Mi nombre es Jaret, desde que he estado en primaria mi sueño ha sido ser un astronauta, suena un tanto cliché pero no lo hago por la fama o la admiración, no hay cosa que ame más que las estrellas. Brillan con su mayor resplandecer y dando todo de ellas.
Si pudiera me gustaría ser una estrella en mi próxima vida.
Estoy subiendo un nuevo escalón, para estar más cerca de mí sueño. Soy parte de la administración nacional de aeronáutica y el espacio, más conocida por el mundo como NASA.
He pasado muchas horas en entrenamiento, sudando y algunas veces terminando el día deprimido, me calma el alma el ver a través de mi ventana a las luces del cielo nuevamente. Son difíciles los días, el estar separado de mi familia no es más que otro escalón que tengo que subir también.
En este mismo momento quiero hablar con ellos, mamá y hermanos, me senté en mi cama mirando el techo opaco.
—Cálmate—Dije para mí, además de que ninguna otra presencia estaba en la habitación.
Al día siguiente me dieron la mejor noticia de todas.
Iré.
La próxima semana, iré. Iré al espacio.
— ¡Felicidades camarada! —Me animaban mis compañeros.
Fui a mi habitación, que hasta este momento solo la había visto de un color gris, pero ahora la veía del azul rey más hermoso que mis ojos hubieran visto.
—Lo hice—Grite seguida por mi risa, estaba lleno de euforia.
Estaba en la nave, con el cinturón ajustado y mis superiores diciendo la cuenta regresiva. Era incluso mejor de lo que se veía en las películas, por dentro estaba temblando y por fuera mi confianza se hacía cada vez mas grande.
—Voy a verte.
La presión se hacía presente conforme me alejaba de la tierra, y después nada, podría jurar que así se sentía volar.
Aterrice en mi lugar de destino. De un color peculiar, y fue entonces cuando salí sin tener la mínima remota idea de que me encontraría. Pise por primera vez la tierra, antes que nadie más.
Con un traje blanco alrededor de mi cuerpo, mire el color profundo del espacio luego con la mirada busque la constelación Lira, ahí estaba, mi favorita sobre de todas, Vega.
—Te encontré—Pensé que había sido el único que había escuchado aquello.
Mi corazonada me hizo girar mi mirada hacia atrás, desconcertado abrí mis ojos.
—¿Con quién hablas?—Pronuncio palabra una criatura de color morado, parecía una niña, voltee a todos lados pensando que encontraría a mas, pero estaba desierto. Tenía unos enormes ojos color esmeralda y hasta este momento me percate de que tenía dos cabezas, que tan confuso debía estar para no percatarme de eso.
Un sonido fue lo único que salió de mi boca.
—Ya sabes ¿a quién iba dirigido eso que acabas de decir?. No veo a nadie cerca—Hizo el mismo gesto que yo, mirar a los lados. Por mi silencio dijo lo siguiente.—Tal vez…¿No puedes entenderme? ¡Seguro que es eso!.
—Te equivocas, puedo entenderte a la perfección, lo cual lo vuelve más raro.
Me tomo de la mano, me sobresalte pero no me deshice de su agarre, conforme íbamos caminando se podía hacer ver casas a lo lejos, supe que era donde algo habitaba cuando la gente la comenzó a saludar pero a la vez me miraba como si de algo anormal se tratase, pero a mi parecer ellos eran los anormales. Entramos a una de las casas, era su hogar, me soltó y saludo a su mama pero subió unas escaleras, continúe siguiéndola porque supuse que eso quería.
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Mil estrellas y solo me importas tú
Short StorySomos todo lo que estuvimos buscando. -Eider.