El comienzo.

481 15 4
                                    

Mi nombre es Miranda, Miranda Sheffield. Si soy la hija del "Señor Sheffield", todo el mundo se piensa que por ser la hija del gran "Señor Sheffield" soy una creída, maleducada, caprichosa, rebelde y... en muy pocas palabras una reverenda "perra". Pues si eso es lo que espera la gente no, no lo soy... Soy todo lo contrario soy la típica chica de 18 años que le gusta estudiar, leer y es de "pocos amigos".

Esta es mi vida, ¿soy la típica idiota? si, si lo soy. soy esa la que nadie quiere la que nadie ve la que nadie ama, soy esa a la que su padre abandono, soy esa a la que su "madre" no le importa más solo para presumir que ira a la universidad.

Y soy esa a la que le dicen "Tú no eres nada y jamás lo serás".

"Tú no eres nada y jamás lo serás" "Tú no eres nada y jamás lo serás" "Tú no eres nada y jamás lo serás" "Tú no eres nada y jamás lo serás" "Tú no eres nada y jamás lo serás" "Tú no eres nada y jamás lo serás" "Tú no eres nada y jamás lo serás" "Tú no eres nada y jamás lo serás" "Tú no eres nada y jamás lo serás" "Tú no eres nada y jamás lo serás"

<>

¡MIERDA! - Exclamo- siempre será igual -empiezo a sollozar al recordar a mi padre diciendo esas palabras, esas malditas palabras rondan por mi cabeza esas estúpidas y malditas palabras-

¡MIRANDA! - alcanzo a oír a mi madre gritando desde la sala y eso me saca de mis pensamientos- ¡MIRANDA! ¡Ven aquí abajo ya es tarde! - vuelve a repetir y de un tirón salgo de la cama-

Voy al ducharme para quitarme el olor a sudor y relajarme de esa horrible y repetitiva pesadilla, aquella que me atormenta desde que tengo memoria. logro tratar de relajarme hasta que mi madre vuelve a pegar un grito, en una de esas le digo: ¡Ya bajo espera a que me vista! y no grites más por favor.

Salgo de la ducha y voy a mi armario, hoy es mi último día y me mudare a la universidad de Stanford, así que tendría que vestir presentable. Tomo una falda no muy corta color turquesa y una camisa blanca, me pongo unos tacones no tan altos ni muy bajos color negro, me rizo mi cabello y me maquillo ligero. Bajo a la sala y como de costumbre me encuentro con mi madre.

Hola mamá- le sonrió-

Hola -dice cortante como de costumbre y poco después añade- ya es hora, debes irte este es tu último día.

Lo sé -tomo las llaves de mi coche y me dirijo a lo que próximamente seria mi antigua escuela-

Sé que debería quedarme en Washington pero ¡es Stanford! No podría desperdiciar una oportunidad así. Cosas así no pasan dos veces, y me alegro de que me hayan aceptado no sé que habría hecho si no fuese así.

Siempre he tenido toda mi vida organiza he planificado cada momento, cada minuto y cada segundo de mi vida. Y ya es hora de empezar a poner en pie esas planificaciones.

He llegado a la escuela donde he ido los últimos 5 años, no puedo creer lo rápido que pasa el tiempo, lo rápido que cambian las cosas. Y ya es hora de que valla y asista a mis clases, luego de ordenar mi casillero para sí poder partir a la universidad.

-No seré otra más-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora