A Castiel jamás le han interesados los deportes, no es esa clase de chicos que juegan futbol o baloncesto en la clase de educación física. Él prefiere sentarse en las bancas a leer un buen libro o simplemente escuchar algo de música, y el profesor Shurley no le dijo nada los últimos dos años en los que estuvo en la preparatoria. Solo que ahora en su nuevo y último año, con la renuncia del profesor tendría que ver como sería el nuevo maestro y si sería tan permisivo como el anterior, esperaba que no fuera de esos obsesionados con el deporte y le obligara a salir de la banca.
Los primeros tres días de clases fueron tranquilos, los maestros se presentaban y les hablaban sobre la materia que verían y un poco sobre ellos mismos. Su infierno llegó con el día jueves en la tercera hora donde tenía la clases de deportes. Mientras guardaba su cuaderno de la clase de estadística y veía a todos su compañeros salir a los vestidores a cambiarse, quedándose al ultimo en el salón. Al tomar todas sus cosas se dirigió a los vestidores en los que ya casi nadie estaba y dejó su mochila en el casillero antes de sacar su copia de 'Viaje al Centro de la Tierra'.
Ni siquiera se molestó en cambiarse y salió así hasta las bancas para tomar asiento en ellas, enfrascándose en su lectura en lo que veía a sus compañeros esperar al nuevo maestro. Unos tres minutos después las puertas se abrieron estruendosamente, haciendo que levantara la mirada para ver en la misma dirección que todos los demás, dejándolo algo boquiabierto ante la imagen que sus ojos captaron en primer plano. Un hombre joven de cabellos rubios, ojos verdes y sonrisa coqueta vestía con unos shorts rojos, una camisa y calcetas blancas con toques rojos y una banda roja adornando su cabeza.
—Buenos días jóvenes, mi nombre es Dean Winchester y soy el nuevo maestro de educación física, si, se que me veo muy joven, y lo soy, tengo 21 años apenas pero enseguida de graduarme me dieron el puesto aquí ya que fui estudiante aquí y era muy bueno en deportes, mi objetivo es hacer que todos participen y les agrade por lo menos la clase, no quedándose en las bancas como...— el rubio giró hasta las bancas y se encontró a uno de sus estudiantes que veía en su dirección, sonriéndole de medio lado y haciéndole una señal de que se acercara.
—Hey, ¿cómo te llamas y porque no estas vestido con el uniforme?, no quiero ser el maestro que reprueba a sus alumnos en su primer semestre— el ojiazul parpadeo un par de veces pues se había quedado mirando a su nuevo maestro, en especial la parte descubiertas de sus piernas, esos muslos se veían demasiados carnosos y por un momento le dieron ganas de morderlos, haciendo que ese pensamiento le pusiera las mejillas colorados —M-Me llamó Castiel Novak, señor Winchester, no suelo cambiarme para hacer ejercicio, el entrenador Shurley me dejaba sentarme y leer solamente—
El rubio pareció pensarlo un poco y negó con la cabeza mientras reía —Bueno, yo no soy el señor Shurley así que le pido que se vaya a cambiar ahora. Los demás vayan a dar cinco vueltas a la cancha por favor— dio un silbatazo y los adolescentes comenzaron a correr alrededor de la cancha, entonces se dio cuenta que el chico de ojos azules seguía ahí —Señor Novak, apresúrese o serán diez vueltas a la cancha para usted— el chico volvió a asentir, un poco más rojo de la cara por quedarse viendo el trasero del entrenador.
Estando en el vestidor, se golpeo mentalmente por haber hecho el ridículo frente al nuevo y demasiado caliente nuevo entrenador, ahí estaba de nuevo, no podía dejar de pensar en el rubio o lo sexy que se veía con esos shorts, esa camisa blanca que se cernía a sus brazos y solo le hacía querer quitársela para así pasar sus manos sobre su piel. Sacudió su cabeza para dejar de pensar en eso y comenzó a cambiarse con el ridículo uniforme que tenía la escuela, cinco minutos después salió nuevamente asta las canchas y se unió a sus compañeros en las vueltas.
Todo iba bien en lo que cabía, aunque el tener que sudar no era su cosa favorita en el mundo, lo compensaba la vista que tenía del maestro Dean en el centro dando órdenes a todos, y justo captó el momento en que el entrenador se agachaba a amarrar sus agujetas que terminó distrayéndose tanto que chocó con alguien y cayó al suelo ganándose así una carcajada grupal de parte de sus compañeros y del maestro Dean al parecer, aunque este trataba de no mostrarlo.
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ʜᴏʀᴀ ᴅᴇ ᴊᴜɢᴀʀ | ᴏS ᴅᴇsᴛɪᴇʟ
Short StoryLas puertas se abrieron estruendosamente, haciendo que levantara la mirada para ver en la misma dirección que todos los demás, dejándolo algo boquiabierto ante la imagen que sus ojos captaron en primer plano. Un hombre joven de cabellos rubios, ojos...