A ti.

 Ya han pasado varios meses en donde los días son cortos pero las noches son bastantes largas, donde el reloj deja de avanzar pero mi pensamiento trabaja cada vez más rápido. Donde el dormir no existe porque mi cerebro prefiere quedarse despierto para resolver preguntas de ''¿Por qué a ti?''

Cada noche una pregunta distinta llega a mi cabeza, pero el objetivo sigues siendo tú.

Tú, quien me acompaña en cada momento aunque no te vea, tú, quien me cuida y me protege; porque quiero creer que donde quieras que estés me ves y desde ahí me escuchas y me ayudas.

No sé si algún día esto lo pueda superar, o por lo menos, por tan solo un momento te deje de pensar, ya que siempre que llega un recuerdo tuyo a mi mente, se empiezan a inundar mis ojos de lagrimas y no quiero llorar, pero ahora me doy cuenta que es imposible dejarte de extrañar.

Te extraño, te extraño demasiado, tanta falta me haces que por mí sola a veces pienso que no puedo seguir, me acostumbré tanto a quererte, a contar contigo, a pedirte consejos. Y sé que me mandas cada día más fuerza para seguir y me haces reír para no obscurecerme, al igual que siempre que estabas para mí, sé que ahora tampoco me abandonarás; pero para mí no es suficiente.

Y es que no entienden, que tenía todo lo que quería, viviendo feliz y de pronto... en un parpadeo se me fue todo en tu partida.

¿Qué pasa cuando piensas que todo el mundo se está quebrando en ti? ¿Qué pasa cuando ya no sabes cómo reír? ¿Qué pasa cuando crees que lo que sería para siempre, de un día a otro desaparece?

Me haces tanta falta, tú si me entendías. Recuerdo que siempre me pedias ser fuerte en cualquier problema que se me enfrente, pero de todo lo que me enseñaste, solo te faltó decirme como superar tu partida y es lo que más me está doliendo.

Maldito ciclo de la vida, tenias que existir; llevándote de nosotros a quien más quería. Ahora solo le lloro a los recuerdos tratando de no sentir ese vacío que has dejado. Hoy tendrías que estar aquí conmigo, a mi lado.

Maldita muerte...

Maldita vida.