Varias hojas fueron azotadas en la mesa de la sala junto a un bolígrafo. Él las miró y luego a la mujer frente suyo.
Sintió empatía por ella, tenía las mejillas con marcas de lágrimas y sus ojos rojos, dudó si eran de furia o por tanto haber llorado.
—Ya tienes el divorcio firmado, ahora lárgate de mi casa— Señaló la puerta principal. Sí, estaba furiosa.
¿Quién no? Hace unos días se había enterado de que Hinata, la ex-mujer de su mejor amigo estaba embarazada de su ahora ex-esposo. Sasuke tomó los papeles en su mano y se levantó caminando hacía la entrada. Su boca se abrió para decir algo pero no sabía exactamente qué, así que trató de disculparse.
—Sakura-
—No, Sasuke— Cortó. —No estoy lista para perdonar, ni a ti ni a Hinata... Yo necesito irme de aquí—
—¿Sarada?—
—Se irá conmigo, ni sueñes que la dejaré contigo— Sasuke supo que le dijo que era un mal padre y lo entendió.
—¿Cuándo se irán?— Necesitaba aclarar todo con su hija, no podía dejarla ir en ese momento.
—Mañana— Le cerró la puerta en la cara antes que pudiera decir algo. Sentía su corazón oprimirse y se deslizó lentamente por la puerta mientras suspiraba entrecortadamente.
Sus lágrimas se hicieron presentes nuevamente y lloró.
¿Qué hizo mal? ¿Acaso alguna vez la amó por lo menos la mitad de lo que ella lo ama? Sus miles de preguntas se iban perdiendo en su mente mientras otras surgían.
Había perdido al amor de su vida y le dolía todo, su respiración era superficial y sin poder controlarse jadeaba. Juntó las piernas y se hizo un ovillo ocultando su cara.
Del otro lado de la puerta Sasuke no se había ido, escuchando los jadeos de Sakura, realmente quiso abrir la puerta. Era su amiga y fue su esposa durante bastante tiempo, le tenía cariño pero no podía ya que él seguramente era la última persona a la cuál ella querría ver.
Arrugó el papel que tenía en su mano y sin realmente querer se fue de ahí en silencio.
Tenía que esperar a que su hija llegara de misión esa misma noche. Sin más que hacer decidió ir a los distritos Uchiha.
Miró sin mucho interés las casas semi-construidas. Era fin de semana y los obreros estaban de descanso.
Llegó a la casa principal, la cual ya estaba construida en su totalidad con el emblema Uchiha resaltando arriba de la puerta.
Introdujo la llave, entró dejando los papeles en la repisa que estaba cerca y se sacó los zapatos.
Se sentó en el sillón y tapó sus ojos con su antebrazo.
...
Hinata terminó de cerrar su maleta y suspiró dejándola en el suelo. Le incomodaba un poco el que Naruto se la haya pasado mirando todo el tiempo desde que comenzó a armar la maleta.
—¿Sucede algo?— Preguntó.
—No— Respondió en el marco de la puerta con brazos cruzados. —¿Vivirás con él?— Realmente no quería saber la respuesta.
—Esta ya no es mi casa Naruto-kun... Tú la compraste-
—La compramos juntos, tu hiciste que esta casa fuera un hogar. Es tú casa.—
—Yo... No sería bueno que me quedara aquí—
—Iré a ver a Hima—
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Dulce Veneno Sasuhina
RandomSabían que estaba mal pero sus almas eran felices cuando estaban juntas, ni ellos mismos las podían separar.