Sables | Flores | Criaturas míticas
❝ Hijo de la luna ❞
(O de como el lobo busca a la luna)
Era de conocimiento común que los cultivadores de la secta Nie solían morir de una manera tan violenta como las formas de su cultivo. Un día ya no podían controlar su enojo y al siguiente estaban teniendo una desviación de Qi. La gente de la secta Nie creía que era por el sable, que los espíritus de estos condenaban a sus portadores a morir jóvenes, a perderse a sí mismos y a su conciencia, pero esto no era del todo cierto.
La verdad se le confiaba al heredero de la secta a su corta edad, como una sentencia, esperando que de alguna manera el niño comprendiera lo que sucedería. Así también se le mentalizó a Mingjue cuando era un adolescente, pero tan acostumbrado a las ideas radicales de la secta, a su padre estricto y de pocas palabras, no era realmente tan importante.
El problema fue cuando conocía a aquella criatura que su padre indicó era su hermano menor, una pequeña bolita escondida entre mantas que de repente sollozaba. Mingjue lo intentó cargar preocupado, pasando sus brazos por debajo del cuerpecito mientras temblaba. "¿Por qué es tan pequeño? Se va a romper, papá." Había dicho preocupado.
Y al escuchar su voz, el bebé abrió sus ojos llorosos, en silencio repentinamente.
Sus miradas se conectaron y Mingjue aceptó silenciosamente que era lo más hermoso que había visto en su corta vida. Se preguntó si alguna vería algo más hermoso.
Pasó mucho tiempo con aquel bebé y entonces se preguntó cómo podría dejarlo, cómo podría dejar a su pequeño y frágil hermano solo, la idea era simplemente aterradora. Le vio dar sus primeros pasos, le llevó a acostar cuando estaba asustado por la oscuridad y le regaló pinceles en cuanto sus manitas fueron lo suficientemente fuertes para sostenerlos.Probablemente su recuerdo más feliz es su hermano gritando "da-ge" con su vocecita suave.Pero crecer siempre es difícil.
Nie Mingjue encontró increíblemente difícil adaptarse al cambio, a que ya no era pequeño, a que su padre nunca lo volvería a castigar por ser demasiado suave. Tenía solo 15 años y de repente el peso de una secta que llevaba siglos existiendo estaba sobre sus hombros. No solo una secta, un legado, las ultimas luces de una raza cazada por los humanos.
El peso de la verdad.
Los Nie no morían por el cultivo violento, ni por los sables, ni desviaciones de Qi.Morían porque eran los últimos descendientes de los Berserkers, la última sangre de los Úlfhednar, los últimos que llevaban la piel del lobo y en este mundo, donde la raza complementaria de los Úlfhendnar había muerto. Los úlfhendar ya no eran capaces de encontrar a sus otras mitades y a cierta edad su lobo, dependiendo de qué tan fuerte sea simplemente pierde el control.
Simplemente se pierde.
Pero en la vida de Mingjue había una luz cegadora, una que lo guiaba, una por la que no se perdía.
Una que protegía ferozmente y misma por la que seguía sin titubear. Su hermanito.