Capítulo 2-¿Dónde estoy?

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Capítulo 2

¿Dónde estoy?

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Pov Naruto

Luz, sentía que había mucha luz, tanto, que atravesaba mis párpados.

Abrí mis ojos lentamente..

Solo pude apreciar un fondo infinito de color morado y unas extrañas luces  semejantes a las estrellas, pero de menor tamaño.

Quise "levantarme" pero mí cuerpo estaba flotando en ese espacio desconocido. Al hacer fuerza un dolor surcó mí abdomen. Toque con mi mano y esta estaba roja, estaba sangrando.

De pronto recordé.

Terminé muy herido en la Guerra Ninja, y una extraña voz me llamó.. yo.. yo.. ¡Caí al pozo! Todo pasó tan rápido.

–Uzumaki Naruto..– Habló de nuevo aquella voz. –Me honra mucho tú presencia..–

–¿Quién es usted? Acaso.. ¿Estoy muerto..?– pregunté temeroso.

De pronto una luz cálida y suave apareció ante mí.

Yo aún seguía presionando mí herida.

–No, no estás muerto Uzumaki Naruto.. un placer saludarle, mí nombre es Midoriko, creadora de la Perla de Shikon.– se presentó cortésmente. La luz poco a poco se fue dispersando revelando aquella silueta femenina.

Mí cejas se arrugaron levemente al verla, pues nunca había visto algo así. Cabello negro muy largo, rostro con rasgos faciales delicados, armadura antigua, kimono japonés, y una espada que reposaba dentro de su estuche a un lado de su cinturón.

Pov Narradora.

–Necesito tu ayuda..– el Rubio levantó ambas cejas con asombro. – Quiero que ayudes a un grupo de chicos a derrotar a un peligroso medió demonio..– dijo la mujer seria.

Naruto no respondió, era demasiado para él, y el dolor de esa herida no le permitía poner atención.

La Miko antigua se percató.

–Estas herido..– dijo flotando hacía él. Colocando sus blancas y niveas manos sobre la herida del ninja. –Justo ahora no poseo suficiente poder sagrado para sanar tu herida, pero.. puedo eliminar el veneno e infección..–

–¿Ve..neno?– preguntó el Rubio sorprendido, no pensó que aquél ataque tuviese veneno.

Entonces comprendió.

Por eso su chakra no se estabilizaba y dolía tanto. Malditos Akatsuki.

La sacerdotisa concentró su poder en sus manos, haciendo que de ellas brotase una luz de color púrpura. Logrando así eliminar una parte del veneno.

El jinchuriki apretó fuerte los dientes para aguantar el dolor.

Desvaneciendose la luz. –He hecho lo que he podido.. Ahora.. debes irte..–  dijo al joven, mientras colocaba una mano sobre la mejilla bigotuda de éste. – lindas marcas.. Hasta pronto Naruto..– dijo cálidamente sonriendo con los ojos cerrados.

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