1. Chantajear

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El día había comenzado, el sol no hacía mucho que había salido y se comenzaba a asomar por la ventana de la habitación de un joven de oscuros cabellos que podía sentir la calidez de los rayos pasando sin invitación, eso fue suficiente para despertarlo de su tranquilo soñar, este se sentó en el mismo lugar y empezó a estirarse y volteó a los lados esperando encontrar a su pareja, Victor, pero no estaba allí.

Que Victor no estuviera era bastante raro, ya que vivían juntos y a Víctor le gustaba pasar mucho tiempo con su pareja, y era raro que se fuera sin avisar, aunque tampoco recordaba haberlo visto llegar... ¡Bueno! Tal vez le había surgido algo y no pudo avisarle, no pasaba nada, ambos tienen vidas aparte de su pareja y estaba bien, Mayo no tenía problema con eso, ya podrían hablarlo en otra ocasión.

Ese sería un gran día, no podía alargarlo tan rápido por unos tontos celos, pensaba mayo, así que dejó de lado esos pensamientos y se concentró en su mañana, iniciaría con un buen desayuno, así que se levantó de la cama solo con la camisa grande que le había robado a Víctor, era cómoda y más grande que él, y olía a Víctor, mayo adoraba eso, él adoraba a su novio, era realmente perfecto, Victor era guapo, estaba en forma, era caballeroso, muy amable, amoroso, ¡Era el paquete completo! Y todo solo para Mayo, él estaba fascinado de tener tal novio como Víctor. De verdad que tenía una visión de Víctor que apenas se podía creer.

Terminó su desayuno y se propuso a hacer las tareas del hogar, antes de eso le envío un mensaje a Víctor para preguntarle dónde estaba, pero sin insistir mucho porque no quería ser tóxico, dejó el celular en una mesita y puso música para hacer las labores, mayo se encargaba de muchas cosas en la casa, el limpiaba la mayor parte del tiempo, él cocinaba y también él pagaba el departamento, ya que estaba a su nombre, él tenía un buen empleo desde casa, pocas veces necesitaba salir así que le dejaba buen tiempo para cuidar el hogar, mientras tanto Víctor tenía un empleo medio estable como entrenador en un gimnasio, no ayudaba mucho con las cuentas del hogar pero eso no le importaba a Mayo, a fin de cuentas el departamento era de él, así que era justo que él lo pague, pensaba.

Dos horas pasaron y terminó el aseo, era medio día.

Mayo revisó su celular y vió que aún no le contestaba Victor así que le envío un mensaje de nuevo, no quería ser demasiado metido pero le preocupaba su novio, aún así volvió a dejar su teléfono y se puso a trabajar en su estudio, trataría de distraerse con trabajo, así mataría dos pájaros de un tiro, y así el tiempo pasaría y le dejaría para que su amado novio tenga tiempo de contestarle.

Había terminado por fin el trabajo, no era mucho pero a veces lo estresaba de más, habían pasado 4 horas y eran las cuatro de la tarde y Víctor aún no le respondía los mensajes, se estaba empezando a preocupar de verdad, así que le iba a volver a mandar un mensaje pero una llamada entrante lo interrumpió.

Era una llamada de Timba.

¿Debería contestar? Pues sería grosero si no, así que lo hizo.

—¿Bueno?

—¡Mayo! ¡Mayito! ¿Qué tal estás?
Se escuchó por el celular. —¿Estás libre ahora? Iba a salir con los muchachos y me cancelaron a último minuto, ¿te parece salir nosotros dos? Es que ya me dejaron cambiado y me parece un desperdicio de día no salir.
Mayo iba a responder pero fue interrumpido. —¡Tomaré tu silencio como un sí! Te espero en 20 minutos en el Mall que está a 20 minutos de tu casa, ¡No me vayas a dejar plantado, eh!
Rió Timba. —Te espero entonces, ¡Nos vemos!

Y tan rápido como llamó colgó, Mayo solo se quedó parado sin decir nada, en ningún momento le dejo decir nada, pero no tenía problema con salir, igualmente Víctor no estaba, y aparte tenía mucho tiempo que no salía con Timba, no veía que podría salir mal.

