Capítulo uno: Conoce a Destiny

70 7 5
                                    


Era una fría mañana de noviembre. El aire era fresco y el clima era lúgubre, poco acogedor, oscuro, lluvioso y propiciaba quedarse en la cama todo el día. Clima típico de Londres, especialmente en esta época del año. El sonido de su teléfono móvil despertó a Destiny Anne Peters. Con un rugido de mal humor, tomó el teléfono de la mesita de noche y casi le gritó a la persona que llamaba.

-¿Hola? -dijo con su voz ronca y matutina.

-¡¿Dónde diablos estás, Destiny ?! Son casi las diez, ¡llegas tarde! - la persona que gritaba desde el otro lado era su mejor amiga Sophia que conocía desde hacía diez años.

-¿Tarde para qué? ¿De qué estás hablando? - preguntó ella en tono confuso.

-¡¿En serio lo has olvidado ?! Hoy es el cumpleaños de Laura y acordamos comprar sus regalos juntas. Se suponía que íbamos a encontrarnos a las nueve y media, pero alguien tenía que continuar con su bello sueño. - respondió ella con sarcasmo.

- Oh, mierda, estaré en la cafetería en 20 minutos, solo pídeme un machiatto y una magdalena.

- No creas que te estas saliendo con la tuya.

- Adiós Sophia. - colgó. - Mierda. 

Amaba a su mejor amiga, pero a veces podía ser un verdadero dolor de cabeza. Destiny y Sophia eran como hermanas. Se conocieron a la edad de 10 años en la fiesta de cumpleaños de su viejo amigo en común. Desde entonces, fueron inseparables. Sophia era 8 meses menor que Des y le encantaba porque siempre quiso tener una hermana mayor, aunque la diferencia de edad no era muy grande. 

Compartieron todo: desde secretos, hasta consejos, ropa, zapatos, maquillaje, todo. Confiaron y se protegieron el uno al otro más que nadie, lo que hizo crecer su amistad. Se levantó perezosamente de la cama y se preparó en exactamente 15 minutos (que fue el tiempo más rápido que tuvo para prepararse). Siempre llegaba tarde y era una especie de defecto suya. Cogió las llaves del armario y subió a su coche. Condujo hasta la cafetería favorita de ella y de Sophia y vio a su amiga saludándola desde el interior.

-Hombre, hace frío en Londres. - pensó.

-Hola, mi maravillosa e impaciente amiga. - saludó a Sophia con una sonrisa mientras tomaba asiento frente a ella.

-Hola cabeza somnolienta. Llegas tarde. Otra vez. Sabes, poner un despertador no sería malo. Ya sabes, un despertador, lo que pones al lado de tu cama y te despierta por la mañana- respondió de nuevo con evidente sarcasmo en su voz. 

- Quizás debería comprárselo cuando vayamos de compras.

-Eres una cosita sarcástica, ¿no?-

Y cute también.- le guiñó un ojo. -Oh, y no te olvides del calor como el infierno. 

Des puso los ojos en blanco ante la declaración.

-Te he pedido un muffin de chocolate y macchiato, tal como me pediste.

-Gracias, Soph.

-Al menos no olvido las cosas que mi mejor amiga me pide que haga.

-Mira, lo siento, ¿de acuerdo? Voy a hacer de ti. No quería llegar tarde y, para ser honesta, olvidé por completo que hoy era el cumpleaños de Laura. Pensé que era la semana que viene. Dios, ¿me juzgarás por esto toda mi vida?

-Si. - Soph asintió. - Pero puedo perdonarte si me prestas esos zapatos rojos que compraste el otro día.

-Culo inteligente. - Des se rió entre dientes. -Está bien, cógelos.

-¡Yaayy! - ambos se rieron de la tontería de Soph.

***

-Mira, no podemos seguir así. Lo siento, pero sería mejor si te vas a casa y olvidas que todo esto ha pasado.¿Vale?.

-Joder no, no me voy a ir a ningún lado. Soy tu novia, ¿no?

-Mira, Jessie, esto no es una solicitud, es una orden. -dijo con un tono mucho más enojado ahora.- Ahora vete a casa. Estamos en la crisis.-Pero ¿por qué, Petey? Pensé que te gustaba. - los ojos suplicantes del joven de dieciséis años llenos de lágrimas le suplicaron que cambiara de opinión, pero la chica debería haber sabido mejor que algunas cosas no se podían cambiar.

-Mira, Jessie. - la agarró del brazo con fuerza y ​​fuerza. -Esto sería mucho más fácil y probablemente terminaría mejor si me dijeras que eres una maldita colegiala y solo tienes dieciséis años. ¿Sabes lo que me acabas de poner? Demonios, en realidad, no se suponía que todo esto sucediera en primer lugar. Solo te he usado, pero ahora es el momento de irnos. No me llames, no me envíes mensajes de texto, en realidad no vuelvas a nombrarme ¿Entendido?.

La niña se fue con lágrimas en los ojos y el corazón roto.Eso era algo bastante común en la vida de Pete Dunham. Las chicas se le acercaron, les compró una copa o dos, las metió en su cama y a la mañana siguiente las dejó como si fueran basura.

Aunque era un gran hermano, hijo, tío, amigo, primo, era un novio terrible y un gran mujeriego. Nunca quiso establecerse o tener una relación normal con una buena chica, pero siempre atraía a las chicas fáciles para una aventura de una noche. Le dolió a su hermano mayor, Steve mirándolo actuar así porque siempre pensó que hasta los 24 años, Pete crecería y dejaría de actuar como un niño que busca atención. Las esperanzas de que su hermano menor encontrara una chica decente que pudiera cambiar sus malos hábitos y juegos infantiles se perdieron para siempre.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 08, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Green Street Hooligans: Eres mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora