Sonó la alarma, eran las 5:30. Me levanté, me bañé y me alisté.
-¡Marie, ya está el desayuno! --- mi nana.
- Ya casi voy, nana pon otro plato. Austin vendrá por mí --- contesté.
Austin anoche me envió un mensaje de último momento diciendo que pasaría por mí para llevarme a la escuela y después iría por mí. Le dije que llegara temprano para que desayunara en mi casa.
Sonó el timbre
- Yo voy nana, debe ser Austin.
Abrí la puerta y efectivamente era él. Me abrazó y besó mi frente.
- ¿Cómo estás, pequeña?
- ¡Estoy bien, gracias a Dios ¿Y tú, guapo?
- ¡Estoy muy guapo! --- me guiñó un ojo y se echó a reír, a lo que yo también me reí y le pegué levemente en el brazo.
- Vamos al comedor, mi nana nos espera.
Me siguió hasta el comedor, saludó a mi nana con un abrazo y un beso en la mejilla. Desayunamos tranquilamente, nos cepillamos los dientes y nos despedimos de mi nana.
- ¡Adiós, nana! No vengo a almorzar.
- ¡Adiós, nana! --- se despidió Austin.
- ¡Adiós, mis niños! Cuídense.
En el camino Austin me dijo que me llevaría a comer fuera, a Austin Texas, es un poco lejos, pero muy bonito. Unos minutos después llegamos a la entrada de la escuela, había alguien tomándonos fotos, bueno Austin es el objetivo del flasheo.
- ¡Adiós, amorcito! Paso por ti a la hora de la salida. --- besó mi mejilla.
- ¡Está bien, bebé! --- besé su mejilla.
Él esperó a que yo entrara a la escuela y luego se fue.
Hoy teníamos una actividad de comidas, para aprender un poco de las diferentes culturas que habían en el aula, cada niño traería un plato típico de su ciudad (aquí habían niños de otras ciudades que vivían actualmente en esta zona) yo traje uno de Costa Rica, chorreadas de maíz con natilla.
Al final de la clase, aprendimos un poco de cada cultura. Este Centro Educativo es una institución con diversidad cultural.
Ya eran las 11:50 am, Austin venía en camino, le dije que tenía que pasar por mi casa para bañarme, ya que había un poco de natilla por mi pantalón. Después de unos minutos llegamos a casa.
Mi nana me buscó la ropa para que no hubieran atrasos.
- ¡Hola, nana! --- dijimos a la misma vez.
- ¡Hola, mis niños! --- dijo con una sonrisa.
Después de unos minutos, bajé ya lista.
- Nana, ya nos vamos. ¡Hasta luego!
- Se me cuidan.
Duramos 1h y 40 minutos en llegar hasta Austin, estábamos en un restaurante costarricense llamado “Pura vida”. Austin es el mejor de los mejores.
Pasamos un rato y me dijo que en un mes iniciaría una gira por EEUU y que no sabe cómo hacer con Georgina si el plan funciona, le he dicho que hable siempre con la verdad y que ponga las cartas sobre la mesa (que exponga su situación y cómo sería si probablemente llegan a algo entre ellos) si de verdad llegan a algo, ella va entender.
Después de comer y de hablar, fuimos a caminar, fuimos a una tienda de ropa vintage, habían muchos colores.
Durante el camino Austin me tomó fotografías y yo también a él.
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