-¿Cómo puedes tener medusas en tu casa?
Pregunta Leroy a su amigo Satoshi dentro de una habitación oscura, frente a una gigantesca pecera que brillaba con distintos colores, todo por las variadas medusas que se impulsan de forma volátil en el espacio.
-Los conseguí en un catálogo exclusivo de medusas en internet, siempre he querido tener animales exóticos en mi casa, aunque te confieso que lo más difícil fue crearles el ambiente.
-Te creo, guardarse toda una habitación para un animal donde cualquier ambientalista te descubre y te asesina no debe ser fácil.
-¡Oh vamos! Personalmente es lo que menos me preocupa ¡lo decía por el recibo de agua! Estas cosas consumen más agua que yo.
Escuchando sus quejas, Leroy suelta una carcajada por el precio que debe pagar su amigo con tal de tener sus "animales exóticos".
-Hablando en serio ¿Qué catalogo se dedica a vender medusas? ¿Por lo menos sabes las especies que compraste?
-Pues, lo primero no me interesa, he leído que no les afecta estar encerrados, e incluso si son ilegales no voy a estar mostrándoselas a todo el mundo, estas aquí porque eres mi amigo y confío en ti- Le responde enviándole una cálida sonrisa, Leroy admite dentro suyo que el ambiente es exquisito por las suaves luces que cambian y se deforman, todo frente a la pecera deslumbraba por eso -Pero, yo solo pedí que me recomendaran especies y aprendí lo básico de sus cuidados, no creo que sea tan complicado.
La habitación se queda en silencio por unos momentos, los movimientos de las medusas son hipnotizantes, sus tentáculos siguen la cabeza como unos lazos siguiendo la danza de una gimnasta, Leroy pensaba en lo bien que se debe sentir estar rodeado de esos animales bailando a su alrededor, aunque sabía que en general son venenosas, no es algo mortal para los humanos, pero la escena vuelve a romper su silencio cuando Satoshi comenta:
-Una de ellas es una medusa Geisha, pueden comerse otras medusas, no me gustaría que se comiera alguna de las pequeñas, más porque costaron dinero.
-¿Y por qué la compraste si conoces ese riesgo?
-¿Me dirás que no es hermosa? Además, creo que solo lo haría si no tuviera más comida, si soy puntual con sus alimentos no va a pasar nada.
Satoshi tenía razón, la gran medusa geisha que por su tamaño se movía de forma muy lenta era espectacular, en su cabeza tenía varios puntos con su propio brillo y sus delgados tentáculos se expandían cuando realizaba el impulso, dejando abierta sus luces magenta pintando toda la habitación, acompañada de otras medusas más pequeñas que emitían lo mismo que la geisha; luces blancas, azules color cielo, tonos cálidos que al traspasar el vidrio se tornaban pasteles y ya no dejaban la habitación tan oscura, Leroy sentía que podía quedar horas apreciándolas y nunca se aburriría, Satoshi capto eso por lo que decidió dejarlo solo mientras se ocupaba de otros asuntos.
Después de algunos días en los que Leroy visitaba a Satoshi y conversaban frente a las medusas, observaba cuando comían y cuando quedaban suspendidas para luego seguir impulsándose a otras direcciones, las medusas no tienen muchas actividades por hacer pero para él lo poco que hacían era de una forma majestuosa, esas luces nunca se apagaban. Para Satoshi al ser quien respondía por los gastos y tenía que cuidarlos si no quería desperdiciar el dinero, no lo miraba de la misma forma que su amigo, lo único que le aliviaba es que aún es soltero, así que no le dolía gastar dinero en esos seres luminosos.
El gusto por las medusas fue aumentando en Leroy por lo que decidió ver esos catálogos de medusas, no tenía certeza si él podía también crear algún acuario como el de su amigo, o por lo menos uno más pequeño, le basta con que pueda tener unas cuantas medusas en su propia casa, empezando por nada más ni nada menos que la medusa geisha, probablemente si obtenía solo una de esas estaría satisfecho, pero a medida que revisaba las tiendas empezó a notar ciertas sorpresas, esto definitivamente lo debe hablar con Satoshi.
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Medusas brillantes
HorrorEl amigo de Leroy compra unas medusas para su gran pecera y Leroy queda encantado de estos seres que parecen de otro planeta, tanto que desearía ser rodeado en sus sobresalientes luces hasta dormir.