Estaba mirando algunas fotografías familiares del que sería mi nuevo jefe, observándolas con cierta nostalgia y curiosidad de algo que nunca fue mío.Mientras me dirigía a observar la vista, me sobresalté al escuchar que alguien habló después de el silencio que había cuando me había dejado sola en su oficina.
- Señorita Gray, disculpe a mi tía por ser tan... difícil-. Terminó por agregar, aunque yo hubiera puesto de adjetivo: agresiva, tajante, venenosa...
- No importa ya.- respondí con un intento de sonrisa.
-Tome asiento, por favor.Me senté justo como mandó con las piernas cruzadas.
-Entonces, señorita Gray, ¿por qué debería de contratarla para ser mi nueva directora de finanzas?.- preguntó con tono interesado mirándome fijamente con sus intensos ojos azul eléctrico.
-En mi currículum encontrará que soy licenciada en finanzas, he trabajado en distintas empresas ejerciendo lo mismo, también he hecho varias maestrías por ejemplo en marketing y...- No me dejó terminar ya que me interrumpió sorpresivamente.
-Señorita, se lo voy a preguntar otra vez, ¿Por qué debería de contratarla?.- dijo desafiante y con gran determinación como si estuviera cansado que dijera lo mismo.Suspiré y cerré los ojos meditando mi respuesta antes de contestar.
- Soy una persona capaz, inteligente y rápida que puede adaptarse a cualquier situación, así que si quiere que las finanzas de esta empresa sea fructuosa su mejor decisión sería contratarme.-dije mirándolo a los ojos en todo momento.
Diosss, que fuerte me vería diciendo eso, ojalá que me atreviera decir eso en vida real. Quisiera poseer esa valentía que siempre me imagino en mi mente para decir lo que en realidad pienso así tal cual como lo pensé.
- Soy buena en lo que hago, señor.- terminé por agregar, dudosa en si sería la mejor respuesta.
El señor Graham se me quedó viendo un par de segundo con su mirada penetrante en completo silencio, como si se estuviera debatiendo en lanzarme por el gran ventanal por esa estúpida respuesta o decirme que me largará de inmediato, ninguna de las dos serían tan descabelladas ahora que lo pienso.
-Recoja sus cosas, señorita Gray.- terminó por agregar.
Asentí y empecé a recoger mis cosas poco a poco con una mezcla entre de tristezas vergüenza, en silencio por haberlo arruinado por completo. Cuando me iba a levantar para salir del despacho, me habla.
-Le he dicho que recogiera más no sé vaya.- dijo en un tono que me pareció burlón en relación a él un hombre bastante serio, aunque no mostró sus dientes.
-Pero ¿por qué me pidió que recogiera mis cosas si n...?.- me cortó mi frase a media antes de poderla terminarla para que el me sacara de dudas.
- Se nota que no toma bien las ordenes.- dijo mostrando la fila perfecta pero odiosa de sus dientes blancos e impolutos.¿A este que bicho qué le picó? Primero anda como si nunca se hubiera sonreído en toda su vida y ahora me muestra su sonrisa. Me ha molestado su comentario pero prefiero omitirlo... por ahora.
Luego de eso salimos de su despacho y me mostró cada una de las instalaciones que habían en el edificio, desde el de menor rango hasta el más alto rango.
-Hasta aquí llega su recorrido conmigo señorita Gray, espero que se haya familiarizado con los despachos. Espere un momento justo aquí que ya llegará su asistente para que la ponga al día y mañana será su primer día de trabajo.-Se despidió tensa y distantemente con una media sonrisa aunque en un intento de amabilidad.
-Gracias por el recorrido y por la oportunidad de trabajar en su empresa, señor.-dije con gratitud y honestidad en mis palabras.
-Gracias a usted por venir a nuestra empresa.- al fin sonrió de verdad.El era uno de los hombres más hermoso que he visto en mi vida y por eso me quedé observando su belleza por unos segundos, hasta que llegó una chica muy...¿entusiasta?.
-¡Hola! ¡¿Cómo está?!.- dijo al fin la chica que se había posado al lado mío y me había sobresaltado tocando mi hombro muchas veces.
-Las dejo. Señorita Thompson, debe de actualizar a la Señorita Gray con sus responsabilidades como nueva directora de finanzas.- Dicho esto con un asentimiento en la cabeza, se fue.
-Mucho gusto, mi nombre es Sara.- dijo con más calma y profesionalismo tendiéndome su mano de tez oscura mientras me daba una sonrisa hermosa.
-Mi nombre es Emily Gray y el gusto es mío.- dije devolviéndome la misma sonrisa con sinceridad.
-Ahora le mostraré su oficina y luego le voy a contar todo lo que debe y no debe de hacer ¿le parece?.- Lo último lo dijo mirándome a los ojos esperando una respuesta de mi parte.
-Por supuesto, vamos.- dije empezando a avanzar mientras me contaba en qué consistíamos organización cada cosa del despacho de finanzas.Sara era una mujer única, tenía la piel de una tez oscura, con el cabello oscuro rizado, ojos color miel, alta y de hermosas facciones con pecas, digna de ser modelo de Victoria's Secret.
-Este es su oficina de ahora en adelante, Señorita Gray.- dijo amablemente.
-Oh no me siento mal que me digas a cada rato señorita Gray, mejor dime Emily.
-Me parece perfecto, seño... Emily.- terminó por agregar emocionada.Después de eso me empezó a notificar las normas, el quehacer, las llamada y absolutamente todo con respecto a la empresa. Y a las horas me dejó sola.
Mientras revisaba unos papeles para poder llevármelos a casa para poder adelantar trabajo, luego de que Sara me había indicado que hacer con eso. Escuché que la puerta de mi oficina se abrió súper rápido y alcé la vista.
-¿Quien carajos es usted?.- Dijo en un tono furioso.
Holisssss! ¿Quién carajos es ese señor?.
ESTÁS LEYENDO
El enigma de Emily Gray
Romance¿Nunca se han preguntado, donde es su lugar favorito en el mundo? ¿Lo han hecho en realidad? Otros pueden decir lugares y tiempos remotos pero uno no sabe cual es su lugar favorito hasta que lo conoce... y no es precisamente un lugar. Estoy confund...