No sé cómo empezar a contar mi historia, pero bueno por el principio será.
Mi nombre es Mar y estoy apunto de cumplir 18 años pero antes de eso pasó algo...
Recuerdo que cuando tenia 7 años tenia totalmente prohibido el océano, no me pregunté porque, ni yo lo sé, papá es biólogo marino y en una de esas tenía que hacer una expedición, no recuerdo muy bien a donde, solo recuerdo que me metí en el coche sin que se diera cuenta y también a el bote en el cual trabajaba su tripulación , gracias a mi tamaño nadie se percató de esto, no recuerdo contra qué impactamos pero el bote se giró y no sabía nadar para mi pesar, sentía que me faltaba el aire, sabía que iba a morir, hasta que lo vi, era el tiburón más grande que podía haber visto en mi vida y estába segura que me mataría en ese preciso momento pero lo que más me sorprendió fue que antes de perder totalmente la consciencia escuché que dijo: No te preocupes yo te salvaré, mi princesa Mar.
Cuando desperté estaba en mi habitación y papá estaba en la puerta hablando con esa extraña mujer, una mujer morena, con el cabello exageradamente largo, alta y los ojos color turquesa igual que los míos, solo nos visitaba cuando había algún problema conmigo, eso ya lo había notado.
Intente hacerme la dormida pero ella noto que la vi y se acercó a mi.
—Hola Mar, ¿Cómo estás?— me dijo acercándose despacio.
—No te acerques demasiado Gula, la puedes asustar— dijo papá, sé que a él no le gusta que ella nos visite pero nunca dice nada a él respecto.
—Recuerda el trato cuando cumpla 18 será mía, ella ocupará mi puesto— dijo, luego comenzó a cantar y no recuerdo más nada.
Siempre pienso en ella, y cuando digo siempre es siempre, Gula siempre está en mi cabeza, y siempre dice lo mismo: Eres la princesa Mar y ocuparás mi lugar en el trono del fondo del océano. Nunca se a que se refiere con eso, pero ya me acostumbre a esas palabras, tanto que ya me las creo.
Mis sueños normalmente son muy raros, pero siempre tienen que ver con el agua, tanto así que muchas veces para no sentirme sola, abro el grifo del baño y hablo con el agua que cae, sé que sonará tonto pero es lo único que me puede hacer sentir bien.
