Capítulo 4

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Después de unos 10 minutos nos trajeron la comida y empezamos a comer en silencio. Cuando terminamos, brindamos con nuestras limonadas el éxito que estaba teniendo mi persona favorita en el mundo, mi padre.

– ¡Salud! – dijimos al unísono, mientras chocábamos nuestros vasos y bebimos la limonada.

Mi celular empezó a sonar avisándome que eran las 3:30 p.m. apague la alarma y tome lo que quedaba en mi vaso.

– Vamos cariño o llegare tarde a mi junta – dijo mi papá poniéndose de pie, imite su acción y caminamos hacia la caja, nos dividimos el valor de lo que habíamos consumido, pagamos y regresamos al auto.

– ¿Quiere escuchar música? - le pregunte

– Si, pon unas salsitas o unos merengues – dijo sonriendo.

– Okey – dije, conecte mi celular a la radio y busque la playlist favorita de mi papá y de primeras salió un merengue bailable.

- Dicen que tu me amas
Dicen que tu me hace feliz
Dicen que tu me adoras
Y eso no es así
Dicen que tu me amas
Dicen que tu me hace feliz
Dicen que tu me adoras
Y eso no es así

Yo entregué todo mi amor
Yo entregué toda mi vida
Tu entreguaste una ilusión
Al que viste en la tarima
Movimientos de cadera
La canción que te gustaba
Te enamoraste de mi, porque era yo quien cantaba

Dicen que tu me amas (ay, si)
Dicen que tu me hace feliz (tu sabe' que si)
Dicen que tu me adoras
Y eso no es así

Sacúdelo que tiene arena
¿Qué tiene qué?
Tu sabe'

Dicen que tu me amas
Dicen que tu me hace feliz
Dicen que tu me adoras
Y eso no es así
Dicen que tu me amas
Dicen que tu me hace feliz
Dicen que tu me adoras
Y eso no es así

No es así, porque yo creo
Que el amor es entregarse... – Cantamos a todo pulmón mientras hacíamos que bailábamos al ritmo del merengue, así pasamos de canción tras canción hasta llegar a la casa, nos bajamos del auto, abrimos la puerta, entramos, mire la hora y eran las 3:40 p.m. subimos corriendo las escaleras y fuimos a cambiarnos, busque lo más bonito y casual que tenía y me lo puse lo más rápido que pude, me cepille el cabello y lo recogí en una coleta alta me saque unos mechones para que le diera un toque despreocupado a mi ouffit. Me mire al espejo y note que me faltaba algo así que me aplique un poco de labial nude y un poco de mascara para pestañas, estaba lista justo, la bocina de un auto me alerto y salí de mi habitación corriendo, con mi manicartera.

– ¡Ya voy! – dijo mi padre empezando a bajar las escaleras, corrí hasta él.

– Papá es para mí, te amo regreso en un rato voy a salir con Lilith y unos amigos al centro comercial, ahora regresamos – dije muy rápido para que ni hiciera preguntas, le di un beso en la mejilla y corrí a la puerta verifique mientras salía que trajera todo en mi manicartera. Camine hasta el Chevrolet vino tinto, Amon al verme se bajó.

– Hola Mailen, Wow estas muy hermosa – dice mirándome de arriba abajo con una con una sonrisa causándome un leve sonrojo.

– Gracias tu tampoco estas mal – dije sonriendo nerviosa.

– ¿Que no está mal?¡Ay por Dios mira ese hombre! De que dulcería te escapaste bombón – dije mi conciencia.

– Cállate no digas esas cosas que me da vergüenza con solo pensarlo – le reproche mentalmente.

– Sube – me abriola puerta e hice lo que medijo.

– Gracias – dije cuando cerró la puerta.

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⏰ Última actualización: Oct 07, 2020 ⏰

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No social class for love (No hay clases sociales para el amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora