Siete

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Wonwoo se despertó con el sonido de una llamada entrante y no se sorprendió al ver que era Mingyu quien lo estaba llamando.

"Buenos días, Gyu", dijo, cuando tomó su celular, con la voz profunda porque acababa de despertar.

"Buenos días, bebé", respondió, y al oír el sonido de su voz, tan ronca como la de él, pero tan profunda y suave como siempre, le dio ganas de volver a casa. Wonwoo extrañaba despertarse en sus brazos, las yemas de sus dedos acariciando suavemente su abdomen y con el alfa presionando un dulce beso de buenos días en su frente. Él sintió nostalgia. "¿Cómo has dormido?".

"Estoy bien", respondió Wonwoo, con un suspiro. "Pero la cama es un poco grande sin ti ... ¿Y tú?".

"Sí ..." asintió, en un susurro. "Me siento igual".

Ambos permanecieron en silencio por un momento, ambos pensando que habría sido más agradable despertarse juntos esa mañana, antes de que Wonwoo le preguntara cómo se sentía.

"Como si me hubiera alcanzado un rayo hace solo un par de días", trató de bromear, seguido de una risa sin humor. "Pero lo suficientemente bien como para ir y poder tener esa charla que me prometiste".

Wonwoo estaba dibujando espirales con el dedo índice en sus mantas, cuando respondió un segundo después. "Está bien", susurró. "¿A qué hora?".

"¿Dentro de una hora?".

"Claro, ven cuando estés listo", respondió él, antes de que se despidieran y terminaran la llamada.

Wonwoo pasó la siguiente hora paseando nerviosamente por su apartamento, mordiéndose las uñas y tratando de no colapsar debido a que su corazón latía rápidamente, todo mientras se obligaba a tomar un poco de desayuno, una ducha y preparar todo. Esta sería la primera vez que le diría a alguien sobre su inmortalidad y no sabía qué esperar; se preguntó cómo reaccionaría Mingyu y cuáles serían las consecuencias.

No era necesario decir que estaba muy nervioso. Wonwoo trató de mantenerse ocupado enviando un mensaje de texto a Joshua diciéndole que le diría todo a Mingyu esta mañana, y acariciando a Calliope, pero afortunadamente Mingyu no lo hizo esperar demasiado. Ni siquiera pasó una hora después de su llamada telefónica, antes de que él entrara a su apartamento.

"Hola", dijo Mingyu. Estaba tenso y en guardia. Que él se sintiera incómodo y frío no era inesperado y Wonwoo no lo culpó; técnicamente todavía estaban separados e iba a escuchar la explicación de Wonwoo por huir de él, sin saber qué esperar (y era algo que nunca alguien esperararía, la verdad).

Wonwoo, sintiéndose más a gusto debido a su presencia, no pudo controlarse y lo rodeó con sus brazos. Mingyu tardó un segundo en relajarse un poco y devolverle el abrazo. Se quedaron ahí por un momento y Wonwoo lo apretó más fuerte cuando se dio cuenta de que esa podría ser la última vez que sentiría su cuerpo abrazando el suyo.

Wonwoo sabía que no tenía nada que ganar si le decía la verdad a Mingyu, solo mucho que perder, pero no se trataba de él, se trataba de Mingyu. Y sobre ser honesto con él y darle una opción. Él inhaló el adictivo aroma de Mingyu (almizclado, como el pino y solo para él ) una última vez antes de dejarlo ir.

Wonwoo lo llevó a su cocina donde había colocado todos sus álbumes, documentos y baratijas y comenzó su historia inmediatamente después de que Mingyu se sentó. Pensó que cuanto antes comenzara, antes terminaría.

El omega observó cómo los rasgos de Mingyu cambiaban de incredulidad y conmoción a más incredulidad, más conmoción, comprensión y, finalmente, ira, mientras le contaba su historia personal mientras le entregaba sus pertenencias. Cuando terminó, Mingyu no lo había interrumpido ni una vez, saltó de su silla y comenzó a caminar por la cocina antes de detenerse.

El secreto de Wonwoo - MinwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora