

Valentina y yo teníamos planes desde hace mucho tiempo de poder ir a ver las olas y sentir el calor no solo del sol y la humedad del mar, también el calor de nuestros cuerpos y la humedad de la entrepierna de ella....

Llegamos al hotel al frente de la playa y alistabamos las cosas para poder ir un momento a disfrutar de las olas pero una pequeña tormenta derribo nuestras esperanzas asi que nos quedamos en el cuarto.

Valentina es de piel morena, posee unos ojitos cafés algo achinados y grandes, labios gruesos rosados contrastan con su piel canela, una sonrisa blanca como marfil, su cuerpo es muy bonito y verlo desnudo es más exitante aún.

Tiene senos pequeños y firmes algo afilados en su pezon con un sabor tan especial, unos glúteos también pequeños pero que le encanta que los azoten, y unas piernas grandes y preciosas, ya se imaginan... ¡Perfecta!

Mientras pasaba la tormenta pusimos una película algo peculiar y rara de magos y hechizos, lentamente comenze a acercarme y besarla
A tocarla y a hablarle:
-Te desee tanto, desee este momento, el tenerte al fin en mis manos y hacerte gozar y cumplir más allá de las fantasías que me decías-.

Ella me contesta de una forma tan sutil y con una voz tan erotica:
-Si al fin juntos... hazme tuya de una vez te quiero dentro de mi ya estoy jodidamente necesitada de tu calor, ¡Quiero sentirte dentro de mi!-

Se despojó de su bikini rojo y quedo completamente desnuda dejando ver toda la dulzura que me esperaba poder comerle y besarle, se recostó y abrió sus piernas dejando ver el tan anhelado premio frente a mis ojos ahí estaba mucho mejor que las fotos y videollamadas.

Lentamente me acerque y comencé a besar su entrepierna dando pequeños toques en su ya hinchado clitoris lo cual la hacia pegar pequeños saltos y liberar tiernos gémidos, mi lengua se posicionó en la entrada de su vagina desde donde subí hasta llega a su clitoris mientras mis manos masajeaban sus senos erectos por la exitacion.

De su boca salieron estas palabras que aumentaron el calor:

-Si Fernando! -gemido- que rico, sigue así, -palabras entrecortadas por los gemidos-, Oh si! Si sigue así! -gemido-

Me sujeto del cabello jalandome más a ella, con las piernas temblorosas -esto es delicioso mucho mejor que los mensajes-

Sus piernas temblaban y una oleada de placer se apodera de su cuerpo para dar paso al tan esperado orgasmo.
Sus palabras llenaron en un grito la satisfacción de un oral bien hecho, era el primero.

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