PACIFY HER.

Blue Boy.

Tired, blue boy walks my way
Holding a girls hand
That basic bitch leaves finally
Now I can take her man.

Saiki se paseaba por los pasillos de la escuela mientras su diestra tomaba con seguridad la mano de su novia; ella irradiaba un aura potente, alegre, que hacía que todos prácticamente la miraran, probablemente esa era una de las cosas que a Saiki le gustaban de ella, su luz. Kokomi le sonrió ampliamente a su pareja, él le regresó la sonrisa, sólo que más leve, a su manera. Aún con esto, ella se sentía querida, porque el chico del cual ella estaba enamorada la amaba con la misma o mayor intensidad.

Por lo menos, eso creía fielmente.

Cuando les tocó separarse debido a que asistían a diferentes salones, ella besó la mejilla del adverso, Saiki simplemente le sonrió. Ella susurró un "te amo" más audible quizá que un pequeño susurro, el respondió con su tono habitual "Yo también te amo mucho." Se despidieron. El psíquico tomó asiento en su respectivo lugar, algunos en la clase murmuraban lo lindos que se veían ellos dos juntos, que después de tanto tiempo en pareja era inevitable incluso no encariñarse con ellos nada más de verlos, no obstante, no miraba al resto de la clase pues carecían de su atención en realidad, le era insípido todo allí. Por lo menos casi todo.

Sus miradas se cruzaron, sólo fué cuestión de segundos, ambas mostraban una pequeña chispa; la cuál cada uno por su parte había aprendido que sólo se instalaba al ver al otro. A Saiki le brillaban los ojos al ver a Kuboyasu, a este por su parte, se le profundizaban. Aren estaba pensando, casi seguro de su conclusión. Kusuo lo deseaba tanto o más como él lo deseaba.

Someone told me stay away from things that aren't yours
But was he yours, if he wanted me so bad?

Era final de clases, afortunadamente Aren llevaba tanto tiempo pensando en aquél tema que inclusive, había aprendido que Kokomi platicaba unos minutos con sus amigas después de clases antes de esperar a Saiki. El recién nombrado, caminaba con tranquilidad por los pasillos, esta vez estaba acompañado de un amigo que también conocía perfectamente, después de todo asistía a clases con ellos dos. Aún así, y sin vacilar, Kuboyasu decidió acercarse hasta estos, uniéndose estratégicamente a la conversación que ambos mantenían.

—Estoy de acuerdo con lo que dice Nendō.— argumentó e inmediatamente captó la atención de ambos; el más alto por su parte con simpleza le sonrió antes de continuar hablando, como si aquella interrupción no fuese relevante o mínimamente invasiva, sin embargo Saiki estaba sorprendido, se le veía en su rostro, a pesar de aquella tensión que había entre ambos y las miradas cargadas de sentimientos que ellos compartían, muy rara vez habían cruzado palabras, salvo para actividades escolares o de ser meramente necesario, por ello la sorpresa en el de cabellos rosados.

—¿Podemos hablar un momento, Saiki?— Saiki relamió ligeramente sus labios antes de abrir la boca, queriendo decir algo, lo que fuese, pero las palabras no salian. Nendō miró a su amigo entonces.

—¿Los dejo solos?— inquirió, Saiki terminó por asentir, él sabía las intenciones del adverso, lo más irónico es que, no necesitaba leerle la cabeza para eso, con sólo verlo, por la forma en que módulo su nombre, lo sabía perfectamente y aún así, aceptó. Kuboyasu tomó la muñeca del contrario guiándolo hasta los salones del piso de arriba pues esos se encontraban totalmente vacíos.