Capítulo 7

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La chica con traje de sirvienta y una bandeja con una tetera con agua hirviendo, decorada de flores rosas y bordes dorados, junto con los vasos del mismo diseño, hechos de porcelana moldeada cuidadosamente, traía un frasco igualmente de porcelana lleno de azúcar

Llegó al destino de ese juego de té, fue dejando con cuidado la tetera junto con las tazas y azúcar sobre la mesa redonda tallada en piedra, para después servir el agua en todas las tazas

Sirvienta: —¿Qué sabor desean en sus bebidas?— preguntó con su tan fina y educada voz, tal y como la entrenaron para ese privilegioso trabajo en el castillo

Rusia: —Los de siempre— habló por los demás presentes

Canadá: —¡No! Me cansé del mismo té— reclamó el bicolor —hoy querré uno de ceylon*

Finlandia: —Sí Can elige un ceylon ¡pues yo pido un té verde!— al igual que el anterior mencionado, estaba cansado del mismo té

Sirvienta: —Oh, está bien— sonrió —¿algo más?

Rusia tenía una mirada asesina hacia sus dos amigos que decidieron escoger otro té que no fuera de su gusto

El alemán sólo tomaba el agua caliente de la taza ya que no le gustaba el té, y observaba los duelos de miradas que se daban entre ellos

Alemania: —Patéticos— acercó su taza para tomar de ella

(...)

Rusia: —El no aceptar el té negro es una ofensa para mi familia y ancestros— recalcó con algo de enojo

Canadá: —Por lo que sé, tu familia no toma té, son más de... ¿alcohol fuerte?— dijo provocando la ira del ruso, le divertía sus rabietas

Finlandia: —Rusia— llamó al tricolor evitando la pelea que estuvo a punto de crearse —tu nos demuestras en todo momento que la hora del té es sagrado, y tu mismo rompes con esa calma

Rusia: —¡Pero si Cana-

C.del Norte: —Shhh— lo chitó —tus gritos rompen mi paz— le dio un sorbo a su té negro

Rusia a veces se preguntaba el porqué continúa con su amistad

(...)

Los pasteles ya estaban listos, en estos momentos estaban siendo servidos

USA fue el primero en probar la nueva receta de un pastel gelatinoso, no recuerda la última vez que probó algo tan dulce y fino como ese postre

Lo trataban tan bien en ese palacio, estaba tan agradecido con Kazajistán que lo haya sacado de ese castillo en ruinas, en donde su vida era monótona, donde contaba con las visitas mensuales de sus hermanos y nadie más, exceptuando los príncipes que pasaban por ahí

Con lo único que podría agradecerle al kazajo es su mano en matrimonio, es lo máximo que puede hacer

Amaría este reino, de eso no lo dudaba

Caminaba por los rosales del castillo, había terminado su porción de pastel y lo llevó a la cocina, ahora se dedicaría a explorar el palacio, y empezaría por el enorme jardín

Estaba en una zona apartada al de donde se efectuaría la cena de bienvenida, en la noche conocería a su prometido y a su familia, por ahora sólo quería un momento para él y su curiosidad por el lugar

Rosas bien cuidadas y brillantes, algunas eran pequeñas y otras eran unos verdaderos rosales. Las flores estaban protegidas por un enorme invernadero, con el que gracias a sus cristales, la luz solar brillaba intensamente

Al terminar de ver toda flor dentro de ese invernadero, salió a ver los árboles que rodeaban el jardín y la zona del castillo

Sólo que por torpe llevó consigo un piquete de una rosa en su dedo anular, lo ignoró porque confiaba en que sanaría en unos minutos

Empezó su recorrido por los pinos, tenía muchas especies de árboles por mirar

(...)

Rusia: —Y eso fue todo lo que pasó— llevó su cuchara con un trozo de pastel a su boca

Finlandia: —Whoa, tu historia es digna de una obra de teatro— opinó al respecto

Alemania: —Tu decisión fue muy estúpida y tu forma de pensar me repugna— soltó sin miedo a la reacción de su mejor amigo

Rusia: —Ale ¿tú apoyas a ese tipo de gente?— preguntó decepcionado, no esperaba ese comentario del alemán

Alemania: -Yo no apoyo a nadie, simplemente digo que esa actitud tuya pudo lastimar los sentimientos de esa pobre princesa— respondió, siempre seguro de sus palabras

Rusia: —Agh— ignorará las palabras del europeo —Norte ¿Tu que opinas?— seguramente tendría algún apoyo del malhumorado del grupo, o eso creía

C.del Norte: —No me importa tu vida, gracias por comprenderlo— en ese mismo instante le interesaba el saborear ese postre

Canadá: —Concuerdo con Ale, tu actitud pudo lastimar a alguien, aprovecha que está en este mismo reino y te disculpas— sabía que el ruso es demasiado terco como para pedirle disculpas a un pobre chico, al menos hacía el intento

Rusia empezó a dudar de si dar esas disculpas, una cosa es que el alemán dé un reproche por su actitud, y otra que Canadá lo apoye, si estos dos últimos concuerdan en algo, es cuando la veracidad de lo que afirman aumenta

Gracias a ellos dos dejó la adicción de las bebidas alcohólicas que su familia inculcó en su alimentación, y ahora lleva una vida completamente sana

Pensará más a fondo de esto más tarde

Finlandia: —Oye ruso— lo llamó el de cruz escandinava —¿cómo es la apariencia de la princesa que hablaste?

Rusia: —Es rubio de franjas rojas y blancas con estrellas en la parte derecha superior de su cara ¿por qué?

Finlandia: —Entonces supongo que ese jovencito con vestido que camina por la parte de los pinos es esa princesa encerrada en el castillo— señaló al mencionado que estaba muy alejado de ellos

Un escupitajo de té exaltó a todos los presentes en esa mesa

Canadá: —¡It's my brother!— exclamó sorprendido

(🏰)

Acepten este capítulo de 900 palabras en modo de disculpas y agradecimiento por su bellos comentarios

Son casi las 6 de la mañana, no creí tardar tanto. Bueno, vale la pena

Ya es todo, pueden retirarse con tranquilidad

Ceylon*: uno de los tés que se consume en Inglaterra según Google

¿Princesa? [RusAme AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora