Donde Kim TaeHyung es un poderoso mafioso alfa que necesita un digno heredero y la familia Jung está dispuesta a dar a su hijo por conseguir un rango alto en la sociedad.
➤ ʜᴏsᴇᴏᴋ ʙᴏᴛᴛᴏᴍ
⊗PROHIBIDA LA COPIA DE ESTA OBRA. ASÍ MISMO NO AUTORIZO ADAPTA...
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El doctor lo examinó por todos lados, su madre le observaba con la uña del pulgar atrapada entre sus dientes, sin duda nerviosa.
HoSeok tenía la mirada perdida, pensando en su cruel destino. Recordando que, cuando se presentó a la corta edad de once años, su vida tan solo había ido en picada. Su padre omega en realidad le había confesado que estaba terriblemente asustado, y que ansiaba con todo su corazón que HoSeok viviera plenamente feliz con la pareja que escogiera.
Pero su madre alfa era distinta.
Siendo co-propietaria de una famosa empresa de gaseosas en Corea del Sur, una alfa fuerte y llamativa, atractiva a los ojos de cualquiera. Aún así, deseaba mantener un estatus alto. Con la idea de que sus hijos fueran reconocidos como "perfectos en todos los sentidos", Jung YangMi estaba obsesionada con mantener una imagen digna ante la sociedad.
Por ello comenzó casando a su hija mayor: Jung JiWoo, quien tan solo tenía dieciocho años cuando fue comprometida con un alfa propietario de varias tiendas departamentales en Japón. HoSeok extrañaba a JiWoo. Ahora, ella mencionaba estar feliz después de cinco años en Japón, con sus dos hijas pequeñas y un esposo que decía amarla.
HoSeok corrió con algo de suerte, fue hasta la edad de veinte años en que su madre consiguió comprometerlo. Ella repetía una y otra vez que era un chico afortunado y que debía mantenerse siempre bonito y saludable para su próximo alfa.
"No me decepciones en esto, HoSeok. El señor Kim es muy importante, incluso más que cualquier otro alfa."
Y HoSeok tragó saliva al haber escuchado eso. Su madre podía ser un tanto exagerada a veces pero, en esta ocasión, se veía con bastante seguridad al advertirle aquello.
Se estremeció al sentir un dedo en su entrada, apretando la blanca sábana debajo de él.
—HoSeok.—Escuchó la voz firme de su madre. Parecía molesta ante la reacción natural que tuvo su cuerpo.
El doctor soltó una baja risita, terminando de inspeccionar la zona más privada del omega.
—No se preocupe, señora Jung. Es normal que los omegas sean sensibles ante el tacto—el hombre se giró hacia el omega que ahora se encontraba sujetando con fuerza la bata—sobretodo cuando están a poco de entrar en celo.
HoSeok suspiró y bajó su vista hacia el suelo. Una mueca de preocupación en su rostro.
—¿Tiene algo para retrasarlo?—habló su madre.
El doctor parpadeó, confundido.—¿Disculpe?
—Él se casará dentro de algunos meses. Quiero que su celo esté atrasado hasta ese día. Es más probable que quede embarazado de esa manera.