Pasados los veinte minutos estaba listo, y se dirigía al lugar acordado, no estaba muy lejos, Timba había exagerado la distancia pues para el simples metros podían volverse kilómetros con lo flojo que podía ser, mayo se rió entre pensamientos, y pudo verlo a lo lejos, estaba en una banca fuera del lugar, durmiendo la siesta, como no podía ser de otra, Mayo solo llegó y se sentó al lado de él, no lo quiso despertar porque le parecía muy mal educado así que esperaría un poco a que de despierte un poco, en eso Timba se remueve en su lugar y coloca su cabeza en el hombro de Mayo, y recarga su cuerpo en él, Mayo se sorprendió pero no lo quitó, él también se recargó en la cabeza de Timba y se relajó un rato, a ese paso podría quedarse dormido igual que el de pelo cyan, estaba tan tranquilo y relajado de esa forma.

Pero su tranquilidad no duraría mucho.

—¡¿Mayo?!
El nombrado saltó de su asiento asustado por el repentino nombramiento, tratando de recordar dónde estaba y por qué. —¡¿Qué estás haciendo aquí con... Él?! ¿Porqué no estás en la casa? ¿Estás saliendo a mis espaldas? ¿por qué no me avisaste?

Tantos gritos tan de repente despertaron al pobre Timba que no entendía lo que estaba ocurriendo, Mayo no entendía que estaba ocurriendo tampoco.

—¿No me vas a responder?
Cuestionó impaciente. —Vamos, hay que irnos a casa, andando.

El castaño inició el camino casi volando y apenas le dió tiempo a Mayo de reaccionar, rápidamente se despidió y disculpó con Timba por no poder acompañarlo y se fue rápido tras su amor. Timba no entendía que había pasado en lo absoluto.

De vuelta en el departamento de Mayo, Víctor cerró la puerta enojado y miró a Mayo, sorprendentemente su semblante cambió a uno triste, Mayo no entendía que pasaba, pero pensaba que había hecho sentir mal a Víctor.

—¿Qué fue eso, Mayo?
Preguntó pasivo. —¿Me estabas engañando?
La pregunta salió tan comúnmente de su boca que ni pareciera la acusación que hizo, a Mayo se le fue el color de la cara.

—¡Claro que no, amor! No es lo que piensas, es solo que Timba me invitó a salir y.
Mayo fue interrumpido.

—Así que él quiere salir contigo, y tú lo aceptas, ¿acaso quieres engañarme?
Victor seguía con ese plan, y no lo dejaría.

—No quiero engañarte, Víctor, yo te amo solo a tí.

El castaño lo miró, pero esa mirada no expresaba tristeza ni amor.
—¿Lo prometes?

—¡Claro que sí! Yo te amo a ti, Víctor.

Entonces Victor sonrió.
—Entonces no vuelvas a salir con él.
Soltó sin más.

—¿Qué? Pero, ¿por qué? Si Timba.
Volvió a ser interrumpido.

—Si de verdad me amas le dejarás de hablar, ¿O acaso no me amas?

¿Qué? ¿porqué Victor cree que no lo ama? No es lógico, ¿Qué está pasando?

—¡No! No, yo sí te amo, y...
No podía creer lo que diría. —Voy a dejar de salir con él.

—Ni hablarle.

—¡Pero!

—¿Acaso quieres que mi corazoncito duela, mi Mayito? Porque no sabes cuánto me dolió mi corazón cuando te Vi así con él, creí que ya no me amabas.
Los ojos de Víctor brillaban, anunciando unas prontas lágrimas queriendo salir de sus ojos. —No me gusta sentirme así, amor, ¿Verdad que ya no me vas a hacer sentir así?

Mayo lo dudó por un momento pero no quería hacer sentir mal a su novio.

—Ya no lo haré, amor.

Entonces Victor cambio su rostro a uno alegre y besó a Mayo, le agradecía mucho y Mayo solo se sentía feliz por hacer feliz a su novio, sin mirar el obvio chantaje emocional que Victor quería jugarle.

Primera victoria para Víctor.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2023 ⏰

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Violentometro. ×ᵐᵃʸⁱᶜᵗᵒʳ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora