Historias de terror

Esfera- BohnDuen

“Bienvenido a la sala de supervivencia, siempre dicen que el amor es lo que une al mundo. En estas historias ¿Se ha comprobado o desmentido? La obsesión y los celos van siempre de la mano. Los diferentes tipos de personas, situaciones y formas de demostrar amor no siempre serán comprendidas por el lector o en situaciones, por quien lo vive.”

-¿Qué es eso?- preguntó el joven moreno tratando de ayudar a levantarse a su pareja, el joven callado.

“Este proyecto se le llama: la esfera de los amantes. Sí, un nombre cliché para tres parejas clichés.”

-¿Tienes algún puto problema con nosotros?
-Bohn cálmate.
-Pero Duen…
El chico de sonrisa gatuna solo le dio una mirada mortal para silenciarlo.

“La esfera está dividida en tres partes… no pueden ver a nadie que no sea su pareja, es fácil… el amor debe guiarlos.”

-Mek.- habló el bajito suavemente.- Tengo miedo.
-Vamos bebé.- abrazó a su novio tratando de calmarlo.- Estoy a tu lado.

“Entraron en pareja  ¿Escaparan como una? Dicen las personas mayores que no hay Yin sin Yan, no hay alfa sin omega. Cada uno de ustedes tiene una historia que quieren sepultar en lo más profundo de su pasado. Promesas rotas, sueños perdidos y rencor. Han sido seleccionados por sus propias familias y amigos para poder superarlo todo y empezar de cero.”

-¿Estás bien Ram?- King preguntó limpiando la herida sangrante en la rodilla de su novio.- ¿Puedes caminar?
Sin responder con palabras tomó la mano del moreno y depositó en ella un suave beso haciéndolo sentir más tranquilo.

“Comencemos con las pruebas. La pareja perfecta número uno, Bohn y Duen ¿Están listos para su desafío? Uno de ustedes no ha sido completamente honesto con el otro. Tres años de relación basados en mentiras y engaños. Las baldosas bajo sus pies están programadas para caer cada minuto, en total son diez minutos antes de quedarse sin suelo. Sean honestos y sobrevivan… de otra manera su mayor pesadilla podría hacerse real.”

-¿Cómo rayos esperas que sepamos de que hablas?- Bohn era conocido por su poca paciencia, Duen solo podía observar a su novio golpear todo a su paso.
-Bohn.- habló recostándose en la pared de color blanco que los rodeaba.- Deberíamos hacer lo que dicen.
-Es una estupidez… por decir saber que mierda no van a torturarnos.
-¿Ocultas algo?

Duen había escuchado con atención la voz que resonaba en la incolora habitación, efectivamente el suelo estaba dividido en diez baldosas y sobre ellos se podía observar un cielo falso parecido a una esfera. Fuese lo que fuera ese lugar estaban a merced de algún desquiciado. Si secretos deseaba pensaría en todo lo que ocultó hasta ese momento.

-Te mentí.- habló entre dientes, era mejor comenzar y no esperar a que las baldosas cedieran.- El fin de semana pasado no trabajé hasta tarde.
Bohn detuvo las patadas hacia la inocente pared y se giró hacia su novio.- ¿Qué?
-Mentí… en realidad salí con Mek.

En ese momento Boss alejó un poco a su novio que aún lo abrazaba y lo cuestionó con la mirada. Aunque no pudiesen verse entre sí el audio era perfecto. El joven de ascendencia china se limitó a negar con la cabeza suavemente. En un ataque de enojo y frustración acorraló al más bajo por poco contra la pared colocando sus manos a los lados de su cabeza. Sus ojos se encontraban rojos del enojo y Boun temió que incluso lo golpeara. Un estruendo los hizo girar al lado opuesto de la sala, la primera baldosa había caído.

-Cálmate.
-¿Me lo estás pidiendo enserio?- realmente no le interesaba el peligro en que se encontraban.- Estas diciendo que me engañaste ¡Mek es mi mejor amigo!
-No es lo que dije.- una de sus manos se colocó sobre el pecho del más alto.- Solo salí con Mek… No hicimos nada de eso.
-¡Aun así me mentiste!
Duen necesitaba pensar sus palabras, Bohn era una persona sumamente celosa y posesiva.- Me pidió ayudarlo a buscar un anillo de matrimonio para Boss.

Un sonido metálico se repitió y otra baldosa desapareció justa detrás de ellos haciéndolos temblar. En la habitación continua Mek se sonrojó completamente, había sido expuesto ante la persona a la cual deseaba proponerle matrimonio. Se prometió silenciosamente que al salir de ese lugar llevaría a cabo la pedida de mano sin retrasarla un segundo más. Boss saltó a sus brazos y llenó su rostro de besos pequeños.

-¿Eso es todo?- los ojos del más alto se calmaron poco a poco y Duen solo pudo asentir.- Tu turno.
-No tengo secretos.
El joven de sonrisa gatuna solo pudo observarlo expectante, sabía perfectamente que eso no era cierto.- Tu turno.
-Ya dije que no tengo secretos.
-¡Maldita sea Bohn habla de una maldita vez!- el grito de pánico fue forzado por una tercera baldosa desaparecida.- No quiero morirme.
-¿Y qué esperas que haga?- reprochó el más alto por pocos centímetros.- No he hecho nada malo.
El que confesó una bobería bufó molesto.- Acabemos con esta mierda de una puta vez.
El más alto solo pudo verlo incrédulo, su chico jamás decía groserías.
-¿Quién es Tiger?- dicho esto desapareció una nueva parte del suelo.- Responde de una maldita vez.
-Duen… yo.
-No quiero excusas… prefiero la verdad a morir por tus mentiras.-caminó entre dos baldosas esperando una respuesta, se negaba morir de esa manera.
-Un amigo.
-¿Seguro?
-Duen.
-¿Seguro?- preguntó nuevamente.
-Mierda… tuvimos algo antes de conocerte.- respondió por fin respondió lleno de frustración.- Aun no te conocía.
El más bajo chasqueó la lengua la quinta descendió, un minuto no era suficiente tiempo para que confesaran.- ¿Realmente seguirás mintiendo? Hace unos días llamó a tu móvil… a tu puto móvil.
-Eso no quiere decir nada.
-¿Eres idiota?- Duen se movió nuevamente de baldosa.- ¿Qué sentirías si yo guardara el número de mi ex en mi móvil?
-No fue mi novio.
-¡De un puto polvo rápido!-  Duen estaba enloqueciendo al sexto sonido metálico, el miedo crecía en su pecho y la frustración de que su novio no cooperase lo estaba matando… demasiado literal para su gusto.- Solo dime las cosas y acabemos con esto.
-¡Bien!- gritó con molestia.- Nos acostamos un par de veces… pero solo eso.
-¿Cuándo?
-Hace unos meses.
-Fechas exactas Bohn.
-Cuando fuiste a tu ciudad natal.
El séptimo sonido metálico casi lo dejó sordo, no entendía si por el estruendo o la confesión.- ¿El fin de semana que me acusaste de estarte siendo infiel por no responder rápido?
No respondió, sus ojos eran de odio puro por ser obligado a confesar.
-Eres un imbécil.- Duen golpeó en el pecho a Bohn mientras decía esas palabras, una baldosa más cayó.- ¿Esa es toda la historia?

El ambiente era pesado, podían ver lo que se mantenía bajo sus pies. Agua oscura donde varios peces se movían expectantes. La pareja intuyó que se trataban de pirañas. Duen podía ser demasiado ingenuo y decir cosas fuera de lugar pero jamás lastimaría a Bohn, tomó la mano de quien se negaba a contestar la pregunta y al escuchar la penúltima baldosa caer decidió que no valía la pena seguir con ello. Sus constituciones eran similares y alturas no tan diferentes así que no se encontraba en desventaja.

-Responde.
-No… no merece la pena.
-¡Se trata de nuestra vida!
-No lo haré.- respondió con decisión.- No hablaremos de esto con alguien que no conocemos.
La baldosa tembló bajo sus pies.- Esto no va a ocurrir… no te lo voy a permitir.

A escasos segundos Duen empujó por el pecho a su novio haciéndolo caer de la baldosa. No le interesaron los gritos del joven o los alaridos de tres de sus amigos que gritaban desde lugares indefinidos. El suelo se detuvo al momento en que el cuerpo fue sumergido en el agua oscura.

“Así que Duen, tu elección fue seguir por el mundo solo. Bohn se negó a aceptar su infidelidad durante tres años. Nunca dejó a Tiger y aun así hacía la vida de su novio miserable. Puedes irte, las familias de ambos querían que se sinceraran y los hicieron venir a esta prueba, tristemente solo tú la has logrado.”

Las baldosas regresaron formando un suelo perfecto, la puerta se abrió dejando a un Duen libre. El horror se apoderó de las parejas que aun restaban en el lugar. Nada era lo que parecía y aunque los métodos tomados eran extremos. Algunas parejas estaban destinadas a ya no permanecer juntas. Bohn fue dado por fugado con el amante y su muerte nunca se atribuyó a nadie.

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