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¿En serio tienes que irte? No escaparas del invierno por siempre, Argentina.

El nombrado suspiró y miró con los ojos cansados al mayor de edad. Su gran sombrero dificultaba la visibilidad de sus ojos para el mayor, pero no era molestia para el de colores cielo.

Sabés que no aguanto el frío y mientras pueda escapar de él, voy a seguir yendo y viniendo. No me obligues a escaparme también de vos, Ire. ━Rió suavemente mientras preparaba su maleta amarilla.

Otra última oportunidad antes de que se vaya, tenía de nuevo otra última ocasión antes de la ida de su amor de verano.
Sentimientos que habían estado albergados allí desde hace siglos y nunca habían desaparecido. ¿Cómo era eso siquiera posible? Era la pregunta de la isla.

Todo en el argentino causaba esos estragos tan comunes en él. Sus ojos, sus cabellos, sus labios, su risa, su personalidad, su viveza, su positividad, su calidez. Aveces parecía que el verano lo perseguía a él y no él al verano.

Pero aún así, con miles de contactos día a día en los tres meses verano (aveces sumándole algunos de primavera), aún compartiendo más de dos vidas humanas con él, hablando y conviviendo más de lo que cualquier ser vivo lograría... Solo no podía.

Sabía con certeza que Argentina seguía amando a “Brisa”. Ese hombre, ya muerto, que todavía se mantenía en la mente de su ex esposo.

Podría haber coexistido siglos con el sudamericano, pero nunca sería lo mismo que ese monstruo para el antes nombrado. Nunca lo sería y eso lo condenaba, porque simplemente era un bobo que no podía con su complejo de inferioridad.

Aún con el de ojos dorados dándole claras señales de su amor recíproco, el irlandés sentía que nunca alcanzaría el amor que la pareja se brindó, que nunca le llegaría a los talones a su hermano.

Siempre me parás en este momento de mi vuelta. ¿Por fin te vas a dignar a decirme lo que llevás guardado desde hace cuarenta y dos años, Irlanda?

¿Sería este el equinoccio?

Tu sombrero está desacomodado, lig dom é a chur ina cheart duitse. (Déjame que te lo ponga bien.) ━El europeo se acercó al más bajo con nervios y acomodó su gran sombrero, dejando ver mejor esos ojos brillantes que tanto amaba.

Argentina negó con la cabeza y suspiró cabizbajo. Se acercó al mayor y le dio un suave beso en la mejilla, dejando al irlandés aún más embelesado.

Nos vemos, mi amor. Hasta el proximo verano. ━Sonrió y salió de la casona del tricolor.

Y ese era el error de Irlanda; no poder salir de la sombra de su hermano fallecido, cosa que torturaba a el débil y desesperado corazón del sudamericano.

Porque para el tricolor, Argentina era un bello girasol persiguiendo una estrella y él solo era una cicuta, una pequeña y toxica cicuta.





¹“Brisa” es el Imperio Británico. Argentina estuvo casado con él desde principios del siglo XX, pero este murió en 1997.

Equinoccio ✧ 𝑰𝒓𝒍𝑨𝒓𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora