All i want for Christmas

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Una fría tarde de invierno acechaba a la pequeña Liverpool, los árboles se meneaban gustosos unos contra otros, como bailando una melodía tintinante que representaba la víspera de navidad.
El castaño caminaba en compañía de Paul, quien cubría la mitad de su rostro con aquella bufanda azul marino, pues gracias a la baja temperatura que había, su nariz había adoptado un color rojizo que a su parecer, no contrastaba con su agraciada apariencia.

—¿Vamos por un café? — ofreció John al ver como su amigo se congelaba

—No me vendría mal

—Hay una cafetería cerca de aquí, a una cuadra, creo, ¿Ahí está bien?

—Sí, mientras esté caliente dentro no hay problema

John lo observaba de reojo de vez en cuando, se veía tan adorable aún bajo aquel horroroso suéter navideño que traía encima, podía jurar que se veía igual de bello que siempre, tan precioso que por un momento su cabeza se centró en él y su panorama canalizó con detalle su rostro, los azabaches mechones queriendo escapar de aquel gorro tejido, su piel blanca y suave cual algodón, el rubor que adoptaba su nariz con el frío, todo en él parecía ser perfecto, incluso la palabra "defecto" parecía perder sentido a su lado.

—¿Es aquí? — habló aquella voz sacándolo de sus pensamientos

Sacudió un poco su cabeza y levantó la vista al local, al parecer habían llegado y ni siquiera se había dado cuenta.

—Sí, es aquí

Abrió la puerta del local y dejó pasar a Paul, quien le dedicó una cálida sonrisa que logró cautivarlo a pesar de no tener el panorama completo debido a la bufanda.

—¿Quieres que pida por ti?

—Puedo ir, no te preocupes, Johnny

—No, está bien, tú ve a buscar una mesa para calentarte y yo te llevaré algo

—¿Seguro?

—Sí, ¿Qué quieres que te lleve?

—Chocolate caliente está bien

—Okay, ya te lo llevo

—Gracias, Johnny

El castaño se acercó a la caja a pedir para ambos, sabía perfectamente como le gustaba a Paul el chocolate caliente, pues el pelinegro se había vuelto adicto a aquella tonta receta que ambos vieron en Los Simpson cuando tenían trece, desde ese entonces no volvió a beberlo de otra forma.
Tomó las dos tazas y las llevó con cuidado hasta la mesa, donde Paul ya lo esperaba cubriéndose como podía con su suéter, algo que causaba gracia a John, era lo friolento que podía llegar a ser Paul.

—Te lo traje como te gusta, bonnie — dijo de manera inconsciente

—¿Qué?

—Q-que t-t-te lo traje como te gusta, P-Paul

—Gracias, Johnny — sonrió el contrario

El azabache bebió con cuidado de la taza para seguidamente soltar un suspiro de satisfacción pura.

—Hace mucho que no bebía uno de estos

—Hace mucho que no salíamos

—Es cierto, pero es que he estado muy ocupado

—Lo entiendo, tranquilo

—Lo siento, Johnny

—No es un reproche, Paul, tranquilo

All i want for Christmas (Mclennon OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora