1. El encuentro

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Ji Min acude junto a sus amigos a la fiesta de Halloween que se prepara en su universidad cada año con el deseo de poder encontrarse con alguien. Sus amigos notan el nerviosismo de su amigo y dejan que se vaya a buscar al chico.

Sabe a dónde tiene que ir, pero le tiembla hasta el alma de los nervios que tiene por verle. Tiene que cruzar media fiesta para llegar a la parte de atrás del campus, no deja de mirar a su alrededor por si ve al chico con traje negro, capa del mismo color y máscara de gato con quien, por obra del destino, compartió la fiesta de Halloween del año anterior.

Llega a la pequeña arbolada que hay, la cual está bastante oscura, pero se puede ver sin necesidad de dar la linterna del móvil. Busca uno de los bancos que hay en el lugar, uno en particular. Llega a él y no hay nadie, se gira para ver si viene por algún lado y grita cuando está a punto de morirse del susto cuando tiene justo detrás a una persona con máscara de gato, capa negra y traje del mismo color.

—Casi me muero, —dice Ji Min con la mano en el pecho sentándose en el banco—, ¿quieres matarme o qué? —pregunta con una sonrisa.

—La verdad no me gustaría, —dice sentándose a su lado.

—Creo que acabo de sufrir un infarto si no son dos, entre los nervios y esto... —continúa masajeando su pecho pues su corazón aún no se recupera del susto.

—Lo siento... —se disculpa en tono bajo.

Ji Min se le queda mirando, pero no es capaz ni de verle la máscara pues la capucha le tapa, sólo puede ver sus manos jugando entre ellas.

—¿Yo puedo quitarme ya la máscara? —pregunta señalando su máscara llamando así la atención del otro—. Quiero decir, yo no soy ningún misterio.

—No sé si quiero ver la cara de espanto que vas a poner cuando veas quien soy, —se ríe el gato enmascarado, Ji Min cree escuchar música en sus oídos cuando le oye reírse.

A Ji Min le dan igual las palabras del otro y se quita su máscara, más antifaz que máscara, pero finalmente deja libre su rostro. Ve como el otro se le queda mirando y sus mejillas se sonrojan levemente.

—Antes de que me quite yo la mía quiero que entiendas una cosa... —continúa hablando con voz grave, no sabe por qué, pero siente que esa voz ya la ha escuchado antes—. Jamás imaginé que las cosas fueran a darse como se dieron durante este año y mucho menos imaginé que fuéramos a hablar durante todo este tiempo.

—Lo sé, no nos hemos visto hasta ahora por eso. —Ji Min no entiende por qué le repite lo que ya sabe.

—Debí decirte quién soy hace tiempo, perdona si no lo hice, pero no creía tener la suficiente confianza como para decirte quien era... —Ji Min puede sentir cómo sus palabras cada vez suenan más nerviosas.

—Gatito, no pasa nada, yo sabía a lo que venía, si no hubiera querido esto, hubiera dejado de hablarte hace tiempo, pero todo está bien, no voy a salir corriendo ni nada por el estilo. —Ji Min no sabe qué hacer para que el otro se sienta cómodo con esto.

—Bueno, supongo que no tiene sentido seguir alargando esto, —dice respirando hondo intentando calmar sus nervios.

—Supones bien, —coincide Ji Min con una sonrisa.

Lleva sus manos a la capucha y hace una pausa de unos segundos, a Ji Min se le acelera el corazón expectante. Finalmente, se la termina quitando, a Ji Min se le corta el oxígeno al ver el pelo del chico, podría reconocer ese pelo en cualquier sitio. Pero... no puede ser, no puede ser posible. Se quita la máscara de gato y Ji Min se siente imbécil hasta decir basta. ¿Todo este tiempo ha sido él?

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