En Pocas Palabras [Lev Haiba]

Siento que Molesto

M:

Ha pasado una semana, sigo sin ninguna respuesta de parte de él.
Me parece que es tiempo de desistir a este juego de notas. Aunque se que es la única forma de conocerlo, ya que mi timidez no me dejaría emitir una palabra frente a él.
Estoy pensando en escribirle una nota final, explicando como me siento, pidiendo disculpas si cause alguna incomodidad, ya que nunca fue mi intensión molestarlo, y despidiéndome de Lev. Creo que va a ser lo mejor. 

- Merlina, necesito que prestes atención. Esto entra en el examen - advirtió la profesora de Química -
- Ehh?... Disculpe profe. - contesto algo desconcertada.-

Era imposible mantener la concentración. Mi cabeza solo pensaba en las posibles notas que podría enviar. 

La clase terminó.
La institución nos otorga treinta minutos para almorzar, el cual aprovecho para buscar un jugo de naranja para despejarme un poco.
Estaba tan inmersa en mis pensamiento que, frente a las maquinas expendedoras, choqué con un estudiante.

- Disculpa, venía distraída y no me di cue... -No llegue a terminar la frase, quedé helada al darme cuenta quien estaba frente a mi.-

- Tranquila linda, no hay problema. -con una sonrisa genuina.- ¿Te encuentras bien?

- Ehh... Este... Sss... -No podía articular una palabra, mis mejillas de a poco se están tornando de un color rosado.-

- ¿Quieres algo de la maquina? - Añadió sin quitarme los ojos de encima ante la ausencia de mis palabras.-

- Ju.. Juego... Digo... Jugo de naranja.- digo de una manera torpe apuntando a la maquina.-

- Buena elección, a mi también me gusta. -Marca el código correspondiente y me lo entrega.- 

- Gra... Gracias...Pero... no puedo de... - No me deja terminar cuando interrumpe mi fallida respuesta.-

- Yo invito esta vez... Si me dices tu nombre, claro -  inclina su torso un poco hacia mi, acortando la distancia personal entre los dos. -

- Mmm... Merlina. - Mis mejillas pasaron de un rosa a un rojo intenso en segundos.- 

- ¡LEEEV! Tenemos que irnos. - gritó un chico alto de pelo castaño en punta, creo que también es de primer año.-

- Un segundo, Inuoka.- Contestó a su compañero.- Espero verte en otra oportunidad, Merlina. - Guiñó su ojo y  se marchó con esa sonrisa que lo caracteriza.-

Con el jugo de naranja aún en mi mano, camine hacia el aula. Al llegar a mi asiento, permanecí unos quince segundos mirando la nada. Trataba de encontrar sentido a todo lo que pasó.

Su mirada gatuna no perdió contactos con mis ojos en ningún momento. Su sonrisa era tan amplia y cálida, sentí que nos conocíamos desde siempre. Realmente pensé que el tiempo estaba congelado con su presencia, hasta la aparición de su compañero. 

En este instante, mi cabeza da mil vueltas. Fue la primera vez que cruzamos palabras.
Esa breve conversación, su mirada intensa al expresarse, hizo darme cuenta que tengo sentimientos hacia Lev. Es extraño ya que no conozco nada a cerca de él, nada mas allá de lo que se dice en los pasillos.

He salido con chicos durante la secundaria, pero ninguno provocó esto. No podía articular una frase, mis piernas no paraban de temblar y sentí un nudo en el estomago por los nervios. 

Una parte de mi, grita que tengo que acercarme a él, dado que, a través de las notas puedo descubrir una faceta desconocida por todos y por fin develar lo que tanto me atrae.
Sin embargo, la otra parte aún sigue pensando que molesto con tratar de entrometerme a su vida de esta forma tan infantil, que tengo que parar todo este teatro, ya que él no debe estar interesado en conocer a personas nuevas, por eso no responde.

Me repente, el sonido del timbre marcando el fin de la jornada escolar, me despertó de mis pensamientos. El día culminó con la clase de matemáticas, la cual no preste atención en lo más mínimo. Fueron muchas cosas por un día, aún no se como mi corazón resistió tanto.
Por suerte, llegó mi momento favorito del día, donde dejo todo atrás y puedo ser yo misma. Eso es lo que siento a la hora de entrenar sobre la pista de atletismo, es mi lugar en el mundo.
Pero primero, tengo que pasar por el vestuario y la sala de materiales, para ayudar a trasladar lo indispensable para el entrenamiento.

Guardé mis cosas en el bolso con tranquilidad, coloqué mis auriculares en los oídos y me encamine hacia el vestuario al ritmo de "Golden - Harry Styles".
Una vez afuera del edificio, comienzo a cambiar de calzado sin parar de tararear la canción actual de mi reproductor.
Al finalizar, me percato de un papel sobresaliendo de un locker a cinco metros del mío e inmediatamente supe de quien le pertenece. Lentamente me acerco para corroborar mi suposición, procurando que nadie me vea. Sobre el frio metal color azul, posaba un papel color grisáceo con un destinatario:

"Señorita M"

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¡Buenas a todes! ¿Como están?

Espero que se encuentren bien en este contexto raro que estamos viviendo.

Hoy traigo un capitulo más de esta historia, la cual no tenia pensada publicar aún, pero su confección me ayudó a despejarme un poco del estrés que me genera de la facultad.

Con esto quiero decir que mi inactividad es debido la famosa "época de exámenes", es final de año y los profesores ya están definiendo el cierre de notas a través de entregas, trabajos grupales, exámenes, etc.

Es por eso que pido mil disculpas y espero que comprendan. Es el ultimo esfuerzo del año.

Volviendo a la historia. Si les gustó, no duden en darle like, comentar o compartir, así más personas pueden disfrutarla.

Les mando un beso enorme, por favor cuídense mucho.

Nos leemos pronto... 

Antonella.