Algunas veces solo necesitamos ser nosotros y la lluvia contra el mundo, para arreglar nuestras diferencias y encontrar la paz.
" La paz es intangible ante un corazón devastado y una mente doblegada ante el pasado"
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La lluvia no era algo que me gustará, más bien los detestaba, recordar todo lo que había provocado el frío en mi vida me llenaba de punzadas en el corazón haciéndome viajar al pasado dónde todo se arruinó, dónde por dos veces consecutivas la lluvia, era testigo de mi pérdida.
Caminar por estás calles era doloroso, más cuando veía aquella banca, dónde prometimos ser uno solo, el frío calaba en mis huesos llenandome la cabeza de aquellas promesas no cumplidas, continue mi camino hasta estar parado frente a ella, estaba dubitativo mientras tomaba asiento, estaba fría, un temblor recorrió mi cuerpo ante los recuerdos y una lágrima traicionera cayó por mi mejilla.
— Por dios que frío hace
— Si, pero es divertido
— Cuando no te mojas
— Exactamente — ella sonrió mientras la hacía dar una vuelta. Camino por delante mío jugando con las pequeñas hojas en el piso, volteo con cuidado y me miró con la nariz arrugada mientras se reía por qué le había caído una gota de agua.
—¡Va a llover! — hablo emocionada.
Lágrimas siguen cayendo por mis mejillas sin pudor alguno por el dolor de aquel recuerdo — Nunca te podré superar princesa — susurré mientras me disponía a levantarme y dejar en mi lugar aquel ramo de flores que intente darte esa tarde.
— Nunca olvides cuánto amor y dolor causaste en mi — dije en voz alta mientras que un trueno se escuchaba en la distancia.
El invierno me quito todo y ni el verano más cálido me lo podrá devolver.
