Prólogo

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Zoey dejó de leer por un momento y se acercó a ver por la ventana. Desde ahí podía ver, a la derecha, la entrada del castillo y, a la izquierda, el establo. Fue ahí a donde vio. James estaba sacando a un caballo.

James y Zoey eran los mejores amigos desde pequeños. Crecieron, jugaban y vivían juntos desde siempre.
Él, hijo mayor del mayordomo cuya familia llevaba más tiempo sirviéndole a la realeza, a la familia de Zoey. Ella, hija mayor de los reyes, por lo tanto la princesa heredera.

Cuando James regresaba del haber dejado al caballo le hizo señas a Zoey para que bajara. Ella negó con la cabeza. James dijo algo, pero Zoey no le escuchó así que salió al balcón.
- ¿Por qué?- repitió él.
- Mi mamá no quiere que salga hoy- respondió ella.
- La reina salió hace cinco minutos y escuché que tardaría en regresar. Baja.
Zoey no lo pensó dos veces con tal de pasar tiempo con James y dijo:
- Ahora bajo.
Se dio media vuelta. Al entrar cerró la puerta del balcón y salió corriendo de su habitación. Cuando pasaba delante de la de su hermana se chocó contra ella. Ashley le preguntó:
-¿A dónde vas?
- Con James.
-¿Por qu... mejor no pregunto
Ambas rieron. Ashley siguió su camino a la biblioteca y Zoey hacia el establo.

Al llegar, James ya la esperaba con su caballo y el de ella.
El caballo de James era café oscuro y el de Zoey, café claro con manchas blancas.

-¿Montarás como princesa? - le preguntó James.
Zoey lo miro con una mirada asesina.
- Okay. Solo preguntaba- continuó él y juntó sus manos para que ella pusiera su pie y saltara al caballo. Ella así lo hizo sin que el vestido celeste que llevaba se le arruinara.
Estando arriba dijo:
-Gracias.
James se montó a su caballo y le dijo:
- Sígueme.

El estilo princesa consistía en que la dama cabalgaba con ambas piernas en un solo lado. Una posición incómoda para cualquiera.

Cabalgaron mientras hablaban.
-Hagamos una carrera hasta el bosque- propuso Zoey.
James estuvo de acuerdo.
Los dos llegaron casi al mismo tiempo.
- Dejemos que los caballos descansen. Te quiero enseñar algo- dijo James.
- Ok. Vamos - contestó ella.
Se bajaron de los caballos y se adentraron en el bosque.
- Si quieres enseñarme algo del bosque que yo no conozca, es imposible. Lo hemos recorrido juntos desde pequeños- comentó Zoey.
- Lo sé, pero estoy seguro que lo que te quiero enseñar no los has visto- aseguró James.

Llegaron delante de un árbol que ambos conocían muy bien.
- Este es el árbol donde Ashley nos casaba ¿cierto?- pensó Zoey en voz alta.
James, que estaba delante de ella, se giró y dijo:
- Si, aunque nunca nos casamos oficialmente. En el momento del beso parábamos.
Los dos rieron.
- Es aquí.

James empezó a subir por el árbol. Cuando llegó a un lugar seguro le dijo a Zoey que subiera. Ella así lo hizo. Estando junto a él, James dijo:
- Este es tu regalo de cumpleaños de mayoría de edad. Ya 18 años ¿eh?
- Tú tienes solo un año más, así que no digas nada- dijo Zoey sonriendo - Además, falta un mes para eso.
-Lo sé, pero quería ser el primero en darte un regalo.
Ambos sonrieron.
- Tienes que caminar por esta rama y verás tu regalo.
A Zoey no le parecía muy buena idea, pero confiaba en James. Él le sujetó la mano y ella le pidió:
- No me dejes caer James.
- Nunca - le contestó él.

El recuerdo de cuando eran niños invadió la mente de Zoey. Para cruzar el río, James siempre buscaba el tramo más estrecho para pasar. Ponía un tronco que los aguantara a los dos y pasaba. Luego le extendía la mano a Zoey para que pasara. Las primeras veces ella le decía exactamente lo mismo que le acababa de decir. Él la miraba con los ojos azules que le encantaban y le respondía lo mismo. Nunca la dejó caer.

