She used to be mine

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Llego a la dirección que me ha mandado María hace un rato y simplemente me quedo flipando. Cuando me dijo que su amiga era pija tampoco pensé que me encontraría algo así.

Bajo del coche y me quedo mirando hacia la mansión que tengo en frente. De todos los lugares a los que me podría imaginar al saber que la chavala tenía pasta este era el último. La mansión estaba rodeada por un gran muro y una puerta literalmente gigante.

Y tampoco voy a mentir, odio a los ricachones. Pero donde hay comida gratis ahí estaré.

Tiro el cigarro al suelo y pico al timbre. Donde hay una cámara enfocándome en todo el careto.

- Si? - oigo una voz.

- Em..soy Natalia. La amiga de María.

- Vale - responde la persona que hay dentro de la casa hablando por el telefonillo.

La puerta se abre y yo entro despacio, hasta llegar al castillo, porque podría ser un castillo perfectamente, tengo que caminar un camino rodeado de árboles y flores.

La puerta se abre y María aparece con una gran sonrisa.

- Hola, mi amoooor - grita mientras se acerca a mí.

- Joder con la pija no? - digo mirando todos los lugares del exterior de la casa.

- Se llama Alba tía, ya verás que te cae súper bien.

Entramos al castillo y yo todavía alucino más, en la entrada hay una gran escalera que lleva al piso de arriba. Sinceramente pensaba que estos casoplones solo salían en las películas, pienso mientras una mujer con uniforme me recibe en la entrada.

- Buenas tardes señorita, me presta su abrigo por favor - pregunta aquella mujer con una gran sonrisa.

Yo solo me quito el abrigo y se lo doy sin responder.

Justo cuando la mujer se gira para ir a no sé donde aparece una chica, que tendrá mi edad, vestida...

¿En que momento me metí en la serie de Dinastía? La chica rubia va vestida con un vestido blanco elegante y unos tacones que le hacen ver más alta de lo que es.

- Hola... Natalia no? - pregunta acercándose a mí para darme dos besos.

- Sí... - me sentía fuera de lugar, pero demasiado. Yo iba vestida toda de negro, incluidas mis botas militares y mi chupa.

- Bueno, siéntete como en tu casa - dijo amablemente.

- Eso será difícil, pero gracias - respondo aún alucinada por su vestimenta y por la casa.

Ella nos guía hasta el jardín, que podría ser mi pueblo entero, y se sienta en una de las miles de sillas que hay alrededor de la mesa.

- Quieres comer algo? Beber....

- No, gracias - le digo interrumpiéndola.

Claro que quería comer, pero no quería que pensase que era una muerta de hambre. Asintió no muy convencida y miró a María. La cual se estaba liando un porro.

- Tú fumas? - pregunté a la rubia.

- De vez en cuando, pero mi familia no lo sabe. Se llevarían una gran decepción de su querida hija - contesta riéndose un poco.

- Sí Natalia, esta chica no es como aparenta - comenta María acabado de liar el porro.

Ella solo se ríe y noto como se sonroja un poco. Pues vaya con la pija...oye que la chavala era mona pero yo eso de ir con ricachones como dije antes no lo llevo muy bien.

One Shots AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora