Una de las Moiras que se había revelado robando la rueca del destino se encontraba acorralado por los murciélagos, sus hermanas habían pedido ayuda a las Amazonas, entonces toda la Liga había participado, los murciélagos fueron escurridizos y lograron entrar mientras los otros detenían a los monstruos mitológicos. Ahora, los perros de Moira están contenidos bajo del risco, gracias a que Red Hood sostenía en su mano los hilos de su propio destino y la rueca en el otro a punto de arrojarla al vacío, sin contar que una vez dentro del centro de cima de le la montaña de las tejedoras era imposible ser penetrado por la magia que la rodeaba formando un domo, si Hood destruia la rueca las Moiras no podrían seguir tejiendo el destino de los hombres y morirán junto con la rueca, los murciélagos se encontraban en la barca que cruzaba el río de la perdición.
-Espera - gritó la Moira - Puedo ofrecerte cambiar el tuyo. - ofreció a cambio que le regresara su poder.
Hood entrecerró los ojos - Primero enseñame, quiero leer las letras pequeñas. - gruño. Los gritos de enojo y condenación por parte de los murciélagos retenidos en el bote, con el barquero que se rehusaba a ir más rápido se dejaron escuchar.
-Solo hay un número de caminos y un tiempo donde se puede puede partir hacia delante, de ese momento tu puedes elegir el que mas te complazca, solo coloca los hilos que te pertenecen en la luz del futuro - señalando una mágica lámpara que alumbraba.
Hood entrecerró los ojos con sospecha, pero decidió hacerlo con un de ellos. Una imagen llenó el lugar. Jason se vio así mismo portando el manto de Robin, había olvidado lo bajo que era, sus problemas de de desnutrición habían resuelto lentamente, en esa época había recuperado lo suficiente para hacer una masa muscular decente. Recordaba el lujoso penthouse a lo lejos, un hombre delgado de cabello negro y piel morena salio por el balcon, entonces decidio ir a presentarse, Robin aterrizo parándose en la barandilla que rodeaba dicho balcón, miro fijamente al violador de Gloria.- Felipe maldito animal, vas a pagar lo que le hiciste a Gloria. - gruño Robin con ferocidad.
El hombre se giró hacia Robin con el vaso de algún tipo de licor con hielos, sus mejillas estaban un poco sonrojadas.
- Pero si es el enano, la mascota del murciélago. - Felipe se burló con actitud soberbia. - ,largo de aquí mocoso - gruñó sacudiendo la mano desdeñosamente. -, olvidas que son intocable, ve a jugar con unas putas o mejor con el puto del murciélago.
Robin bajó al suelo hervía en rabia. - A diferencia tuya, no necesito pagar por sexo para que alguien finja que la satisfago, por que mi fideo no se pone duro. O violar mujeres por que no soy lo suficientemente hombre. - Robin vio cómo el hombre se ponía rojo del pecho a las orejas. -¿Que pasa Felipe, papá te molestaba todas las noches cuando entraba a tu recamara a hurtadillas, por que era un pervertido igual que tú?
-¡Callate! - lardo furioso.
-Impotente, culo ancho. Creeme en la cárcel encontras otro papi para que te folle como la puta que eres - escupió Robin con desprecio.
El hombre arrojó el vaso estrellandolo en uno de los muros y se arrojó contra Robin, pero el niño no era un blanco fácil, lo esquivo fácilmente en forma de burla le dio un golpe en la cabeza con la mano abierta - ¡Ja! ni siquiera puedes contra un niño pedazo de mierda inútil sin ninguna gracia más que producir monóxido de carbono.
Robin se encontraba del otro lado del balcón, junto a él había una pequeña mesa con dos sillas. Felipe volvió a embestirlo, Robin uso la mesa para saltar en una voltereta en el aire arriba de la cabeza del hombre. Felipe levantó la cabeza viendo volar a Robin, su pie tropezó contra una de las patas de la mesa, trastabilló golpeando la espalda contra el barandal, casi cae al vacío, se sostenía en una sola mano aferrado a uno de los postes de la barandilla.
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Elige tu destino
FanfictionALERTA DE SPOILERS DE BATMAN DEATH IN FAMILY PELÍCULA INTERACTIVA. -Espera - gritó la Moira - Puedo ofrecerte cambiar el tuyo. - ofreció a cambio que le regresara su poder. Hood entrecerró los ojos - Primero enseñame, quiero leer las letras pequeñ...