Zoey regresó al árbol donde estaba y le sujetó más fuerte la mano a James. Se acercó al centro de la rama y vio su regalo de cumpleaños.
Era el paisaje más bello que había visto jamás. Se veía el bosque verde con las copas de los arboles, unas más altas que otras, seguido de un claro donde estaba el castillo y más allá, el lago donde se metían todos los veranos.
Zoey sonreía y James al verla, también.

James escuchó que la rama crujía.
-¡Zoey! Zoey regresa- gritó preocupado.
Ella sin voltear a verlo, dijo:
- Espera un poco.
- No. La rama se está rompiendo. Regresa -y la jaló del brazo suavemente.
Zoey guardó en su mente lo que sus ojos veían y comenzó a caminar hacia James.

La rama se quebró e inmediatamente James jaló a Zoey para que no cayera. Ambos quedaron uno a pocos centímetros del otro. James tenía su espalda contra el tronco del árbol, su mano izquierda se agarraba a una rama y la derecha sostenía a Zoey por la cintura. Ella tenía ambas manos apoyadas en el pecho de James.
Ninguno de los dos dijo nada. Ambos miraban alternativamente los labios y los ojos del otro. Hasta que James dijo:
- Será mejor que bajemos si no queremos quedarnos sin árbol de boda.
Los dos sonrieron y desviaron la mirada.
Zoey bajó sin lastimarse. James al saltar se hizo una cortada en el dedo índice derecho.
-¿Estás bien?- preguntó Zoey
-Sí, solo fue una cortadita- contestó él.
A ella se le ocurrió algo y también se cortó el dedo.
-¿Qué haces?- dijo James extrañado.
-Levanta tu dedo cortado- le ordenó ella.
Él la vio aún más extrañado, pero así lo hizo.
- Prométeme que seremos amigos pase lo que pase
- Zoey, ese "pase lo que pase". ¿Sabes lo qué significa?
- Claro. He pensado en lo bueno y en lo malo. Promételo.
Él asintió. Zoey acercó su dedo con sangre al de James y los unieron.
- Estamos locos ¿lo sabes?- bromeó él.
- Si - respondió ella y ambos rieron.

Caminaron hasta llegar al río. James se limpió rápidamente pero Zoey se quedó viendo cómo el agua pasaba. De reojo vio que James no dejaba de verla. Se giró para sorprenderlo y le preguntó:
- ¿Por qué me ves así?
Él se sonrojó un poco y le contestó:
- Te imaginaba cayéndote al agua.
Los dos rieron. Zoey agarró agua en sus manos y se la tiró a James. Él fue por agua e hizo lo mismo.
-Ok, estamos en paz - dijo Zoey deteniendo la guerra de agua.

Regresaron hacia donde estaban los caballos y se sentaron, uno al lado del otro apoyados en un árbol. James estaba un poco nervioso y Zoey lo había notado.
- ¿Estás bien?
- Ammm... sí. ¿Por qué? - dijo él.
- No te dejas de mover ¿Qué te pasa?
James se puso de pie y después de haber dado unos tres pasos respondió:
- Es que, verás, es por algo que una ley real no me deja.
- ¿Ley real? ¿De qué hablas? - dijo Zoey levantándose y caminando hasta llegar junto a él.
- No puedo.
- No puedes ¿qué? Soy tu mejor amiga. Me lo puedes contar todo.
- No Zoey. Eres una princesa.
Ella no dijo nada.
James se colocó delante de ella. Su mano derecha tomó la izquierda de Zoey, y la otra se colocó en la unión de la mejilla y la barbilla de ella. Viéndola directamente a los ojos grises que lo volvían loco.
- No puedo decirte que te amo, que estoy enamorado de ti y que nada podrá cambiar lo que siento.

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Heiiii holaa!!! Esta es mi nueva historia (((((:
Espero que les guste XDDDD

TÚ Y YO [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora