Historia

1.6K 48 5
                                    

Las vacaciones habían iniciado, le dije a mi amigo Lucas que no dejara de visitarme, así no me aburriría al estar en casa sin hacer nada, la primera vez que vino, me contó algo que le había pasado, dijo que estaba en la bibloteca en una pequeña sección que normalmente no es muy habitual, en la cual hay libros que tratan sobre historias de terror o leyendas urbanas, me dijo que el estaba allí y que vió un libro con la cubierta negra y no tenía título, que estaba lleno de hechizos y rituales, y me dijo que lo traería a casa para que intentaramos comunicarnos con algún fantasma y la verdad, yo no lo tomé enserio.

Después de un rato el se fué, escuché un ruido en la cocina y quize ir a ver que era, antes de abrir la puerta, pregunté:

"¿Smile?"

Smile era mi perro, era un husky siberiano, era muy cercano a mí, ya que el había estado conmigo desde que tengo memoria, no tengo hermanos, pero Smile siempre me hace compañía, mis padres solían estar fuera casi todo el día, así que he pasado mucho tiempo con mi mascota, el era muy alegre, atento y por supuesto, fiel.

Después de llamarlo, abrí la puerta de la cocina y ahí estaba el, arrastrando su plato por el suelo, así que le dí de comer y me fuí a mi ordenador, nada importante.

Tres días después, Lucas volvió, esta vez, con el libro en mano, no dejé atrás mi esceptisismo, pero decidí intentarlo, comenzé a leer:

"Este ritual es para conctactar a cualquier ente que se encuentre en el lugar donde se realiza, pero hay una advertencia, si uno de los pasos no se sigue como es escrito, TENDRÁN QUE PAGAR LAS CONSECUENCIAS"

Lo primero que pensé fué que el texto era muy tenebroso pero aún así creí que no sucedería nada, así que empezamos, debíamos estar solo nosotros dos en una habitación y a obscuras, algunas velas cualquiera, una cruz de sal y algo de alcohol puro. Después de un tiempo, de no oír ni ver nada decidimos rendirnos, y antes de encender la luz, vimos como se sacudió el sofá, Lucas y yo, estábamos tirados en el suelo, viendo fijamente el sofá como se movía cada vez más y después de un fuerte golpe, Smile salió de atrás de este.

Molesto dije: "Smile, ¿Así que eras tú? ¡Nos pegaste un verdadero susto!"

Miré a Lucas y le dije: "Vamos hermano, este libro no es mas que una mierda"

Al terminar la frase, se apagaron las velas y nos quedamos completamente a obscuras, Lucas y yo gritamos por el susto, después de eso, se escuchó una grave y distorsionada voz que decía:

"Se les advirtió que estuvieran solos".

Al oír la voz, me estremecí con un escalofrío enorme y fué aún peor al escuchar a Smile chillar fuertemente, con eso, no me importó nada y corrí a encender la luz y al ver a mi perro supuse que Lucas lo había lanzado contra la mesita de noche por que estaba rota y encima de Smile. Con una extraña mezcla de enojo y miedo dije:

- ¡Lucas! ¡Eres un patán! No tenías por que lastimar a Smile - fuí a quitarle la mesa de encima y Lucas se levanto conmigo.

- Pero, ¡Yo no lo hice! Fue...¡Fué la voz! - Abrazé al perro, el cual temblaba.

- ¿La voz? ¿Hablas de tí nuevamente?

- ¿Qué? ¿Cómo piensas que yo pude haber hecho eso? Hermano eso fué real, creo que no debimos leer este libro - Lo miré a los ojos.

- Tu lo trajiste, yo... Sinceramente no creí que ocurriría nada, menos algo como esto.

- Perdón amigo, yo tampoco pensé en algo así, ¿Smile está bien? - Se acercó a tocarlo.

- Eso creo - Levanté el cuello de Smile el cual tenía una pequeña herida

- Creo que se cortó, pero estará bien.

Pensé en no ser tan severo con Lucas, quizás, fue real lo que pasó, así que me disculpé con él antes de que se fuera a su casa y quedamos en vernos al día siguiente. Me fuí a dormir y no dejé de pensar en lo que había pasado, la voz, esa voz me era tan familiar, estaba casi seguro de que la había oído antes, pero no pude recordar, le puse a Smile una venda en su herida esperando que al amanecer se encontrara mejor.

Esa noche soñé algo horrible, parecía un demonio, la verdad no lo ví bien pero, parecía estar... Sonriendo. Me desperté al escuchar unos golpes muy persistentes en la puerta de mi cuarto, al tiempo que Lucas me gritaba "¡Marcos! ¡Marcos!..."

Me levanté de la cama sin mucho entusiasmo y abrí la puerta Lucas entró rápidamente apartándome de su camino hacia Smile, preguntando si el estaba bien, me acerqué a ellos y me puse de cunclillas mirando al perro, le quité las vendas y la herida se veía sana, solamente un pequeño mechón de su pelo estaba aún manchado de sangre, me sentí felíz de verlo mejor, pero eso no había borrado el hecho de que lo que había pasado. Lucas y yo charlamos sobre lo que había pasado y que ya no volveríamos a abrir aquel libro nunca más.

Al día siguiente, estaba en mi ordenador como siempre y Smile se acercó y se acostó al lado mío, todo ese día había demostrado estar triste o cansado, así que unos minutos después de hecharse, se quedó dormido, una hora después creí que había estado mucho tiempo frente a la pantalla así que apagué la computadora, miré a Smile y el se giró para voltearse a otro lado, entonces, lo noté, el tenía otro mechón rojo detrás de su cabeza, me sorprendí y comenzé a buscarle mas heridas, pero no encontré ninguna, pensé que tal vez se había acostado en la arena y decidí que le daría un baño, pero por más que tallé, la macha roja no desaparecía, el estaba fastidiado de tanta agua Smile odiaba los baños y se fué corriendo cuando acabé que quitarle el jabón.

Y así continuó, cada día al despertar, Smile tenía cada vez mas mechones rojos, excepto en la parte negra, lo llevé al veterinario por que había comenzado a preocuparme. Creyeron que tal vez era por falta de alguna vitamina, pero yo me aseguraba siempre de alimentarlo bien, me dieron unos polvos que debía mezclar en su tazón de agua para ver si mejoraba, pero no, los mechones rojos persistieron y comenzé a asustarme, ¿Qué le estaba pasando a mi amigo? Junto con el pelo, persistió la tristeza del pobre, cada día se veía peor, como si estuviera... Muriendo.

Comenzé a llorar ante la idea, todos me preguntaban el por qué mis lágrimas y al contarles todos pensaban: "Pero si es sólo un perro". Pero no, ¡Ellos no podían entenderme! Para mí era muchísimo más que un simple perro, era más que mi familia, como si fuera un regalo del cielo especialmente para mí así que estaba desconsolado ante el pensamiento de despertar y no verlo a mi lado. Decidí estar todo ese día con él, para no sentirme triste ni solo y para que se diera cuenta de que yo estaría con el pasara lo que pasara, al anochecer me acosté contento, ya que Smile volvió a mover alegremente su cola y a lamerme la cara tiernamente, pero la alegría no me duraría mucho tiempo, ya que en la madrugada esuché un fuerte golpé que me despertó.

Miré a Smile para asegurarme de que estuviera bien, pero lo que ví me aterrorizó, el me veía a los ojos, con una extraña mirada, atenta y curiosa, algo que me incomodaba, le grité para que se acostara y que dejara de verme pero no lo hizo, comenzé a perderme en sus ojos como si me hablaran, luego mi corazón quizo escaparse de mi pecho cuando noté que en mi perro, comenzó a formarse lentamente una larga y amplia sonrisa, quize salir corriendo pero la escena me había dejado paralizado, los dientes de Smile comenzaron a deformarse horriblemente, lo que más me perturbó, fué cuando abrió su hocico, y de este... Salieron... ¡Palabras! Era la misma voz! ¡La voz que nos había advertido aquella noche! La que me parecía familiar, entonces lo comprendí todo, aquel sueño que había tenido era Smile! ¡Y ahora esa misma escena estaba frente a mí! ¡Frente a mí realmente!

Las palabras que el perro, no, no el perro por que ese no era mi Smile, no era un perro... Era un monstruo, y lo que me dijo me dejó desconcertado, el dijo "Difunde la palabra" Entonces me desmayé.

Al despertar, un frío invadió mi espalda, yo estaba sentado frente al computador, a punto de enviar un correo a todos mis contactos, había un archivo adjunto, la descripción llevaba como título: "Smile.JPG" No entendía nada, quize levantarme de mi asiento, pero escuché de nuevo aquella voz destrozada:

"Difunde la palabra, no tienes opción, no voy a dejarte nunca".

Sin pensar, presioné el botón de

ENVIAR.

El origen de Smile dog.jpgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora