Sin escape alguno

Crimen sin perdón

Aquella rubia estaba durmiendo plácidamente, hasta que un ruido la despertó, volteó la cabeza para ver a su madre pero esta no estaba, abrió la puerta de la habitación y vió a un hombre hablando con su madre o bueno era lo que aquella niña pensaba. 
Aquel hombre decía que si no le daba el dinero que le debía, lo pagaría su hija. La pobre niña cerró la puerta y se sentó en la cama, tratando de asimilar lo que acababa de escuchar, luego de un rato se acostó, esperando a que su madre llegara lo cual nunca pasó, luego de un rato se quedó dormida. A la mañana siguiente, la despertó su madre, como siempre, todo parecía tan normal que pensó que todo había sido un sueño. Hasta que su madre recibió una llamada, nada inusual pensó ella, pero no era así. Al terminar de desayunar se dirigió a la habitación y escuchó a su madre decir:
—Dame más tiempo para conseguirlo y te prometo que lo conseguiré, solo dame más tiempo—.
Al escuchar esto, se alejó de la puerta asustada, ahora sabía que no había sido un sueño, todo era real, pero eso le hacia pensar, ¿Qué hizo mi mamá? ¿En qué está metida? ¿Saldrá de esto?. Mil pensamientos llegaron a su cabeza, si eso era real, ¿qué podía hacer para ayudar a su madre?  
Cuando su mamá salió se acercó a ella, la vió tan preocupada que le preguntó:
—Ey! Kally, ¿qué sucede?—
A lo que ella respondió:
—¿Por qué no me dijiste que tenías una deuda?—.
La madre sorprendida le dijo:
—¿De dónde sacas eso?—,
—Yo te oí—,
—No es nada importante—
—¿Nada importante? Anoche escuché tu conversación con aquel hombre, ¿o me vas a decir que el no te amenazó con que si no conseguías tanto dinero me mataría?—,
—Bien si, tengo una deuda, pero no te preocupes, no te pasará nada—.
La niña con lágrimas en los ojos dijo:
—¿Cómo se...—
—Yo te lo prometo—
dijo la madre interrumpiendo a su hija.
—Yo te prometo que no te pasará nada—.  
En la noche Kally esperaba a que su mamá llegara. Cuando fué la media noche su madre llegó diciendo: 
—Kally agarra tus cosas nos vamos—, Kally no sabía lo que pasaba pero empezó a agarrar sus cosas, después de unos minutos de empacar partieron. Cuando iban saliendo del edificio llegó un auto donde ellas, su madre volteó y al reconocer aquel automóvil, jaló a la niña de la muñeca y comenzaron a correr, se metieron en un callejón, esperando que no las encontraran, lo cual no fué así, ya que vieron a tres hombres armados entrar al callejón, las dos empezaron a caminar hacia atrás hasta que escucharon un ruido, voltearon y eran otros dos hombres, cada vez se iban acercando más, ¿qué hacían?, ya no había escape, agarraron a ambas y uno de los armados volteó a ver a la mayor y dijo:
—¿Y el dinero?, ¿Lo tienes?—
la mujer agachó la mirada y con voz baja y temblorosa dijo:
—em.. no—,
—Bien entonces despídete de tu hija— dijo el hombre apuntándole con el arma a la más joven, la mujer casi llorando suplicó que la tomarán a ella, que la mataran a ella, pero que dejaran a su hija. Después de tanto suplicar soltaron a Kally, su madre le dijo que se fuera, la chica llorando miró a su madre y salió corriendo, pero mientras corría escuchó dos balazos, volteó para atrás y cayó en lágrimas.