Capítulo único

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-¡Mangel está muerto! ¡Tenemos que estar más unidos que nunca!– Exclamó Fargan, pero ninguno de sus amigos lo escuchaba.

Rubius observaba con una boba sonrisa el reloj de oro que Vegetta le obsequió, mientras que Willy lo observaba con los ojos bien abiertos y un palo en la mano.

–Willy, cierra los ojos que me estás asustando.– Habló Fargan nuevamente entre risitas observando al líder el cual no dejaba de observar al de orejas de oso en todo momento.

–Si Willy, ¿acaso te gusta el reloj que me obsequió mi Sugar Daddy?– El albino frunció el ceño y se levantó arrojándole el palo al fan de los osos en la cara.

–Estas fuera... De ahora en más volveremos a ser Fargan y yo... Como al principio.– Se colocó la máscara y avanzó a la salida de la guarida que le habían robado a los Rapitori, la cual ahora era de la Hermandad Oscura.

–¡No puedes hacerme esto solo por estar celoso, mal rata!– Exclamó irritado el noruego poniéndose de pie a la vez que azotaba la mesa.

Sin inmutarse, Guillermo Díaz avanzó a su ex colega y le arrancó la máscara arrojándola al fuego. –Puedo y lo haré... Ahora será mejor que te vayas si no quieres morir, y no le digas de esto a nadie, mucho menos a De Luque.–

–Como sea... Adiós.– Exclamó el apodado Rubius saliendo de la guarida enfurecido.

–¿Lo matamos?– Preguntó Fargan poniéndose la máscara mientras sujetaba un arma, pero su jefe negó. –Pero cuando Mangel se salió lo matamos y a su esposo e hijo, es una tradición asesinar a quien se salga y a todo el que sepa el secreto.–

Fargan tenía razón. Cuando Miguel Ángel se salió, lo asesinaron para que no contara el secreto, también tuvieron que asesinar a su esposo Manuel y a su hijo recién nacido Miguelito para que no hubieran testigos del asesinato.

Pero con Rubén Doblas iba a ser diferente... No se iba a limitar a incrustarle una bala con silenciador en la cien... Quería gozar su muerte.

–Yo me encargo de Rubius... Tu quédate aquí.– Susurró Willy saliendo de la guarida.

Llegó a la casa de Samuel y observó por la ventana lo que menos quería ver...

El veinteañero Rubén Doblas montaba a su mejor amigo Samuel De Luque; un empresario de cuarenta años del cual secretamente estaba enamorado.

–¿Te gustó mi regalo, chiqui~?– Preguntó el amante del morado en un jadeo acariciando el delgado y perfecto cuerpo del modelo noruego.

–M-Me encantó~– Gimió el de ojos verdes temblando entre sus brazos. –Y-Ya me vengo Daddy~–

Ambos se corrieron en un gemido mientras una lágrima caía bajo la máscara del albino hasta chocar en el suelo.

Cuando el empresario se fue a la ducha y su amante dormía, no lo dudo un segundo al romper la ventana y saltar a la cama con un cuchillo.

Cuando Samuel escuchó un cristal romperse y gritos del noruego, se colocó un bóxer morado y corrió hasta la cama.

Pero ya era demasiado tarde... Su amante se estaba desangrando mientras un enmascarado desconocido lo apuñalaba hasta dejarlo desfigurado.

Sin dudarlo un segundo, saltó sobre el hombre y lo sujetó del cuello. Parecía de su edad, pero no era tan musculoso como el, por lo que le fue fácil someterlo con una mano mientras llamaba a la policía.

Cuando cortó el llamado, notó que el hombre tenía una erección y se rozaba contra su entrepierna mientras observaba su abdomen.

Acercó la mano al rostro del sujeto y le arrebató la máscara, topándose con el rostro de su secretario, el cual jadeaba mientras pequeñas gotas de sudor recorrían su rostro hasta perderse por su ajustado traje.

If i kill someone for you ||Wigetta/Rubegetta||(R+18)[One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora