Llego la hora en que todos los empleados se fueron a sus casa y yo aun estoy aquí, escondida entre los escritorios esperando a que el Sr. Can no tome el soro rojo, por mas que mire, limpie, le hice té, nada resulto para sacar el tal anhelado objeto.
Veo salir a Sr. Can de la oficina, con el sobre en sus manos, toma el ascensor, rápidamente bajo las escaleras, al salir me doy cuenta como esta en su auto tomando la pista para dirigirse a hogar, creo que no quedara mas remedio que seguirlo hasta su casa, hago parar a un taxi y le digo que siga al auto.
Al llegar veo la enorme casa - Wow!, aquí caerían tres casas- digo contemplando la mansión, Sanem concentrate, a lo que viniste. Trato de abrir el portón pero esta cerrado, Dios en que me he metido, no queda de otra, Sanem debes saltar, escalo la pared, y salto hacia la casa, la boca se me vuelve abrir, aunque solo es de un piso, claramente se ve la belleza del lugar, ruego a Dios que no hayan perros, trato de escabullirme entre los arbustos, cuando veo una ventana que da al patio, me dirijo hacia allá y gracias al cielo esta abierta, empiezo a registrar todo muebles, escritorios y no había nada, empiezo a dirigirme a una habitación, la cual esta llena de cámaras fotográficas de todo tipo una cama al centro y libros por doquier.
De repente siento la puerta abrirse, Dios que hago, que hago rápidamente me escondo de bajo de la cama, cual niña de 5 años asustada, lo veo pasar mientras tira al piso su polera y se dirige la habitación que creo que es el baño.
Cuando noto que ya no esta salgo de mi escondite y empiezo a dirigirme a algún lado sin rumbo en la casa, y llego hasta una sala de estar y veo el sobre encima de la mesa, siento el agua cortarse y vuelvo a esconderme esta vez debajo de la mesa, mientras el Sr. Can se dirige hacia donde estoy, pone música y se va, mientras tanto yo me levanto rápidamente pero al hacerlo choco con una silla y estrellándola contra el suelo. ¡Diablos!- digo
Creo que no me escucho, gracias al cielo, así que mas que rápido corro a la ventana por la cual entre, con el sobre en la mano, cuando intento abrir la puerta esta se encuentra cerrada
-Dios no puede ser, por lo mas quieras ventanilla ábrete- digo tirando como loca del cerrojo
Siento una mano que me gira, yo automáticamente cierro los ojos y coloco el sobre tras mio, cuando quedo pegada al pecho del Sr. Can abro los ojos y levanto la mirada para ver los ojos de rey malvado que me esta mirando con cara de poco amigos.
- Hola, Sr. Can, que susto me ha dado, ¿acostumbra hacer este tipo de entradas siempre?, digo para acostumbrarme, ¿que hace aquí? - le digo mientras con sonrisa de inocencia, mientras el solo me queda viendo no entendiendo nada
-Espera aquí un momento- me dice colocando su mano en señal de stop, mientras se dirige a apagar la música, yo en dos por tres coloco el sobre en un jarrón que esta cerca de un sillón
Cuando apaga la musica se dirige hacia a mi caminando lentamente
-¿Como que hago yo aqui, Sanem?- dice acercandose con las manos en jarra- ¿Que clase de estupida pregunta es esa?
Yo trago saliva, mi cara debe ser un poema, piensa Sanem, vamos ardilla gira por el amor de Dios
-Ehhhhh ... ¿que hago yo aqui?, muy buena pregunta Sr. Can es muy inteligente- digo moviendome un poco hacia el otro lado- Sabe lo que creo, que mejor me voy- dandome la vuelta para dirirgirme a la puerta principal
- Espera, espera, de aquí no te vas así, Sanem- me dice agarrando mi mano para detenerme- ¿Como has entrado aquí?
-El... el... ¿como a dicho?- le digo mirando interrogativamente y el me mira con cara de que se esta cabreando- ah como he entrado, claro, porque estoy en su casa, debo haber entrado, claro, claro, el .... el ... el Sr. Emre me dio... me dio las llaves
-¿Emre?, ¿por que?
Dios este hombre, ¿es policía?, ¿encuestador?, ¿como puede tener tantas preguntas?- Eeeehhhh... ¿que mas da, Sr. Can?, o sea, no es algo tan importante ¿verdad?- el me queda mirando como si fuera algo obvio que debo de explicar- Claro es importante, eeehhh... yo ... yoooo ... tengo una explicación muy buena del porque estoy aquí Sr. Can
-Sanem! , ¿por que estas aquí?, de verdad mi paciencia se esta agotando- me grita
- Si usted no me atosigara tanto, quizás yo podría ordenar mis palabras y explicarle la situacion Sr. Can- digo un poco alterada
- Bueno entonces ordenalas rápido Sanem, porque mi paciencia tiene un limite y de verdad lo estas sobrepasando
- Lo que pasa es que yo.... yo- automáticamente viene un recuerdo a mi, gracias ardilla, hasta que giraste- Yo lleve a la tintorería la chaqueta del Sr. Emre y por error me dejo una cosa en la chaqueta y pensé que debía venir a buscarla
-O sea dices que en la chaqueta de Emre hay algo que te pertenece, ¿es eso?- yo solo logro a asentir con la cabeza- Bueno vamos los dos a buscar lo que te pertenece
Me hace una seña para que lo siga y yo solo voy rogando a Dios que logre encontrar algo, porque o sino estoy frita, como pez en aceite hirviendo
Cuando llegamos a la habitación, toma la chaqueta y empieza a buscar, hasta que da con el bolsillo y saca una cajita de terciopelo, Dios que no sea lo que estoy pensando, por favor , la abre y sale a la luz un hermoso anillo de compromiso, lo que me faltaba
-¿Estas prometida?- me pregunta mirando el anillo, Dios en que me he metido- ¿Por que pones esa cara?
Reacciona Sanem, vamos
-Si, es eso Sr. Can, muchas gracias - digo tomando la caja en mis manos - Es muy importante para mi y me daba miedo haberlo perdido y no quería que mi prometido se enfadara conmigo por haberlo extraviado- el Sr. Can asiente con la cabeza- Bueno creo ya me puedo ir, ¿verdad?
Me dirijo como alma que lleva el diablo hacia la puerta principal, salgo corriendo hasta el portón por el cual quería entrar, pero esta cerrado, así que mi cerebro solo piensa en escalar nuevamente y lo hago, el Sr. Can solo observa, no sabiendo lo que estoy haciendo, de tan rápido que lo hago esta vez me estrello en suelo de la calle.
-Dios que dolor- grito cuando veo mi rodilla ensangrentada, el Sr. Can sale del portón y me ve tirada, que vergüenza digo para mi misma
- El portón se abre hacia afuera , Sanem- me dice disimulando una sonrisa
Me levanto mas que rápido - Gracias, lo tendré en cuenta para la próxima- me sacudo y me voy corriendo
Cuando ya no es visible la casa del Sr. Can, paro de correr
-Muy bien Sanem, ahora eres una ladrona y estas comprometida, Dios Ayudame!- digo mientras tomo mi cara en señal de frustración
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ALBATROS
RomanceVitalista, soñadora y aspirante a escritora. Así es Sanem es una joven de clase media que ve como su vida cambia cuando sus padres le aseguran que han organizado un matrimonio de conveniencia con un chico del barrio. Sanem cae en la trampa y decide...