Recuerdo que cuando tenia 14 años tendríamos en la escuela unas vacaciones a la playa solo por 3 días, papá se rehusó por completo pero mi profesora la buena señora Torres lo convenció diciéndole que no me dejaría acercarme para nada a él agua, que gran mentira.
La profesora Torrez era buena, pero también una señora muy tranquila, no era que le importara mucho lo que nos pasara, todo el viaje se la pasó durmiendo así que nunca se daba cuenta que hacíamos o no.
Nunca fui muy sociable, así que siempre estuve retirada de mi grupo, recuerdo que todos entraban a el agua pero yo sabía que lo tenía prohibido así que me mantuve alejada de ella lo más que pude.
Por la noche decidí esperar que todos durmieran y darme una vuelta por la playa, total todos estaban cansados y a nadie le importaría.
Camine y camine pero todo el tiempo escuchaba la canción que sabía que solo estaba en mi cabeza.
Mire directo a el mar y decidí solo meter mis pies, pero luego tenía deseo insaciable en que toda el agua me bañara y así lo hice, pensé en hundirme por un momento, pero ese momento se volvió minutos, cuando por fin saqué la cabeza del agua ya no veía la orilla, no veía nada, estaba muy lejos de la playa, entre en pánico e intenté nadar pero no Anaí hacia donde me movía hasta que me cansé y comencé a pensar en lo que papá me dijo una vez:
"Mar si en algún momento estás en problemas y estás en el océano repite esto en tu mente: Yo Mar hija de la princesa Gula te exijo como tú también princesa que me salves y me lleves donde..." no recuerdo que seguía, pensé que era algo así como un juego de papá así que lo primero que se me vino a la mente fue abuelo.
No se quienes eran mis abuelos, papá nunca habla de su vida antes de mi o antes de su trabajo, no sabía quien era mi madre, aunque sospechaba que era Gula y si así lo era la veía muy pocas veces así que tampoco sabía quienes eran sus padres.
Sé que sentí como la propia corriente me jalo y hundió y me movió con gran rapidez y con una fuerza impresionante, lo peor era que ya no sentía me ahogaba, lo vi todo, vi los peces, el arrecife y no me ahogaba.
Llegué a lo que creo era una gran arquitectura Romana hundida en el agua, la contemplé por 1 segundo hasta que el agua me volvió a mover y me llevó dentro de una habitación grande e iluminada.
Había un hombre como sentado de espaldas, se notaba que era fuerte, me dio miedo e intente salir pero solo hice ruido porque la puerta estaba cerrada y él me escuchó, volteo lentamente y me miró, no puedo especificar que vi en su mirada pero cuando vio mi rostro lo supe era amor puro pero no duro mucho porque cuando siguió mi cuerpo y vio hacia mi piernas vi rabia.
Mucha rabia, una rabia que no sabía explicar pero vi que se levantó y esperaba verlo de una manera diferente, pero lo que vi me dejó sorprendida, era una larga cola de pez azul turquesa, se acercó hacia mi de un solo movimiento, cuando me tuvo enfrente solo me miró.
—¿Y tu quien eres?— pregunto con asco, mirándome.
—¿Quien es usted?—pregunté firme.
Lo que escuché me dejó atónita, una gran carnada salió de su boca como si nada estuviera pasando.
—¿Me estás diciendo que estas en las profundidades de mi reino y no sabes quien soy?— lo presumió con una sonrisa.
—Si, a eso me refiero— su sonrisa desapareció— no se quien es usted y no me interesa, solo quiero irme.
—No eres nadie para hablarme así, ademas eres... ¿cómo es que estás aquí?
—No lo sé, estaba en la orilla y luego me hundí y estaba muy lejos de la playa y luego pensé en decirle algo a el agua y me trajo hasta aquí y solo —suspire— solo quiero irme a casa.—dije rendida.
La cara del hombre cambió, igual que el color de su cola, suspiró y volvió a mirarme, acercó su mano a mi cara y no retrocedí, deje que me tocara y lo disfrute.
—Ya se quien eres, te pareces tanto a ella, eres igual de hermosa que ella—miró hacia el suelo— es hora de que vuelvas a casa Mar.
—¿Como sabe quien soy yo? ¿Lo conozco?—dije impaciente.
—No, aún no, pero nos conoceremos en unos años, recuerda Mar que este es tu verdadero hogar, y que siempre te amaré.
—¿Quien es usted? —pregunté aunque sentí que la pregunta quedó en el aire porque todo comenzó a ponerse borroso, y veía algo que brillaba solo alcancé a escuchar lo primero que dijo.
—Soy el rey Deblue, soy el rey de todos los océanos y soy tu abuelo.
Recuerdo escuchar eso.
Cuando desperté estaba en mi cuarto y las chicas que dormían conmigo estaban expectantes a mi, me miraban raro y decían cosas, la profesora Torres también me miraba como si estuviera loca.
—¿Mar estás bien? Estabas teniendo una pesadilla y decías cosas muy raras ¿quieres que llame a tu padre? — me miraba como si fuera una loca.
—No, solo fue eso, una pesadilla— volví a recostarme y cerré los ojos con fuerza, si eso, fue una pesadilla.
Note que empuñaba algo en la mano, era un collar de perlas y una decía eres mi gran amor Mar.
No fue un sueño, me lo puse y me quede dormida tocándolo y pensando:
También eres mi gran amor abuelo.
